Juan Ranchal.-
Apple y Qualcomm andan enfrascados en un litigio que ha vuelto a poner sobre el tapete el uso y abuso de las patentes esenciales
y la obtención de garantías en cuanto a las condiciones de concesión de
licencias bajo parámetros justos, razonables y no discriminatorios (FRAND). Pero la problemática ha ido mucho más allá de las patentes; es una cuestión de negocio.
El
uso de patentes, en teoría, permite estimular y apoyar la innovación,
así como difundir la tecnología en un marco de igualdad para todos. Ello
en el mundo ideal, porque lo cierto es que estas patentes además de
suponer ingresos multimillonarios para quienes las poseen (como
Qualcomm), se utilizan (legal e ilegalmente) para mejorar la posición en el mercado y desplazar a los rivales en estrategias contra la competencia.
Apple y Qualcomm, amor y odio
El mes pasado, Apple presentó una demanda contra Qualcomm por cobro excesivo y discriminatorio de royalties
de estas patentes esenciales y retención ilegal de 1.000 millones de
dólares en partidas relacionadas. Esta misma semana en la presentación
de resultados financieros, el CEO Tim Cook, ha explicado que “Apple no tenía otra opción que demandar a Qualcomm. Era el último recurso, No vimos otra manera de avanzar”.
Qualcomm ha respondido a la demanda negando todos los cargos y acusando a Apple de “manipular en su favor los acuerdos con ella” por la que obtenía licencias tecnológicas esenciales y “atacando
activamente a Qualcomm en varias jurisdicciones alrededor del mundo,
malinterpretando lo que realmente ocurre y promoviendo que otras
empresas decidan demandar también a Qualcomm”. Las condiciones de cómo comparte Qualcomm “está en sus licencias, que tienen términos muy bien definidos”, aseguran.
¿Cuánto paga Apple y otros fabricantes?
Por cada iPhone 7 vendido (modelo básico con precio de venta de 649 dolares), Apple paga alrededor de 15 dólares en royalties
por la tecnología inalámbrica patentada por Qualcomm. En modelos
superiores, como el iPhone 7 Plus, Apple paga mayores cantidades.
Apple paga cinco veces más que otros fabricantes por las mismas licencias
De acuerdo con la demanda, Apple ha estado pagando por las mismas licencias cinco veces más que otros fabricantes, una
condición discriminatoria para los de Cupertino. La explicación es que
muchos fabricantes de dispositivos pagan a Qualcomm cuotas de licencia,
así como royalties, en base a un porcentaje del precio de un dispositivo
que puede llegar a sumar hasta el 5% del precio total de venta. Además,
Qualcomm licencia sus patentes a estos fabricantes en un bloque y da lo
mismo si solo utilizan algunas de las patentes del mismo.
Incluso
cuando el año pasado finalizó el acuerdo de exclusividad suscrito con
Qualcomm, y Apple comenzó a usar chips de módems inalámbricos de Intel
en la mitad de sus nuevos iPhones, todavía tenía que seguir pagando
royalties. Para Qualcomm, cualquier módem inalámbrico se basa en sus
patentes, se queja Apple.
Qualcomm, en el ojo del huracán
La demanda de Apple ha sido la última pero no la primera contra Qualcomm. Corea del Sur le impuso una multa de 854 millones de dólares por practicar un “modelo de negocio injusto” y en China, tuvo que pagar 975 millones de dólares como parte de una investigación antimonopolio. Además, la Comisión Europea anunció en 2015
dos investigaciones antimonopolio sobre un supuesto abuso de Qualcomm
de su dominio de posición de mercado en semiconductores, el otro gran
negocio de la firma de San Diego.
Lo peor para Qualcomm puede llegar de otra demanda de la Comisión Federal de Comercio estadounidense, en la acusa a la compañía de monopolio en el campo de los chips para smartphones
al rechazar la entrega de patentes de estándares esenciales a
fabricantes de chips rivales como Samsung, en términos justos,
razonables y no discriminatorios como indica la norma.
“A Qualcomm se la considera un impuesto”, dicen los analistas,
en relación a las tensiones y luchas que están librando los principales
fabricantes de chipsets para móviles y algunos de sus principales
clientes. Los fabricantes de móviles tienen cada vez mayor presión para
integrar más funciones y electrónica en sus terminales sin subir los
precios y abordar un sistema de licencias cada vez más costoso donde se
paga doble, por los chips y por la propiedad intelectual, mucha de la
cual no llegan a utilizar, dice Rufus Pilcher, socio de la consultora
legal Morrison & Forrester:
“Los fabricantes de dispositivos tienen mucha presión por parte de sus juntas directivas para reducir costes y presión por los royalties, y Qualcomm es una buena parte de ese problema”.
Los analistas comparan el
coste de las licencias de Qualcomm con las de la misma ARM, base de la
mayoría de smartphones. ARM Holdings facilita sus licencias a todos los
vendedores de chips (Qualcomm incluido) en términos justos, iguales para
todos y a cambio de unos céntimos por cada chip, no cobrando varios
dólares por cada smartphone. Según Stacy Rasgon, analista de Bernstein: “a ARM se la ve como un socio. A Qualcomm se la considera un impuesto“.
¿La
avaricia rompe el saco? Un refrán popular que puede ser de aplicación.
Si Qualcomm estira la cuerda puede poner en peligro un negocio
multimillonario. El año pasado su división de derechos de licencia
reportó 6.500 millones de dólares de beneficios antes de impuestos, mientras
que el propio negocio de chips con sus renombrados Snapdragon, “solo”
reportó 1.800 millones de dólares de beneficios antes de impuestos.
¿Cambios en el mercado?
Aunque
Qualcomm tiene problemas generales más allá de Apple, el verdadero
detonante para el litigio con los de Cupertino ha llegado cuando Apple ha decidido utilizar otros chips distintos a los de Qualcomm, como los de Intel.
La
demanda también puede tener grandes implicaciones para otros
fabricantes de chips para movilidad como Intel, cuyos módems
inalámbricos utiliza actualmente Apple. “Intel tiene mucho que ganar si el modelo de negocio de Qualcomm se desplaza”, dicen algunos analistas.
Apple
es el mayor comprador mundial de componentes para dispositivos móviles y
de hecho, la demanda de la FCC asegura que Qualcomm rebajó los costes
de licencia de patentes a cambio de que los de Cupertino se
comprometiesen a utilizar exclusivamente chipsets suyos, bloqueando a la
competencia. Cuando acabó la exclusividad de uso de chips se acabaron
las buenas relaciones.
Es difícil predecir como acabarán los litigios y las consecuencias para toda la industria incluyendo el canal, pero, cuidado, que Apple es mucho Apple hablando de dispositivos móviles.
De hecho, las acciones de Qualcomm, que habían resistido en gran medida
las demandas de los reguladores, se desplomaron el pasado lunes un 12%
después que los analistas pusieran de relieve la gravedad de la demanda
de Apple. Y sus consecuencias para un sector del smartphone que es el
único que sigue creciendo en la computación mundial.