[BUENOS AIRES] Pese a los serios problemas presupuestarios que dejan a
la ciencia argentina al borde de la inacción, la inercia del sistema aún
genera buenas noticias.
Un equipo del Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria (INTA)
que desarrolló nanoanticuerpos para prevenir el rotavirus —causante de
diarreas en bebés y niños— obtuvo el primer premio en el Concurso de Inventos Patentados 2018 (PROSUR), que se entrega por primera vez. El segundo puesto también fue para Argentina.
Según detalla el comunicado del premio, el proyecto fue reconocido porque beneficia a la infancia carenciada de América Latina, al contribuir a paliar los efectos del rotavirus, responsable de la muerte de más de 500.000 niños al año a nivel mundial. El jurado del galardón estuvo integrado por Mariangela Lückmann, de ABIPIR/IFIA; Matthias Lamping, del Instituto Max Planck; Juan Pittaluga, de Marca Sur, y Pablo Angelelli, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El proyecto del INTA surge de una serie de trabajos realizado a partir de la llama, un camélido de origen sudamericano. “Lo que hicimos fue inmunizar a estos animales, esperar que generen una respuesta inmune, sacarles sangre y clonar una parte muy chiquita de los anticuerpos para generar como una biblioteca de genes. De ahí se seleccionan los fragmentos de anticuerpos para conocer el agente patógeno y lograr neutralizar la infección en humanos”, explicó Viviana Parreño, miembro del equipo ganador.
El grupo, de unos veinte investigadores entre bioquímicos, bioingenieros, veterinarios, entre otros profesionales, trabajó durante más que una década en este proyecto. “Para Argentina es importante porque se obtienen anticuerpos de un animal autóctono”, subrayó.
Según detalla el comunicado del premio, el proyecto fue reconocido porque beneficia a la infancia carenciada de América Latina, al contribuir a paliar los efectos del rotavirus, responsable de la muerte de más de 500.000 niños al año a nivel mundial. El jurado del galardón estuvo integrado por Mariangela Lückmann, de ABIPIR/IFIA; Matthias Lamping, del Instituto Max Planck; Juan Pittaluga, de Marca Sur, y Pablo Angelelli, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El proyecto del INTA surge de una serie de trabajos realizado a partir de la llama, un camélido de origen sudamericano. “Lo que hicimos fue inmunizar a estos animales, esperar que generen una respuesta inmune, sacarles sangre y clonar una parte muy chiquita de los anticuerpos para generar como una biblioteca de genes. De ahí se seleccionan los fragmentos de anticuerpos para conocer el agente patógeno y lograr neutralizar la infección en humanos”, explicó Viviana Parreño, miembro del equipo ganador.
El grupo, de unos veinte investigadores entre bioquímicos, bioingenieros, veterinarios, entre otros profesionales, trabajó durante más que una década en este proyecto. “Para Argentina es importante porque se obtienen anticuerpos de un animal autóctono”, subrayó.
El premio PROSUR, impulsado por el sistema de cooperación sobre aspectos de información operacional y de propiedad industrial, conformado por las oficinas de propiedad industrial de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Panamá y República Dominicana, será entregado el viernes 15 de marzo.
Sobre este reconocimiento, Parreño sostuvo que es positivo en término de difusión y de networking, porque el grupo fue invitado a la Feria de Innovación de Ginebra (Suiza) que se realizará a mediados. Allí esperan encontrar socios estratégicos para ampliar el desarrollo.
La intención final es lograr que los anticuerpos se puedan agregar en leches larga vida para bebés y así evitar la diarrea por rotavirus. Ya lo probaron en cerdos y ratones, pero falta también escalarlo a humanos.
Fernando Goldbaum, investigador superior del Conicet argentino, director del Centro de Resideño e Ingeniería de Proteínas de la Universidad de San Martín (Unsam) y director científico de Inmunova, “el uso de anticuerpos de llama para prevenir enfermedades infecciosas es muy prometedor”.
“El desarrollo del grupo del INTA es un aporte valioso y sería muy útil en medicina preventiva si atraviesa con éxito las etapas regulatorias”. Por otro lado, agregó que “el premio es un reconocimiento a la inversión en ciencia que se realizó en los últimos quince años y que debería mantenerse en el presente y en el futuro”.
En esta primera edición de PROSUR también se distinguió a otro invento argentino en el segundo puesto. El proyecto, denominado “Dispositivo de extracción de elementos contenidos en cavidades, que usa una bolsa para su extracción y un aplicador”, fue ideado por el inventor Jorge Ernesto Odón, y busca facilitar el proceso de parto.
El tercer premio fue compartido entre investigadores peruanos y chilenos. Los de Perú desarrollaron un catalizador que que reduce significativamente la contaminación derivada de la quema de combustible. El trabajo nació como una start-up estudiantil y fue apoyada en fondos del Estado.
Los chilenos, en tanto, son investigadores de la Pontificia Universidad Católica y su trabajo consistió en una “formulación inmunogénica que confiere protección contra la infección o patología causada por el virus respiratorio sincicial (VRS)”, uno de los virus más relevantes en la primera infancia.
El tercer premio fue compartido entre investigadores peruanos y chilenos. Los de Perú desarrollaron un catalizador que que reduce significativamente la contaminación derivada de la quema de combustible. El trabajo nació como una start-up estudiantil y fue apoyada en fondos del Estado.
Los chilenos, en tanto, son investigadores de la Pontificia Universidad Católica y su trabajo consistió en una “formulación inmunogénica que confiere protección contra la infección o patología causada por el virus respiratorio sincicial (VRS)”, uno de los virus más relevantes en la primera infancia.