Revista Global
En el ámbito de
la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático
(CMNUCC), se inició hace algunos meses un proceso de negociación para el
establecimiento de un régimen de cooperación internacional con el
objetivo de dar respuesta al cambio climático global, en el perÃodo
posterior al año 2012: el modelo productivo instaurado por el sistema
capitalista ha contaminado el medio ambiente del planeta y los expertos
han alertado sobre la aceleración de este proceso.
La
acción de cooperación para hacer frente al cambio climático (entre
paÃses y en el largo plazo) incluye la incorporación de medidas
tecnológicas que no consideran ninguna posibilidad de cambiar el patrón
depredador propuesto por el actual esquema de producción, consumo y
distribución de mercancÃas protegido mediante patentes, modelos
industriales y marcas por el actual régimen mundial de propiedad
intelectual.
Las propuestas incluyen:
— Estrategias
de mitigación (reducción de contaminantes) y adaptación al cambio del
clima (por ej. nuevos cultivos transgénicos que se adaptan a
inundaciones y sequÃas) y,
— Planes de financiación (pago a sectores privados), tecnologÃa y construcción de capacidades asociadas a esas estrategias.
En
este contexto, las negociaciones sobre cambio climático y propiedad
intelectual se abordaron, respectivamente, en el marco de dos grupos: El
Grupo Ad Hoc sobre Cooperación a Largo Plazo (AWG-LCA) y el Grupo de Trabajo Experto en Transferencia de TecnologÃa (GETT).
En estas negociaciones se manejan varias opciones para abordar la problemática ambiental:
· La
primera de las opciones considera que la difusión de la tecnologÃa
deberÃa lograrse a través de la operación del régimen de propiedad
intelectual.
· La
segunda considera que deben adoptarse determinadas medidas para
eliminar las barreras de propiedad intelectual relacionadas con el
comercio y el desarrollo, incluyendo el uso de licencias obligatorias y
las tecnologÃas financiadas con fondos públicos (pooling and sharing publicly funded technologies).
· Una
tercera opción recomienda que los paÃses menos desarrollados sean
exceptuados de la protección otorgada por las patentes a las tecnologÃas
relacionadas con la adaptación o la mitigación y la construcción de
capacidades.
Este
debate se ha hecho presente en las negociaciones de la Convención sobre
el Cambio Climático para las Naciones Unidas (UNFCCC), en particular,
algunos paÃses han manifestado su preocupación por considerar
insuficiente las flexibilidades (cláusulas de difÃcil aplicación en la
realidad) contenidas en el acuerdo TRIPS-ADPIC de propiedad intelectual
relacionados con el comercio, para asegurar una rápida y eficiente
transferencia de tecnologÃa.
Por
su parte, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)
considera al cambio climático como una “oportunidad de negocios”, donde
la transición a una economÃa verde es una ocasión de “crecimiento
económico”. Al mismo tiempo comienza a estigmatizar a los paÃses que,
con economÃas en crecimiento, les asigna el nuevo rol de principales
contaminantes del mundo. AsÃ, los Estados Unidos y Europa
(luego de haberse desarrollado y contaminado la atmósfera terrestre con
gases de efecto invernadero) comienzan a transferir responsabilidades de
la actual debacle ambiental a los paÃses en desarrollo, creando al
mismo tiempo una nueva burbuja de ganancias, esta vez de color verde.
Para
legitimar las propuestas que nacen desde la “industria limpia” de los
paÃses más desarrollados, la Comisión Europea encargó en 2008 un estudio
a Copenhagen Economics & Danish IPR Company,
quien determinó el impacto de las patentes en la accesibilidad de los
paÃses subdesarrollados a las tecnologÃas limpias patentadas en
occidente.
El
estudio claramente sesgado, concluye que las patentes no constituyen en
sà mismas una barrera a la transferencia de tecnologÃas limpias, desde
paÃses industrializados a paÃses en vÃas de desarrollo. Por el
contrario, son otros factores de Ãndole económicos como la falta de
capacidad tecnológica de los paÃses subdesarrollados, insuficiente
tamaño de mercado de muchos de ellos para justificar una producción
local y su bajo poder adquisitivo, unido a la carencia de recursos
financieros, los que impiden una efectiva transferencia de tecnologÃas.
Según
la multinacional General Electric, es fundamental mantener una fuerte
protección de los derechos de Propiedad Industrial para incentivar la
todavÃa insuficiente inversión en “I+D verde” que es liderada por el
sector privado.
Especialistas
en la materia recuerdan el fracaso de este tipo de soluciones en
polÃticas de salud y medicamentos, donde las multinacionales han privilegiado
el negocio farmacéutico al combate contra las enfermedades padecidas
por los habitantes del mundo en desarrollo, siendo las responsables de
millones de muertes por falta de medicinas a causa de las limitaciones
al acceso de fármacos esenciales para el mantenimiento de la vida.
En
este sentido, Brasil e India han dejado entrever la posibilidad futura
de someter las patentes de tecnologÃas verdes el régimen de licencias
obligatorias por motivos de interés público (similares a los de salud
pública previstos por el Acuerdo ADPIC y potencialmente aplicables a
patentes farmacéuticas, pero de poco éxito en la práctica) a cambio de
sus compromisos post-Kioto (Copenhague, 2009).
Otros
paÃses consideran incorporar en sus leyes como no patentables a las
tecnologÃas de mitigación, prohibiendo las transgénicas de adaptación,
pues serÃa aberrante que las empresas proveedoras de este conocimiento,
traficaran con él o causaran más daño aún al medio ambiente.
En
los documentos de negociación se considera conveniente que entre los
principios que guÃen la cooperación en la materia se reconozca la
importancia de cooperar teniendo en cuenta el “principio de la
responsabilidad común pero diferenciada” en la transferencia, difusión y
acceso a las tecnologÃas y al conocimiento correspondiente para llevar a
cabo las acciones de mitigación y adaptación con el objetivo de
favorecer a los paÃses en desarrollo. Este principio no tiene el
consenso de las empresas (en especial de Estados Unidos) que basan su
estrategia en el tradicional esquema capitalista de ganancias
permanentes.
Expertos
de algunos paÃses en desarrollo han concluido que serÃa conveniente
avanzar hacia la concreción de un mecanismo cooperativo con un conjunto
de acciones que, en el corto, mediano y largo plazo, contemplen todo el
ciclo del desarrollo tecnológico, desde la investigación y desarrollo
hasta la producción, distribución, difusión, demostración y
transferencia de las tecnologÃas. SerÃa imperioso además, un cambio en
el modelo de producción capitalista, por haber contaminado el planeta
desde hace algo más de 200 años.