eleconomista.es.-Gilead ha presentado este miércoles sus resultados
del último trimestre de 2016, tras lo que ha caído en bolsa más de un
9%. ¿Por qué, si a lo largo de todo el año pasado logró unos ingresos
por valor de 30.400 millones de dólares y un beneficio neto de 13.500
millones? No sólo por ser inferior al 2015 y a las previsiones de los
analistas. También porque el futuro de la farmacéutica está lastrado por
su propio éxito en el pasado.
La
compañía ha perdido 9.000 millones de dólares de su valor bursátil en
apenas unas horas, no tanto por su caída de ingresos del 15%, sino
porque prevén unas ventas netas para este año de entre 22.500 y 24.500
millones de dólares, mientras el consenso de los analistas rondaba los
26.300 millones.
Pero además, el que probablemente es su
producto estrella, la cura de la hepatitis C, caerá en picado a lo largo
de este 2017. Mientras que las ventas de productos como Sovaldi,
Harvoni y Epclusa se situaron el año pasado en 14.800 millones, sus
previsiones para este año caen a un rango de entre 7.500 y 9.000
millones, poco más de la mitad.
El jefe de operaciones de la compañía,
Kevin Young, ha explicado que 2016 ha marcado un punto de inflexión con
respecto a años anteriores porque los pacientes en un estado más
avanzado de hepatitis C ya han sido tratados, de forma que los que aún
padecen la dolencia se encuentran en fases tempranas que no precisan de
un tratamiento de forma urgente.
A ello se suma que quienes se tratan en
fases más tempranas necesitan un tratamiento de menor duración, lo que
baja las ventas de sus medicamentos. En las cifras aportadas por la
compañía se aprecia que el año de lanzamiento de Sovaldi y Harvoni se
disparó el inicio de tratamiento en personas con hepatitis C, una
tendencia que siguió en 2015 pero que empezó a remitir en 2016.
De hecho, la única zona donde ha aumentado
el inicio de tratamientos de la compañía ha sido Japón, donde las
autoridades sanitarias aprobaron el uso de Sovaldi en mayo de 2015 - año
y medio después de EEUU y la UE- y de Harvoni en septiembre de ese año -
un año después de EEUU y la UE.
"Los pacientes diagnosticados por primera
vez tienen menor nivel de fibrosis: la proporción de nuevos pacientes
diagnosticados de hepatitis C en Fase 3 o Fase 4 ha caído del 51% en
2011 al 42% en 2015", asegura Young en el documento explicativo.
Por otra parte, la compañía no tiene
previstos nuevos lanzamientos relevantes de medicamentos para este año,
aunque sus tratamientos retrovirales para el VIH aún puedan crecer.
Además, algunas de sus patentes están cerca de caducar, como la medicina
para la hepatitis B llamada Viread.
De esta forma, la compañía tendrá que
desarrollar su propio tratamiento para soportar la caída en su producto
estrella y no morir en el intento.