La Fundación Grupo Efecto Positivo (FGEP) junto a la Red Argentina de
Personas Positivas (Redar Positiva) presentaron semanas atrás un
llamado de atención para que la Oficina de Patentes de Argentina rechace
la patente solicitada por el laboratorio norteamericano
Gilead/Pharmasset sobre el Sofosbuvir, un medicamento que tendría una
efectividad del 95% para la cura de Hepatitis C, enfermedad que causa la
muerte de cerca de 700 mil personas por año en el mundo.
Según consignó Tiempo Argentino,
el rechazo a este patentamiento se suma al presentado por India y
China, alegando que la molécula que Gilead busca patentar no es
resultado de ninguna innovación sino que la misma ya existía en la
industria farmacéutica. Las denuncias se extendieron a la organización
internacional Médicos del Mundo (MDM), que presentó ante la Oficina
Europea de Patentes que “la molécula no es lo bastante novedosa para
justificar una patente”.
LA INDUSTRIA MÁS RENTABLE
Desde Médicos del Mundo, señalaron a Tiempo que con una cifra de
venta total aproximada de 900 mil millones de dólares y márgenes de
rentabilidad muy por encima del promedio de la industria en general
(ganancias de 200 mil millones de dólares anuales), la industria
farmacéutica mundial sigue siendo uno de los sectores más prometedores
para los negocios de acumulación del capital y garantía de rentas
exponenciales. En la República Argentina, siendo junto a Brasil e India
unos de los mercados emergentes más apetecibles, esas cifras se estiman
en un 30% del gasto total en salud, es decir, un mercado de ventas en
facturación ronda los 18 mil millones de dólares anuales.
La Fundación Grupo Efecto Positivo
afirmó que Argentina cuenta con infraestructura y recursos humanos para
fabricar medicamentos como el Sofosbuvir.
Y para el caso emblemático del Sofosbuvir, afirman que sólo en los
primeros meses de comercialización del medicamento (Sovaldi), las
ganancias de Gilead se estimaron por encima de los 10 mil millones de
dólares, convirtiéndose en el fármaco más rentable a escala mundial.
Según el portal de salud Mirada Profesional, en Estados Unidos la
Hepatitis C dispara las ventas de fármacos, y así en base al informe de
la consultora IMS, el mercado farmacéutico tuvo una inyección de 373.900
millones de dólares por la venta de los nuevos medicamentos vinculados a
esta enfermedad, conduciendo a un espectacular crecimiento de las
ventas de más del 647,36% (12.300 millones de dólares en total) para
2014.
CURA PARA POCOS
Según MDM, para el caso del Sofosbuvir (Sovaldi), cuyo monopolio
ostenta el laboratorio Gilead, el fármaco se comercializa “a un precio
exorbitante”, siendo el precio de la terapia combinada superior a los 40
mil euros en Francia, Alemania, Reino Unido o España, lo que en
definitiva limita el acceso a ella de numerosos pacientes. En EE UU, el
mismo tratamiento de 12 semanas por el que el paciente debe tomar dos
pastillas por día cuesta 84 mil dólares (1000 dólares cada comprimido,
de aquí que le llamen “la pastilla de los 1000 dólares”).
En tanto que la patente pueda impugnarse, la ONG señala que “el
medicamento puede entrar en competencia con versiones genéricas, que
costarían sólo unos 100 dólares”. Así también FGEPseñala que un reciente
estudio de la Universidad de Liverpool ha demostrado que el mismo
tratamiento podría ser producido por 101 dólares, eso significaría diez
veces menos quesu costo actual, o sea un 1000% por ciento más económico.
UNA CARA CARIDAD
Gilead permite a once laboratorios de India la fabricación de
Sofosbuvir genérico para su venta en el propio país y en otras 91
naciones con bajos estándares de desarrollo. Este mismo tratamiento en
la India tiene un coste de 300 dólares y en Egipto de 900 euros. Pero de
la posibilidad de fabricación del genérico quedan excluidos Argentina,
Brasil, China, Ucrania y Rusia, por ser consideradas naciones de
elevados ingresos según la clasificación realizada por el Banco Mundial
(BM). El doble filo de tal clasificación empeora para estos países
teniendo en cuenta que son justamente los países de renta media o
media-alta los que presentan una mayor cantidad de infectados.
PRECIOS SUDACAS
Se estima que Gilead podría ofrecer a países latinoamericanos un
precio con descuento de entre U$S 7000 y U$S 15.000 para el tratamiento
de una persona por 12 semanas. Pero como señala FGEP, incluso con este
descuento los precios son prohibitivos e inaccesibles como para dejar
fuera del alcance a la mayoría de los afectados, mientras que se
requeriría un presupuesto público desorbitante para que pueda obtener la
cura la totalidad de los infectados. La renta media considerada por el
BM, no alcanza.
En el caso argentino, si el tratamiento costara 7000 dólares, se
requerirían más de 5 mil millones de dólares para dar cura a todos los
infectados, y el presupuesto del Programa Nacional de control de
Hepatitis Virales debería ser aumentado al menos en un 115.000%, señalan
desde la Fundación. Lo que llevará indefectiblemente a la presentación
de numerosos recursos de amparo frente a la limitación económica de
acceder a un medicamento de supervivencia. El tratamiento, además, exige
la asociación de Sofosbuvir con otros medicamentos de coste igualmente
muy elevados.
PRODUCCIÓN NACIONAL Y REGIONAL
En caso de que sea rechazada la solicitud de patentes por parte de
Gilead, la Argentina podría acceder a la importación del principio
activo a fines de producir localmente el medicamento en cuestión. Desde
RedLam, alertan sobre el hecho de que la mayoría de los países
latinoamericanos han sido excluidos del ámbito de aplicación geográfico
de la licencia y además “a los productores indios se les ha prohibido
vendernos estos productos y la materia prima para fabricarlos.”
Consultados por Tiempo, la Fundación Grupo Efecto Positivo afirmó que
Argentina cuenta con infraestructura y recursos humanos para fabricar
medicamentos como el Sofosbuvir, tanto en el sector privado como el
público. Respecto al principio activo no habría obstáculos para traerlo
de China.
Según MDM, en la Argentina, en el marco de los 40 laboratorios
públicos existentes, se puede producir más del 85% de los 410
medicamentos esenciales listados por la propia OMS que son los que
atacan el 95% de la patologías y enfermedades prevalentes.
En lo que compete a la producción del propio principio activo, hay
que tener en cuenta que en los laboratorios argentinos durante muchos
años, y gracias a la inexistencia de la ley de patentes, se destinaron
fondos públicos y privados para la producción de las drogas básicas.
Pero desde 1995, la OMC solicitó a los países integrantes que
conformaran un marco legal bajo la amenaza de represalias comerciales.
Es así como en la Argentina, la actual Ley de Patentes entró en vigor a
partir de 2003, lo que junto con ciertas desventajas económicas, generó
un deterioro de los laboratorios públicos o nacionales abandonando
progresivamente la producción de droga base, que hoy es provista al
mundo fundamentalmente por India y China.
Los criterios de “exclusión”
Según RedLam, en los 51 países de renta media excluidos por el
acuerdo con el laboratorio Gilead habitan más de 50 millones de personas
con Hepatitis C, siendo en Argentina cerca de 800 mil las personas que
padecen esta enfermedad, aproximadamente seis veces más que los
infectados con HIV (existiendo muchos casos de coinfección entre ambos
virus).
En nuestra región, se encuentran excluidos del acuerdo de Gilead:
Argentina Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México,
Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela “representando
una exclusión de más de 6 millones de personas que necesitan estos
medicamentos” afirman desde la organización. De esta manera, tomando
nuevamente un costo de 7 mil dólares el tratamiento del Sofosbuvir, se
requerirían más de 13,6 mil millones de dólares para su cura.
MDM remarcó a Tiempo, que los países de la región tienen
históricamente una balanza comercial deficitaria en cuanto a la cuestión
del mercado de medicamentos. Es decir, se importa más de lo que se
exporta casi un triple. A veces porque la industria farmacéutica, tanto
nacional como multinacional, importa principios activos básicamente de
la India y China, en cuestiones que podrían claramente ser producidas
localmente. Esto explica el 25% de las importaciones. Los laboratorios
multinacionales a su vez importan una parte de sus medicamentos para
abastecer el mercado local, lo que por su parte representa el 75% de las
importaciones totales.