La rebaja de aranceles industriales por el acuerdo genera preocupación entre los sectores manufactureros.
pagina12.- Sectores
industriales y del trabajo manifestaron públicamente su preocupación
ante el avance de las negociaciones del acuerdo entre el Mercosur y la
Unión Europea. “Todas las actividades han planteado serias dudas. Nos
deja en una posición de mucha debilidad. El riesgo es que terminemos
exportando cuero salado e importando el valor agregado de nuestras
materias primas”, indicó a este diario Alfredo Luenzo, presidente de la
Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado.
También desde la UIA y la
CGT remarcaron que falta información sobre el curso de la negociación.
Uno de los rubros que presentó más quejas fue el de laboratorios. “Hay
mucha preocupación porque modifica el marco jurídico. Se está negociando
a libro cerrado y no tenemos información. No conocemos que se haya
hecho un estudio de impacto económico y lamentablemente el Gobierno dijo
que quiere firmar si o si en diciembre”, dijo Isaías Drajer, presidente
de Cilfa.
Ayer se realizó un plenario de comisiones de Industria y Comercio de
Ciencia y Tecnología de la Cámara de Senadores, presididas por Omar
Perotti y Luenzo, respectivamente. Asistieron representantes de la UIA,
Adimra, Cilfa, CGERA, la Cámara de Comercio de Santa Fe y la Marina
Mercante, entre otros. “De todas las presentaciones que escuchamos queda
en evidencia la falta de información sobre el contenido de las
negociaciones. Esto genera mucha incertidumbre y escepticismo. Queremos
que venga un funcionario del Ejecutivo a dar explicaciones. Nuestra
postura es que hay que avanzar en el comercio internacional, el tema es
bajo qué condiciones y en qué lugar queda parada la Argentina”, indicó a
este diario el senador Luenzo.
El Gobierno planea embarcarse hacia la firma de al menos un
entendimiento inicial para la semana previa al 6 de diciembre. De todas
formas, si se concreta la firma, la puesta en vigencia del convenio
requiere de la aprobación del Congreso Nacional. “Sería una posición
difícil porque exigiría de parte de los legisladores una respuesta
binaria”, dice Luenzo.
Por parte de la UIA asistió el secretario Alberto Álvarez Saavedra,
quien dijo que “Argentina tiene que alcanzar el nivel de competitividad
necesario para ser parte de un acuerdo de asociación, donde es probable
que las asimetrías se vean acentuadas. Muchos sectores pymes tienen hoy
grandes problemas que este acuerdo va a acrecentar. Es importante contar
con el texto real para saber cuáles son los resultados del impacto del
acuerdo que se está llevando adelante. No queremos que un documento
final sea presentado como un libro cerrado. Hay que garantizar el
consenso social para que beneficie a todos los sectores involucrados”.
El presidente de Adimra, Juan Carlos Lascurain, advirtió que “no tenemos
datos de casi 600 posiciones arancelarias. Se le da rango nacional a
las empresas europeas y no se está contemplando las asimetrías y el
impacto que va a generar”.
Marita González, integrante de la CGT y de la Secretaría Técnica del
Foro Consultivo Económico y Social del Mercosur, aseguró que “nos
preocupa el apuro de la firma del mismo en diciembre. Necesitamos saber
cuál es el impacto desde el punto de vista laboral. No se conoce más que
el 50 por ciento de la oferta para el sector industrial. Autopartes
está comprometido y creemos que las plantas se van a trasladar a
Brasil”.
Los laboratorios nacionales también fueron muy críticos. “Dentro de
los planteos de la UE está la extensión de las patentes de 20 a 25 años.
Esto implica el freno en el vencimiento para muchas patentes, con lo
cual las empresas nacionales no podrían ofrecer medicamentos a precios
más reducidos porque las patentes mantendrían su posición monopólica”,
dijo Mariano Genovesi, gerente de asuntos jurídicos de Cilfa. “No
conocemos que se haya hecho un estudio de impacto. Y el Gobierno dijo
que quiere firmar en diciembre. Ustedes saben lo que es negociar con un
plazo fijo, es lo peor que se puede hacer”, agregó Isaías Drajer,
presidente de Cilfa. “No estamos de acuerdo con que para tener una
inserción inteligente nuestro país deba rebajar sus aranceles
industriales para vender más toneladas de carne. Europa no quiere
disminuir los subsidios que otorga a sus agricultores pero exige que
resignemos nuestra industria”, agregó Ariel Aguilar, de la CGERA.