domingo, 2 de abril de 2017

“Producir el fármaco para la hepatitis C cuesta 100 euros y Europa paga 50.000”


 

“Producir el fármaco para la hepatitis C cuesta 100 euros y Europa paga 50.000”
Un hombre porta una dosis de Sovaldi para la hepatitis C.
 
Olivia Carballar-lamarea.com.-

La directora de la fundación Salud por Derecho, Vanessa López, explica los detalles sobre este medicamento y lo que supondría la retirada de la patente al laboratorio. Varias organizaciones han presentado esta semana una oposición ante la oficina europea.


Varias organizaciones internacionales han presentado esta semana una oposición a la patente europea del sofosvubir, un fármaco clave en el tratamiento de la hepatitis C que se vende a unos precios desorbitados en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay entre 130 y 150 millones de personas con infección crónica por el virus que genera la enfermedad y aproximadamente 700.000 personas mueren cada año por problemas hepáticos relacionados con esta patología. La directora de la fundación Salud por Derecho, Vanessa López, explica los detalles sobre este medicamento y lo que supone para estos pacientes. Es la única organización española, junto con Médicos del Mundo, que ha denunciado la patente.
¿Qué es exactamente el sofosvubir?
Es el principio activo del fármaco Sovaldi que comercializa Gilead para la hepatitis C. Es muy importante para esta enfermedad porque tiene unas capacidades de curación muy muy elevadas y es, por tanto, uno de los medicamentos clave en su tratamiento.
¿Cuánto cuesta?
El precio varía según los países. En EEUU cuesta 84.000 dólares; en Europa, una media de 50.000 euros. En España no conocemos el precio real porque cada hospital paga un precio, pero algunos datos del Gobierno vasco hablan de que se podría estar pagando unos 13.000 euros y luego hay que combinarlo con otros fármacos.
¿Cuál es el coste real?
Eso es lo llamativo. Hay un estudio de la Universidad de Liverpool que dice que el coste de este fármaco es de unos 100 euros por tratamiento.
¿Por qué se oponen a la patente?
Porque consideramos que no hay una actividad inventiva. Somos 30 organizaciones las que nos hemos opuesto, de 17 países europeos. El proceso sigue la estela del que inició Médicos del Mundo en 2015 contra otra patente del sofosvubir. La Oficina Europea de Patentes le obligó a introducir enmiendas en la solicitud.
En otros países sí fue revocada. 
Sí, en Ucrania y en China y se ha presentado también recursos de oposición que esperan ser resueltos en India, Brasil, Rusia, Tailandia y Argentina.
¿Por qué los gobiernos no denuncian a estas empresas cuando son los que tienen que defender la salud pública de sus ciudadanos?
Los gobiernos tienen bastantes herramientas para poder asegurar el acceso a medicamentos asequibles, pero lamentablemente no siempre las usan fundamentalmente porque el lobby de la industria farmacéutica es muy poderoso y la mayoría de las políticas públicas relacionadas con la investigación y la política farmacéutica les beneficia por entero a ellos. Los gobiernos tienen que utilizar las medidas para hacer valer el acceso a los medicamentos, que es un derecho humano, y legislar de acuerdo al interés público.
¿Qué supondría que la Oficina Europea de Patentes les diera la razón?
Si se resuelve con éxito, la oposición podría acelerar la entrada de medicamentos genéricos en Europa, además de generar argumentos legales para ayudar a los Estados a empoderarse en las negociaciones con Gilead.
¿Con alguna regulación específica?
Los elevados precios de los medicamentos necesarios para la vida, como es el caso de los fármacos para la hepatitis C, el cáncer o el VIH, se deben al monopolio que tienen las empresas para comercializarlos en exclusiva. El monopolio mediante la protección de la propiedad intelectual con patentes es la base del sistema actual de innovación de medicamentos. Habría que promover iniciativas de investigación y desarrollo de medicamentos que no se basaran en las patentes y que aseguraran que los recursos públicos en investigación se invierten en las áreas de conocimientos y problemas de salud necesarios. Ahora es el mercado y los beneficios económicos los que marcan la pauta.