pharmabaires.com/El incremento de las tarifas
repercute en los costos de producción de la industria farmacéutica que
debe afrontar aumentos del 700 por ciento en gas y electricidad. Al
mismo tiempo los medicamentos solo le quitaron al salarial real la mitad
o menos que los precios en cervezas, combustibles, carnes o pastas
frescas.
Algunos laboratorios pyme que pagaban entre 8 mil y 12 mil pesos de electricidad, recibieron facturas de 40 mil a 65 mil pesos. Los medianos que abonaban 50 mil pesos promedio ahora deberán abonar 250 mil.
Algunos laboratorios pyme que pagaban entre 8 mil y 12 mil pesos de electricidad, recibieron facturas de 40 mil a 65 mil pesos. Los medianos que abonaban 50 mil pesos promedio ahora deberán abonar 250 mil.
De los denominados “grandes” mejor no asombrarse
por las facturas con seis ceros pero, también es cierto, tienen más
espaldas para afrontar el tarifazo.
En el caso del gas es similar, pues aquellos que pagaban 45 mil pesos promedio, recibieron facturas de hasta 293.112 pesos.
Las tarifas eléctricas de gas y electricidad se incrementaron hasta 697 por ciento para las industrias y los comercios, según un relevamiento del centro de estudios CIFRA.
El aumento promedio de la factura de gas natural en el segmento residencial fue del 200 por ciento aunque en la Patagonia alcanzó al 539 por ciento.
Pero, para los usuarios no residenciales (comercios e industrias) alcanza al 697 por ciento en el promedio nacional.
La electricidad a su vez tuvo un incremento del 588, 4 por ciento en el área AMBA (Area Metropolitana Buenos Aires) para industrias y comercios.
Sin embargo, el promedio nacional fue de 257 por ciento (sin considerar a los grandes usuarios).
“Los aumentos fueron proporcionalmente mayores para industrias o comercios que en el segmento residencial”, informó CIFRA.
A su vez, la UIA en uno de sus informes señaló para los grandes usuarios que compran en el Mercado Eléctrico Mayorista, los incrementos han oscilado de 448 a 667 por ciento, para un consumo promedio de 300 KM.
Al mismo tiempo, en marzo la demanda de energía de la industria disminuyó 9,4 por ciento en comparación con igual mes del año pasado.
Estos incrementos de costo -sumados a aumentos de salarios del 35 por ciento promedio y de logística – obviamente han repercutido en un aumento de los medicamentos.
Aumentos que legisladores oficialistas de Cambiemos han calificado de “escandalosos” y “abusivos” pero que en definitiva fueron autorizados por la Secretaría de Comercio.
Es cierto que hubo aumentos de 100 a 285 por ciento entre comienzos de abril y fines de mayo pero solo involucró a 42 productos de menos de una decena de laboratorios.
Al mismo tiempo, un informe de la consultora Ecolatina de Marco Lavagna reveló que los productos medicinales solo le restaron -4 por ciento al salario real entre noviembre de 2015 y marzo de 2016.
En noviembre de 2015 con un salario de 15.400 pesos se compraban un promedio de 201 unidades de productos medicinales cardiovasculares. En marzo, con un salario de 16.930 pesos se adquirían 193 unidades, comparó el estudio de Ecolatina.
Antes que los medicamentos, hubo otros servicios o productos que redujeron la capacidad del salario real. Para empezar la electricidad con 83,9 por ciento menos de capacidad de compra, luego el kilo de filet de merluza con -18,6 por ciento.
En orden de creciente para reducir la capacidad de compra de los salarios se anotaron la cerveza (botella 970 cm3) con -11,3 por ciento, los combustibles (nafta super) -7,5 por ciento, la carne vacuna (corte promedio) -7,2 por ciento, el kilo de facturas -5,9 por ciento), el pan fresco con -5,7 por ciento, y las pastas frescas con -4,6 por ciento.
Por debajo de los medicamentos quedaron los libros (promedio por unidad) con una quita del 3,8 por ciento en el valor del salario real y las empanadas con -1,5 por ciento.
En el caso del gas es similar, pues aquellos que pagaban 45 mil pesos promedio, recibieron facturas de hasta 293.112 pesos.
Las tarifas eléctricas de gas y electricidad se incrementaron hasta 697 por ciento para las industrias y los comercios, según un relevamiento del centro de estudios CIFRA.
El aumento promedio de la factura de gas natural en el segmento residencial fue del 200 por ciento aunque en la Patagonia alcanzó al 539 por ciento.
Pero, para los usuarios no residenciales (comercios e industrias) alcanza al 697 por ciento en el promedio nacional.
La electricidad a su vez tuvo un incremento del 588, 4 por ciento en el área AMBA (Area Metropolitana Buenos Aires) para industrias y comercios.
Sin embargo, el promedio nacional fue de 257 por ciento (sin considerar a los grandes usuarios).
“Los aumentos fueron proporcionalmente mayores para industrias o comercios que en el segmento residencial”, informó CIFRA.
A su vez, la UIA en uno de sus informes señaló para los grandes usuarios que compran en el Mercado Eléctrico Mayorista, los incrementos han oscilado de 448 a 667 por ciento, para un consumo promedio de 300 KM.
Al mismo tiempo, en marzo la demanda de energía de la industria disminuyó 9,4 por ciento en comparación con igual mes del año pasado.
Estos incrementos de costo -sumados a aumentos de salarios del 35 por ciento promedio y de logística – obviamente han repercutido en un aumento de los medicamentos.
Aumentos que legisladores oficialistas de Cambiemos han calificado de “escandalosos” y “abusivos” pero que en definitiva fueron autorizados por la Secretaría de Comercio.
Es cierto que hubo aumentos de 100 a 285 por ciento entre comienzos de abril y fines de mayo pero solo involucró a 42 productos de menos de una decena de laboratorios.
Al mismo tiempo, un informe de la consultora Ecolatina de Marco Lavagna reveló que los productos medicinales solo le restaron -4 por ciento al salario real entre noviembre de 2015 y marzo de 2016.
En noviembre de 2015 con un salario de 15.400 pesos se compraban un promedio de 201 unidades de productos medicinales cardiovasculares. En marzo, con un salario de 16.930 pesos se adquirían 193 unidades, comparó el estudio de Ecolatina.
Antes que los medicamentos, hubo otros servicios o productos que redujeron la capacidad del salario real. Para empezar la electricidad con 83,9 por ciento menos de capacidad de compra, luego el kilo de filet de merluza con -18,6 por ciento.
En orden de creciente para reducir la capacidad de compra de los salarios se anotaron la cerveza (botella 970 cm3) con -11,3 por ciento, los combustibles (nafta super) -7,5 por ciento, la carne vacuna (corte promedio) -7,2 por ciento, el kilo de facturas -5,9 por ciento), el pan fresco con -5,7 por ciento, y las pastas frescas con -4,6 por ciento.
Por debajo de los medicamentos quedaron los libros (promedio por unidad) con una quita del 3,8 por ciento en el valor del salario real y las empanadas con -1,5 por ciento.