lunes, 6 de julio de 2009

Funcionarios de Brasil “perplejos” porque patentes no son promotoras del comercio e innovación tecnológica

 Ministro de Industria de Brasil, Miguel Jorge

La oficina de propiedad industria del Brasil (INPI-BR) ha manifestado su perplejidad por el bajo número de solicitudes de patentes nacionales presentadas en otros países a pesar de todos los esfuerzos realizados por la industria desde la década de los 70s.
Si bien la apertura comercial de la década de los 90s generó un aumento de las exportaciones de productos industrializados de 22 billones en 1990 a 120 billones de dólares en el 2008, el número de patentes de origen brasilero se mantuvo extremadamente bajo.
“El número de patentes brasileras presentadas en el exterior resulta muy bajo y no se presenta una expectativa de crecimiento en los próximos años” expresaron tanto el ministro de Industria de Brasil, Miguel Jorge, como el presidente del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial de ese país, Jorge Ávila en un documento bajo el título “Por mais patentes brasileiras no exterior”.
En este documento publicado el pasado 1ro de julio en Brasil, los funcionarios reconocen sentirse “perplejos” por el bajo número de patentes de origen nacional a pesar de los esfuerzos realizados durante décadas en la formación de cuadros en las universidades brasileras, las experiencias de fomento al desarrollo tecnológico o los fondos sectoriales para el desarrollo científico y tecnológico.
Para los funcionarios, aunque el indicador de nivel de participación de un país en el esfuerzo tecnológico global es el número de patentes que sus empresas e instituciones de investigación presentan, obtienen y transaccionan en el exterior, no se ha encontrado relación causal entre el aumento del comercio y la innovación nacional con la cantidad de inventos o patentes.
Brasil es parte del Tratado internacional de Cooperación en Materia de Patentes (PCT), administrado por OMPI, que posibilita a las empresas obtener patentes en varios países del mundo en forma simultánea y es la base sobre la cual los países desarrollados esperan alcanzar la denominada “Patente Mundial”, una única patente válida en todos los países.
Las empresas de los países desarrollados se ven beneficiadas del tratado y, el ingreso de patentes desde el exterior a territorio brasileño es varias veces superior al número de patentes nacionales obtenidas por brasileros en otros países del mundo. Esta asimetría se manifiesta en todos los países dependientes de tecnología.
El tratado global suscrito por gran cantidad de naciones en desarrollo dejaría en manos de unas pocas oficinas de propiedad industrial la decisión soberana de decidir si las solicitudes de patentes constituyen o no, una invención.