pharmabaires.- Los
laboratorios nacionales han expresado su rechazo al intento de aprobar
el Tratado PCT de patentes que se encuentra en debate en la Comisión de
la Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados y que de imponerse
comprometerá el desarrollo de varios sectores industriales argentinos y
no solo del complejo químico-farmacéutico.
Por el contrario, CAEME, la
cámara de las multinacionales farmacéuticas, se ha quejado de la demora
en sancionar el proyecto.
La
aprobación de tratado PCT implicaría adoptar una especie de “patente
mundial” y anularía las Guías de Patentabilidad que han evitado desde
2012 la aprobación de medicamentos sin novedad terapéutica y la
extensión de patentes a partir de modificaciones insignificantes.
Las cámaras industriales CILFA Y COOPERALA han expresado su rechazo a la iniciativa en sendas notas a la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, la diputada Cornelia Schmidt Liermann del PRO.
COOPERALA
presentó la semana pasada su rechazo en una nota enviada a la diputada
oficialista, mientras que CILFA previamente había compartido con los
legisladores de la comisión un extenso y virtuoso documento en cuanto a
los argumentos y las fuentes, titulado “RAZONES PARA NO ADHERIR AL TRATADO DE COOPERACIÓN EN MATERIA DE PATENTES”.
Los
asesores de la Comisión de Relaciones Exteriores recibieron a comienzos
de junio a una delegación de CILFA para explicarles que se trata de un
“trámite legislativo” indispensable de completar pues el Senado ya
había aprobado la adhesión al Tratado PCT en 1998 y enmendado en 2001.
La idea de la comisión –explicaron los asesores- es aprobar una versión actualizada para que vuelva al Senado. El expediente para adherir al PCT es el número 152-S-1998.
Durante
la reunión apareció un informe del INPI a favor de la aprobación del
tratado pero un asesor de la oposición detectó que el mencionado informe
no tenía ni sello ni membrete.
Además, en el informe se mencionaba también a la Universidad Nacional de Quilmes apoyando
al PCT, pero los asesores del bloque FvP desmontaron el argumento
explicando que las autoridades de esa universidad del sur bonaerense
habían desmentido el supuesto apoyo y dijeron que “estaban sorprendidos”
de haber sido citados con su absoluto desconocimiento.
En
consecuencia, los asesores de la oposición propusieron convocar a
audiencias públicas citando a las cámaras empresarias, al INPI y a las
universidades, incluidas la de Quilmes.
CILFA
en su presentación advirtió que la adhesión al tratado PCT tendrá un
impacto en las negociaciones de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea porque el bloque de la UE “está
pretendiendo la introducción de determinadas regulaciones en materia de
propiedad intelectual que exceden los estándares mínimos de protección
establecidos en el Acuerdo sobre los ADPIC de la Organización Mundial de
Comercio”.
“En
particular, la Unión Europea está proponiendo una cláusula por la cual
las Partes deberán adoptar y cumplir con el Tratado PCT pretendiendo de
tal modo obligar a la Argentina, Uruguay y Paraguay a adherir a dicho tratado”, alertó CILFA.
“Dicha
cláusula está claramente orientada a satisfacer los intereses de las
compañías europeas, imponiendo la aplicación de sus propias reglas de
propiedad intelectual en sus contrapartes comerciales. En dicho
escenario, es evidente que la aprobación unilateral por parte de nuestro
Congreso Nacional del Tratado PCT implicará la pérdida prematura y
gratuita de un importante elemento de negociación en el marco de las
negociaciones entre el MERCOSUR y la Unión Europea, ratificando de tal
modo la necesidad de que nuestro país no adhiera al PCT”, remarcó CILFA.
COOPERALA
coincidió que “este punto (la adhesión al Tratado PCT) “es
esencialmente discutido en la negociación Mercosur – UE. y plantea una esencial
defensa de los intereses nacionales en tanto defiende la salud de las
arcas públicas en lo referente a la seguridad social”.
Para CILFA, “a
pesar de que, a primera vista, los procedimientos del PCT pueden
implicar algunas ventajas para los solicitantes a título individual, las
mismas pierden significado en el análisis costo-beneficio a nivel
nacional y del conjunto de sus empresas”.
Si
Argentina fuese miembro del PCT, “las empresas extranjeras ciertamente
tendrían mayor facilidad para lograr protección de patentes, con las
obvias implicancias para las empresas nacionales del sector que se
trate”, alertó CILFA extendiendo la acechanza a otros complejos
industriales-tecnológicos.
En el extenso documento de CILFA se cita la declaración del Max Planck Institute for Innovation and Competition,
titulada “Declaración sobre Protección de Patentes. Soberanía
Regulatoria bajo el ADPIC”, que establece que los Estados mantienen una
amplia libertad y discreción para definir qué constituye una invención
como así también los requisitos de patentabilidad de novedad, actividad
inventiva y aplicabilidad industrial”.
Expresamente
la declaración afirma que “los Estados tienen libertad para definir qué
invenciones son patentables” y que “los Estados tienen asimismo
libertad para definir cómo son interpretados y aplicados los requisitos
de patentabilidad” agregando que “el artículo 27 del Acuerdo sobre los
ADPIC no impide que los Estados denieguen la concesión de patentes para
nuevos usos de productos o sustancias conocidas; derivados de productos o
sustancias conocidas, invenciones de selección”.
CILFA también defendió Las Pautas de Patentabilidad
adoptadas desde 2012 porque “tuvieron como consecuencia la denegación
de un gran número de solicitudes de patentes farmacéuticas que tenían
por objeto desarrollos menores sin actividad inventiva que no merecían
protección, al tiempo que se continuó protegiendo la verdadera
innovación”.
“Las
estadísticas son concluyentes al respecto”, subrayó la presentación de
CILFA porque “desde el dictado de las Pautas en mayo de 2012 se
denegaron correctamente un universo de más de 1000 patentes
farmacéuticas triviales, todo lo cual implica una reducción de
aproximadamente un 75% de las patentes farmacéuticas concedidas, con la
consiguiente reducción de barreras indebidas al acceso a los
medicamentos, potenciando la salud pública”.
En su presentación, COOPERALA
coincidió que “la Industria Farmacéutica Argentina corre peligro con la
adhesión a este tratado de que se deje de aplicar efectivamente las Pautas para el examen de Patentabilidad
para las solicitudes de patentes sobre invenciones químico
farmacéuticas aprobadas por el PEN en el año 2012, que plantearon una
exitosa herramienta para disminuir el número de patentes sobre
invenciones marginales (evergreening)”.
“Dicha
normativa tuvo un éxito notable como herramienta para disminuir el
número de patentes sobre invenciones marginales (evergreening),
potenciando el acceso a los medicamentos”, agregó COOPERALA.
La
adopción del Tratado PCT “conducirá, de hecho, a que se dejen de lado y
pierdan aplicación efectiva los criterios de patentabilidad adoptados
por la Argentina, tanto para las distintas industrias en general como
para la industria farmacéutica en particular”, reforzó COOPERALA en su
presentación a la Comisión de Relaciones Exteriores.
“Finalmente,
deseamos expresar que las empresas farmacéuticas nacionales en lo
concerniente a la competencia en el mercado interno, prefieren el actual
statu quo a cambios que generará el PCT favorable a las empresas
extranjeras que ciertamente lograrán mayor facilidad para su protección
patentaría”, completó COOPERALA, la cámara de los pequeños y medianos
laboratorios en su documento, enviado también a Sandra Castro e Ignacio De Mendiguren, presidentes de las comisiones de Ciencia y Tecnologa e Industria, respectivamente.