martes, 11 de junio de 2019

"Eje del mal" de la propiedad intelectual: EEUU acusa a Rusia, China e Irán de espionje científico



Agencias.- Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos han denunciado al menos 16 casos de “espionaje” atribuidos a Rusia, China e Irán, en un intento por justificar la pérdida de competitividad mundial por culpa de “topos” y científicos presuntamente vinculados a esos países que filtran las investigaciones de sus laboratorios a los ya conocidos integrantes del “eje del mal”.

La acusación propia de la “guerra fría” y material para una novela de John Le Carre fue efectuada por los directores de los National Institutes of Health (NIH) durante una audiencia en el Senado estadounidense, en un intento por explicar los avances que está logrando China en telemedicina e Inteligencia Artificial (IA).
El periodista Cases Ross del sitio STAT y especialista en biotecnología, escribió recientemente que “China se ha adelantado a los EE. UU” en la aplicación de la IA al servicio de la medicina y al menos cinco compañías de tecnología de ese país “utilizan algoritmos y herramientas de software novedosas para ayudar a tratar a millones de pacientes y aliviar la presión sobre el abrumado sistema hospitalario del país”.
“Una empresa, WeDoctor, utiliza una combinación de inteligencia artificial y telemedicina para realizar 90.000 consultas en línea por día y evaluar a los pacientes para detectar cáncer y enfermedades crónicas. En los Estados Unidos no existe ninguna empresa con un alcance similar”, escribió el periodista que hace algunos años fue finalista del Premio Pulitzer.
Los funcionarios de los National Institutes of Health denunciaron la semana pasada durante una audiencia en el Senado que detectaron al menos 16 casos de “espionaje extranjero” de proyectos de investigación financiados por el gobierno Federal y que son desarrollados en 61 institutos científicos pertenecientes o asociados con los NIH.
Sin embargo, en un intento por medir el alcance de sus denuncias potencialmente mortales en otros tiempos - en la década del 50 varios espías soviéticos fueron condenados a la silla eléctrica -, el subdirector principal de los NIH, Lawrence Tabak, dijo ante los senadores que la filtración procede de "una pequeña proporción de científicos" que no han revelado lazos con gobiernos extranjeros en las solicitudes de subsidios para sus investigaciones.
Tabak y otros funcionarios del los NIH al mismo tiempo destacaron “las contribuciones que los investigadores nacidos en el extranjero generalmente hacen a la innovación, los descubrimientos y la economía de los Estados Unidos”.
"No podemos darnos el lujo de rechazar mentes brillantes que trabajan con honestidad y colaboración para brindar esperanza y curación a millones de personas en todo el mundo", afirmo Tabak al Comité de Finanzas del Senado.
Los legisladores y las agencias federales han estado examinando cada vez más las acusaciones de que los gobiernos extranjeros están espiando proyectos de investigación financiados con fondos federales, robando propiedad intelectual, obteniendo solicitudes de subvenciones y manipulando el proceso de concesión de esas subvenciones.
El año pasado, el director de los NIH, Francis Collins, avisó a cientos de instituciones subvencionadas con fondos federales que debían acordar reuniones informativas con el FBI sobre la protección de sus esfuerzos de investigación.
Los funcionarios de salud y de seguridad nacional participantes en la audiencia del Senado identificaron a China, junto con Irán y Rusia, como los principales culpables en los juegos de espías científicos.
Pero los funcionarios se negaron a responder las preguntas de los senadores sobre los detalles de las investigaciones o las amenazas potenciales, argumentando que estaban en el marco de la sesión pública abierta al periodismo y a testigos.
Tabak afirmó que los NIH están aprendiendo “sobre actividades potencialmente preocupantes a través de su propia supervisión del proceso de solicitud de subvenciones, referencias de otras agencias y, cada vez más, las propias universidades”, que -según el funcionario- “están cada vez más conscientes del problema de la interferencia extranjera en la investigación y esfuerzos para aprovechar la ciencia respaldada por Estados Unidos”.
Tabak anunció que a algunos científicos sospechados de filtrar información a esos gobiernos extranjeros se les canceló las subvenciones y, en algunos casos, fueron despedidos de sus instituciones.
Les Hollie, jefe de operaciones de investigación de la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud, declaró que las denuncias de “espionaje” en realidad se refieren a científicos que no revelaron vínculos con gobierno extranjeros.
En los últimos meses, tanto el MD Anderson Cancer Center como la Emory University han rechazado a investigadores por haber ocultado sus lazos profesionales previos con instituciones científicas de China.
 Sin embargo, las sanciones y las sospechas que se esparcen en los ambientes científicos afecta a toda la comunidad de investigadores, con la preocupación de que los científicos chinos y chino-estadounidenses sean sospechados injustamente de tener motivos ocultos en su trabajo o que los científicos nacidos en el extranjero ya no quieran trabajar en las instituciones de los Estados Unidos.
"Tengamos cuidado de no llegar demasiado lejos", dijo el senador Ron Wyden (Demócrata), el miembro de mayor rango del comité, durante la audiencia.
El senador Chuck Grassley (Republicano), presidente del comité de Finanzas, advirtió que “el socavamiento extranjero de la investigación respaldada por los Estados Unidos amenazaba la apertura y la cooperación que suelen celebrar los científicos”.
"La colaboración y el intercambio de información verdaderamente libres solo son posibles cuando los datos y las fuentes son creíbles y el proceso de investigación es confiable", subrayó el Republicano Grassley.
 "Esa confianza se destruye cuando los gobiernos extranjeros y otras entidades interfieren en nuestra investigación para su beneficio y en nuestro detrimento", completó el senador por el Estado de Iowa.
Grassley también criticó al FBI por no enviar un funcionario a la audiencia y aseguró públicamente que “el FBI se había negado a explicar por qué no participaría”.
Quizás porque el FBI no tenga pruebas mínimamente confiables como para sostener la acusación.