Un hombre porta una dosis de Sovaldi para la hepatitis C.
Olivia Carballar-lamarea.com.-
La directora de la fundación Salud por Derecho, Vanessa López, explica
los detalles sobre este medicamento y lo que supondría la retirada de la
patente al laboratorio. Varias organizaciones han presentado esta
semana una oposición ante la oficina europea.
Varias organizaciones internacionales han presentado esta semana una
oposición a la patente europea del sofosvubir, un fármaco clave en el
tratamiento de la hepatitis C que se vende a unos precios desorbitados
en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS),
hay entre 130 y 150 millones de personas con infección crónica por el
virus que genera la enfermedad y aproximadamente 700.000 personas mueren
cada año por problemas hepáticos relacionados con esta patología. La
directora de la fundación Salud por Derecho,
Vanessa López, explica los detalles sobre este medicamento y lo que
supone para estos pacientes. Es la única organización española, junto
con Médicos del Mundo, que ha denunciado la patente.
¿Qué es exactamente el sofosvubir?
Es el principio activo del fármaco Sovaldi que comercializa Gilead
para la hepatitis C. Es muy importante para esta enfermedad porque tiene
unas capacidades de curación muy muy elevadas y es, por tanto, uno de
los medicamentos clave en su tratamiento.
¿Cuánto cuesta?
El precio varía según los países. En EEUU cuesta 84.000 dólares; en
Europa, una media de 50.000 euros. En España no conocemos el precio real
porque cada hospital paga un precio, pero algunos datos del Gobierno
vasco hablan de que se podría estar pagando unos 13.000 euros y luego
hay que combinarlo con otros fármacos.
¿Cuál es el coste real?
Eso es lo llamativo. Hay un estudio de la Universidad de Liverpool
que dice que el coste de este fármaco es de unos 100 euros por
tratamiento.
¿Por qué se oponen a la patente?
Porque consideramos que no hay una actividad inventiva. Somos 30
organizaciones las que nos hemos opuesto, de 17 países europeos. El
proceso sigue la estela del que inició Médicos del Mundo en 2015 contra
otra patente del sofosvubir. La Oficina Europea de Patentes le obligó a
introducir enmiendas en la solicitud.
En otros países sí fue revocada.
Sí, en Ucrania y en China y se ha presentado también recursos de
oposición que esperan ser resueltos en India, Brasil, Rusia, Tailandia y
Argentina.
¿Por qué los gobiernos no denuncian a estas empresas cuando son los que tienen que defender la salud pública de sus ciudadanos?
Los gobiernos tienen bastantes herramientas para poder asegurar el
acceso a medicamentos asequibles, pero lamentablemente no siempre las
usan fundamentalmente porque el lobby de la industria farmacéutica es
muy poderoso y la mayoría de las políticas públicas relacionadas con la
investigación y la política farmacéutica les beneficia por entero a
ellos. Los gobiernos tienen que utilizar las medidas para hacer valer el
acceso a los medicamentos, que es un derecho humano, y legislar de
acuerdo al interés público.
¿Qué supondría que la Oficina Europea de Patentes les diera la razón?
Si se resuelve con éxito, la oposición podría acelerar la entrada de
medicamentos genéricos en Europa, además de generar argumentos legales
para ayudar a los Estados a empoderarse en las negociaciones con Gilead.
¿Con alguna regulación específica?
Los elevados precios de los medicamentos necesarios para la vida,
como es el caso de los fármacos para la hepatitis C, el cáncer o el VIH,
se deben al monopolio que tienen las empresas para comercializarlos en
exclusiva. El monopolio mediante la protección de la propiedad
intelectual con patentes es la base del sistema actual de innovación de
medicamentos. Habría que promover iniciativas de investigación y
desarrollo de medicamentos que no se basaran en las patentes y que
aseguraran que los recursos públicos en investigación se invierten en
las áreas de conocimientos y problemas de salud necesarios. Ahora es el
mercado y los beneficios económicos los que marcan la pauta.