La crisis mundial del capitalismo corporativo se profundiza más de lo
esperado y el sistema comienza a desplegar todos sus recursos para
enfrentar una situación que "hace agua" y amenaza hundir a sus economías
y gobiernos.
Las corporaciones que basan sus ganancias en la
industria de los derechos de autor y de propiedad industrial ven a las
copias no autorizadas y la falsificación de sus propios productos como
una amenaza al sistema capitalista y a su subsistencia: "Esta
amenazadora actividad afecta la salud y la seguridad de los
consumidores, restringe el desarrollo económico, reduce los ingresos
gubernamentales y perjudica tanto a los negocios como la reputación de
sus marcas" afirman.
Sus organizadores estiman en dudosos
cálculos basados en métodos cuestionables, pérdidas anuales por 225 mil
millones de dólares de empresas norteamericanas que obtienen sus
ganancias en otros países y luego infieren (país por país), supuestas
pérdidas de impuestos y empleos; lo escriben una y otra vez en
periódicos (papel o digital) y lo vociferan en seminarios o encuentros
académicos. En un arduo trabajo de lobby, organizan congresos mundiales
sobre la "amenaza mundial" (otra más) a ser eliminada en conjunto y a
favor de USA. Las marcas a las que se refieren son esencialmente de los
Estados Unidos, y los ingresos gubernamentales, los del tesoro
norteamericano; la restricción es del desarrollo de los monopolios de
software, medicinas, agro alimentos o semillas, vehículos y autopiezas,
DVDs y CDs.
De estos eventos participan representantes de países
que temen enfrentar las políticas de los Estados Unidos en materia de
propiedad intelectual por miedo a represalias, chantajes y extorsiones.
Los gobiernos de países sudamericanos y caribeños se prestan normalmente
a estas maniobras organizativas y son manipulados por monopolios y
organismos internacionales para legitimar la criminalización de
actividades comerciales de millares de pequeñas empresas,
cuentapropistas o cooperativas familiares.
Organismos
gubernativos o judiciales son utilizados para blanquear las políticas de
cártel y la infiltración de gobiernos empleando como excusa a la
piratería y la falsificación. Interpol ya forma parte de la organización
del evento mundial en ciernes y asesora en materia criminal a varios
gobiernos de la región. Las empresas de EE. UU. o UE les venden su
tecnología para el control de las aduanas y fronteras. Se relaciona a la
piratería comercial con el lavado de dinero y el terrorismo: la Triple
Frontera Argentina-Brasil-Paraguay es un clásico del Departamento de
Estado.
La política de saqueo de las grandes empresas incluye la
creación de mercados paralelos y piratas destinados a consumidores de
bajos ingresos.que al mismo tiempo criminalizan. Luego orquestan
campañas publicitarias de grandes redadas a mercados, o confiscación
(cámaras de televisión mediante) de cargamentos de "juguetes
contaminados", destrucción de CDs vírgenes, toneladas de software o
alimentos adulterados por saboteo.
El Gobierno de México y la
oficina de propiedad intelectual de este país, recibirán en junio de
2009 al Quinto Congreso Mundial a la Organización Mundial de Aduanas
(OMA), INTERPOL, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual
(OMPI), la Asociación Internacional de Marcas (INTA), la Asociación
Internacional de Administración de Seguridad (ISMA) y la Cámara
Internacional del Comercio. Cuatro congresos mundiales anteriores se
desarrollaron en Bruselas-2004, Lyon-2005, Ginebra-2006 y Dubai-2008.
El anuncio corporativo describe que se enfocarán las actividades en el desarrollo de "soluciones tangibles para la lucha de los actuales retos para combatir mundialmente la falsificación y la piratería", e incluirá sesiones específicas dirigidas a discutir problemas de México, Centro y Sudamérica.
Para quienes participen: 2–4 de junio, 2009. Centro de Convenciones, "Cancún Center", Cancún, México