En
su condición de primer fabricante de productos antirretrovirales
genéricos, CIPLA ha jugado un papel central en la ampliación del acceso a
las terapias contra el VIH/SIDA en los últimos 20 años. Su objetivo es
garantizar que a ningún paciente se le niegue el acceso a medicamentos
asequibles de alta calidad. La innovación es un elemento central en
todas las actividades de CIPLA. Cada año, la empresa invierte hasta el
6% de su facturación (aproximadamente 1.780 millones de dólares de los
EE.UU.) en I+D, que se dedica al desarrollo de nuevos productos, la
mejora de los productos existentes y de los sistemas de entrega de los
medicamentos y, a la expansión de las aplicaciones de los productos.
(Foto: CIPLA)
Por Catherine Jewell, División de Comunicaciones, OMPI
CIPLA es una compañía farmacéutica india con presencia
en todo el mundo, que defiende el principio de que los medicamentos
tengan un precio asequible. Es el primer fabricante de productos
antirretrovirales genéricos y, como tal, ha desempeñado un papel
fundamental en la ampliación del acceso a las terapias contra el VIH y
el SIDA en las últimas dos décadas. El Director Ejecutivo de la
compañía, Subhanu Saxena, comenta la manera en la que CIPLA innova y
utiliza la propiedad intelectual (P.I.) para ayudar a mejorar el acceso a los medicamentos en todo el mundo.
¿Cuál es el objetivo de CIPLA?
Fieles a nuestro mantra de que “nadie será rechazado”, nuestro
objetivo es que todos los pacientes, en todas partes, puedan tener
acceso a los medicamentos. Trabajamos con los gobiernos para que todos
los que lo necesiten puedan tener acceso de forma sostenible a los
medicamentos.
¿Cuál es la función de CIPLA en el ciclo de desarrollo de los medicamentos?
Nosotros nos centramos en el desarrollo de medicamentos genéricos
después de la expiración de la patente. Además de los genéricos simples
“clásicos”, también desarrollamos productos genéricos más complejos,
invirtiendo, por ejemplo, en una combinación de productos y métodos de
suministro novedosos (por ejemplo, programas de dosificación más
sencillos). Tenemos una presencia muy importante en el ámbito de la
salud respiratoria y, después de GlaxoSmithKline (GSK), tenemos
probablemente la gama más amplia de dispositivos médicos en el mundo.
CIPLA dispone de plataformas tecnológicas formidables en materia de
investigación y desarrollo (I+D) para desarrollar versiones mejoradas y
más eficaces de los medicamentos que ya han estado en el mercado.
Por lo tanto, ¿cuál es el papel de la innovación en el negocio de CIPLA?
La innovación es algo que nos tomamos muy en serio. Es un mito que la
innovación solo tenga lugar en las grandes empresas farmacéuticas. La
innovación ocupa un lugar central en todo lo que hacemos; no solo en
I+D, sino también en nuestros modelos comerciales y en las alianzas que
establecemos para garantizar que el acceso a los medicamentos esté al
alcance de todos.
CIPLA produce medicamentos genéricos, pero también utiliza el sistema de propiedad intelectual (P.I.). ¿No se da una contradicción en sus planteamientos?
No es contradictorio en absoluto. En nuestra condición de empresa con
un importante presupuesto destinado a I+D y con un extenso conjunto de
innovaciones, presentamos solicitudes de patente para reconocer y
sistematizar esas innovaciones y, como es de esperar, también ponemos
las licencias a disposición de otras compañías en condiciones
razonables. Respetamos la ciencia y apoyamos plenamente que la
innovación sea reconocida e incentivada. No consideramos un perjuicio el
pago de regalías a los innovadores, pero estas regalías tienen que ser
razonables. Los innovadores también tienen que facilitar que se pueda
disponer de sus productos a precios que se ajusten a los países en los
que operan. La atención médica no puede convertirse simplemente en un
negocio: es una cuestión esencialmente humanitaria y a nadie se le
debería negar el acceso debido a los elevados precios.
¿Sigue usted considerando a CIPLA como una compañía farmacéutica de genéricos?
Si tenemos en cuenta el volumen de innovación que emprendemos en la
actualidad, no nos vemos a nosotros mismos como una compañía de
genéricos. Pero dedicamos nuestros esfuerzos al acceso a los
medicamentos de alta calidad. También tenemos muchos programas en los
mercados emergentes para ayudar a los médicos y a los gobiernos a
desarrollar los protocolos de tratamiento correctos, lo que deriva en un
uso más eficaz de estos medicamentos. Por lo tanto, también
contribuimos con ciencia y educación.
¿Qué le parece el debate sobre la P.I. y el acceso a los medicamentos? ¿La P.I. facilita u obstaculiza el acceso?
Si se utiliza correctamente, la P.I. es sin duda un elemento
facilitador. Independientemente de si existe o no la protección mediante
patentes, la cuestión principal es si se ha abusado del monopolio. Por
ejemplo, el escándalo reciente en torno a la subida del precio de la
pirimetamina (Daraprim) en los Estados Unidos no tuvo que ver con un uso
abusivo de la P.I. -el medicamento es antiguo y ya no está protegido
por una patente- sino con un abuso del monopolio. El abuso del monopolio
es el obstáculo principal para el acceso de los pacientes, esté o no
esté patentado el producto. Nosotros estamos en contra de los monopolios
que generan abusos. La posibilidad de acceso tiene que ser una cuestión
central en las estrategias de negocio del sector farmacéutico.
¿Cree usted que las empresas propietarias están haciendo lo suficiente para anteponer la cuestión del acceso?
Creo que algunas lo están haciendo, pero al final es algo que tiene
que ver con la capacidad de la empresa de entender que, más allá de los
beneficios, se trata de un negocio con un objetivo humanitario y que en
más del 80% del mundo no existe el acceso a una atención médica
razonable. Nuestra responsabilidad colectiva consiste en conseguir que
estos tratamientos estén disponibles para todas las personas que los
necesitan.
¿Ustedes son licenciatarios de las terapias de Gilead contra el VIH a través del Medicines Patent Pool. ¿Qué factores influyen en su decisión de formalizar acuerdos de estas características?
En primer lugar, preguntamos si CIPLA puede aportar valor añadido y
ayudar a llegar a más pacientes. A continuación, evaluamos si el socio
se toma realmente en serio el impulso al acceso y, por último,
comprobamos que las condiciones sean justas, razonables y proporcionales
a las aspiraciones.
¿Cree usted que será posible lograr los mismos resultados en el tratamiento de la hepatitis C que se lograron con el VIH/SIDA? the same results in treating Hepatitis C as were achieved with HIV/AIDS?
Creo que es posible, pero tienen que darse determinadas
circunstancias. En primer lugar, nos tenemos que centrar tanto en el
precio como en la calidad. También es necesario que haya financiación
para incentivar a las empresas a que inviertan en la creación de la
capacidad de producción necesaria para asegurar la fiabilidad de los
suministros. Esos mecanismos de financiación existen en el caso del
VIH/SIDA y deben continuar si queremos afrontar el reto de doblar el
número de pacientes sometidos a tratamiento. Asimismo, tenemos que
adoptar medidas similares para garantizar un suministro fiable de
medicamentos de alta calidad para tratar la hepatitis C.
¿Cómo le gustaría que evolucionara el entorno de la P.I.?
En países como la India, el marco de P.I. es muy claro en el sentido
de que no admite las patentes poco serias, la renovación permanente de
la validez de las patentes o las invenciones que no aportan nada a los
pacientes. Todos tenemos que aprender a trabajar en el régimen actual de
P.I. y debemos reconocer el derecho soberano de todo país a determinar
el régimen de P.I. más idóneo en beneficio de sus pacientes. Incluso los
países de ingresos altos recurren a medidas de emergencia cuando se
producen crisis sanitarias; no es algo exclusivo de los países en
desarrollo. Cuando las empresas no pueden colaborar, los gobiernos deben
reservarse mecanismos como las licencias obligatorias o las licencias
automáticas de importación, y recurrir a ellos, para garantizar el
acceso a los medicamentos capaces de salvar vidas.
Por lo tanto, ¿usted cree que las licencias obligatorias pueden ser necesarias en ocasiones?
Lo ideal sería que nunca se debiera recurrir a las licencias
obligatorias porque las empresas innovadoras asumieran la
responsabilidad del acceso con seriedad y estuvieran preparadas para
negociar con las empresas de genéricos para encontrar una solución. Pero
esto no siempre ocurre, por lo cual los gobiernos tienen que reservarse
estas medidas como un incentivo a las empresas para que propongan una
solución voluntaria que asegure el acceso a los medicamentos capaces de
salvar vidas.
¿Piensa usted que se ha hecho lo suficiente en lo que se refiere a las licencias voluntarias?
No hay suficientes licencias voluntarias. Me gustaría ver más.
Algunas compañías, como Gilead, ViiV y Janssen, han tomado la iniciativa
en este asunto. Me gustaría que más empresas lo hicieran, pero la
realidad sobre las negociaciones en materia de licencias es que su éxito
y velocidad dependen del entusiasmo y la solvencia de los licenciantes.
En el caso de muchos productos, solo se puede garantizar el acceso si
existe una licencia voluntaria, pero conceder licencias no es algo
caritativo; es una manera de hacer negocios y de contribuir a un mejor
acceso a los medicamentos. Las regalías incentivan la ciencia, que es
fundamental para una innovación farmacéutica sostenible, pero deben ser
razonables.
De hecho, en el mundo farmacéutico de hoy en día, la concesión de
licencias es la regla y no la excepción. De los 50 medicamentos más
vendidos en 2015, 36 se comercializaron bajo licencia de la empresa
inventora.
Nuestra experiencia nos dice que todavía hay margen de mejora en lo
que se refiere a los acuerdos sobre licencias voluntarias, pero si
hubiera más empresas que los aplicaran a más productos, se contribuiría
enormemente a garantizar una disponibilidad generalizada y rápida de los
genéricos de calidad.
Todas las empresas farmacéuticas comparten la responsabilidad de
llegar al 80% de los pacientes que no disponen de un acceso adecuado a
los medicamentos. La responsabilidad de esas compañías es hablar entre
ellas y alcanzar acuerdos que permitan prestar un servicio asequible a
las personas en situación de necesidad. De lo contrario, los gobiernos
tienen que intervenir. Si eso ocurre, las soluciones suelen ser mucho
más restrictivas.
¿Afrontan ustedes problemas de falsificación?
Somos plenamente conscientes de este problema. Nuestros sistemas de
calidad evolucionan constantemente para que podamos hacer un seguimiento
de nuestros propios productos originales. Estamos preparados para
trabajar con los reguladores con el objetivo de eliminar los productos
falsificados. Cuando los gobiernos se centran exclusivamente en obtener a
toda costa bajos precios para los medicamentos e ignoran los problemas
relacionados con la calidad, corren el riesgo de dejar el campo libre a
los falsificadores. Es realmente importante que los gobiernos dispongan
de normas adecuadas y mecanismos de observancia para hacer frente a las
falsificaciones.
¿Cuál es la visión a largo plazo de CIPLA?
Nuestra visión a largo plazo es que no se le debería negar a nadie la
posibilidad de acceso a los medicamentos y que CIPLA sea capaz de
ofrecer estos fármacos a nivel mundial. Hace cinco años, el 70% del
negocio de CIPLA se generaba en la India, y dentro de cinco años se
generará fuera de la India. A medida que expandamos progresivamente
nuestro negocio en todo el planeta, CIPLA jugará un papel importante a
la hora de ofrecer soluciones asequibles de atención médica para
millones de pacientes. Estamos muy contentos de colaborar con los
gobiernos con ese fin y para encontrar la manera de transferir nuestra
tecnología y nuestros conocimientos con el objetivo de apoyar y
posibilitar un mayor acceso a los medicamentos.
¿Las alianzas estratégicas son importantes para CIPLA?
Sí, lo son. Trabajamos en un mundo complejo y ninguna compañía puede
contar con todos los puntos fuertes en un ámbito en concreto. Para las
empresas es bueno aunar esfuerzos para mejorar la situación de los
pacientes. A veces, trabajar con un socio como CIPLA puede posibilitar
el acceso a los medicamentos a precios asequibles en lugares en los que
no sería posible de otra manera, porque nosotros comerciamos donde otros
no suelen hacerlo. En la India, por ejemplo, con 70.000 asociados en el
ámbito de las ventas y la comercialización, probablemente podemos
llegar a más pacientes indios que ninguna otra compañía. También tenemos
una presencia sólida y creciente en África, que actualmente representa
el 25% de nuestro negocio. Por lo tanto, al asociarse con nosotros, las
compañías que innovan con nuevas moléculas y productos pueden aprovechar
nuestros puntos fuertes para alcanzar sus objetivos de acceso. También
pueden beneficiarse de nuestros conocimientos en tecnología de
formulación y entrega para desarrollar mejores formulaciones de los
productos. El truco consiste en aprovechar los puntos fuertes del otro,
de manera que produzcamos conjuntamente medicamentos de mayor calidad,
más eficaces y asequibles para un mayor número de pacientes.
¿Qué lecciones ha aprendido trabajando en el complejo mercado de la India?
En primer lugar, la necesidad de centrarse en la ciencia y la
educación. No solo es importante generar la molécula y el producto;
también es importante la formación médica, la manera en que los doctores
utilizan y administran un fármaco.
En segundo lugar, hay que llegar a pacientes más allá de las zonas
urbanas. Por lo tanto, se necesitan infraestructuras y sistemas de
distribución que lleguen hasta las zonas más remotas de un país.
En tercer lugar, los productos han de ser asequibles. Es preciso
conocer la economía del país y poner un precio acorde a los medicamentos
que se fabrican, pero dejando que la competencia fije el precio. La
competencia efectiva puede beneficiar a los pacientes. La India es la
cuna de muchas empresas de genéricos y tiene los precios más bajos del
mundo.
Por último, ahí fuera hay muchos más pacientes de los que pensamos.
No estamos viendo más que la superficie en términos del número de
pacientes que necesitan tratamiento. La andadura no ha hecho más que
comenzar.
¿Cómo describiría la contribución de CIPLA a la salud mundial en la última década?
CIPLA ha contribuido a establecer un nuevo paradigma en materia de
acceso a los medicamentos y, a través de nuestras terapias para el VIH
por un dólar al día, hemos contribuido a que en África se pase de 8.000
pacientes que reciben terapia para el VIH, por valor de 12.000 dólares
al año, a 12 millones de pacientes por el precio de un dólar al día o
menos. Si podemos hacerlo con los pacientes de VIH/SIDA, lo podemos
hacer también con otras enfermedades. La posibilidad de acceso para
todos los pacientes en todas partes va a ser el tema de la década y
CIPLA tiene un papel importante que desempeñar para alcanzar esa meta.
Fuente original: http://www.wipo.int/wipo_magazine/es/2016/04/article_0001.html