infocampo.com.ar.- El proyecto de Ley que recientemente se envío al Congreso busca poner
blanco sobre negro la comercialización argentina de semillas, presenta
un par de interrogantes. El primero de ellos es por cuánto tiempo habrá
que pagar la propiedad intelectual.
El texto que lleva la firma de Ricardo Buryaile, ministro de
Agroindustria, y de Marcos Peña, jefe de Gabinete, según publicó
Iprofesional específica los siguiente:
1 - Los productores tendrán que abonar sumas adicionales durante tres
campañas -en concepto de propiedad intelectual- si es que mantienen la
misma superficie de siembra.
2 - Ya en una cuarta (campaña) quedarán exceptuados de ese pago,
siempre que no hayan ampliado el número de hectáreas cultivadas.
3 - En caso de que sí hayan aumentado esa superficie, deberán abonar un incremental.
4 - Estos montos adicionales deberán ser soportados por quienes
posean "una facturación anual mayor a TRES (3) veces el monto
correspondiente a la categoría más alta del Régimen Simplificado para
Pequeños Contribuyentes".
5 - Se exceptuará de este canon a quienes facturen menos de $1,8 millón al año.
6 - Se posibilitará el uso irrestricto a los pueblos originarios y a aquellos que promuevan la agricultura familiar.
7 - Estos últimos deberán estar inscriptos en el Registro Nacional de la Agricultura Familiar (RENAF).
8 - Las empresas que desarrollan transgénicos sólo podrán obtener
ingresos a partir de la comercialización de sus semillas y no mediante
el monitoreo de los granos.
Con la nueva Ley se otorgará al Instituto Nacional de Semillas
(INASE) la potestad absoluta para verificar en cualquier lugar la
legalidad de todo lo que se siembre. Una especie de policía que podrá:
1 - Ingresar a las superficies sembradas para inspeccionar el tipo de semillas
2 - Revisar los cargamentos de exportación para así fiscalizar el origen de los cultivos
Según la información aportada por el medio Iprofesional, “un aspecto
sobre el que nada dice el texto tiene que ver con el tratamiento y
acopio de semillas que no necesariamente incluyan modificaciones
genéticas.
El proyecto omite cualquier mención vinculada a que los productores
puedan contar con una base sin "copyright", en caso de no querer sembrar
transgénicos.