republica.com.uy.- Después de 20 años de negociaciones se concretó la firma de un
Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, que aún
requiere atender requisitos legales y la aprobación parlamentaria de los
4 países de nuestra región y 28 países europeos.
A último momento
surgieron factores políticos que decidieron la firma correspondiente.
Macri y Bolsonaro precisaban algún resultado exitoso en el plano
internacional. Algunos líderes europeos necesitaban una reafirmación de
la Unión Europea y una demostración de la necesidad del libre comercio
afectado por la política de EEUU.
Los Tratados de Libre Comercio pueden ser buenos o malos para los
firmantes, pero hay que estudiarlos y profundizarlos para sacar
conclusiones. No estamos ni en contra ni a favor de los mismos, pero
precisamos toda la información de la que aún no se dispone. Este es uno
de los problemas de estos acuerdos. Se elaboran y negocian en secreto,
salvo para las grandes empresas transnacionales que generalmente
disponen de toda la información e influyen sobre los resultados.
Para la derecha política y los economistas neoliberales estos
tratados son favorables para ambas partes, generalmente sin haber
obtenido los resultados de los impactos comerciales y económicos. Para
la izquierda, se hacen esfuerzos de analizar los correspondientes
impactos económicos, pero generalmente son críticos de los mismos por
resultados negativos sobre los países de la periferia. Las
Confederaciones Sindicales del Mercosur se han expresado en forma
bastante crítica de este tratado.
Con la poca información existente haremos esfuerzos de análisis del
acuerdo. En materia comercial los países del Mercosur exportan recursos
naturales, commodities con bajo valor agregado e importan desde Europa
bienes manufactureros y servicios de alta y media tecnología. En materia
agrícola los países del Mercosur pidieron una ampliación de cuota de
carne de 400.000 toneladas y sólo obtuvieron 99.000 y eliminación de
aranceles para la cuota Hilton. La Unión Europea mantiene cuotas para
determinados rubros agropecuarios y también subsidios a la producción de
algunos productos agrícolas. Francia fue el país que más limitaciones
puso al acuerdo en defensa de sus productores agrícolas y sigue
declarando que seguirá revisando el acuerdo pese a la firma decidida. El
acuerdo puede generar ventajas para algunos productos agropecuarios
provenientes de los países del Mercosur. Pero son ventajas para seguir
exportando commodities, recursos naturales con bajo valor agregado.
Desde este ángulo seguimos cumpliendo el papel de la periferia y no
podemos resolver el tema del empleo. Los países del Mercosur van a
seguir exportando recursos naturales, pero en primera instancia debieran
aumentar el valor agregado todo lo que sea posible. Con estas mejoras
el tema del empleo permanece sin resolver.
En el sector industrial todas las ventajas son para los europeos que
tienen en la actualidad mayor competitividad. Mercosur en un período de
tiempo de 10 años deberá eliminar los aranceles a los rubros de la
industria manufacturera, con lo que es posible que queden afectados
diversos sectores productivos como la industria automovilística, pero
también podrían quedar afectados rubros industriales más sencillos como
textil y calzado. Quedarían más afectadas las industrias de Brasil y
Argentina. En el caso del Uruguay podría afectarse inclusive rubros
industriales con potencialidades de participar en futuras cadenas de
valor regionales. También se afectarían las exportaciones
intrarregionales. Uruguay le vende al Mercosur rubros manufacturados que
posiblemente no podrían estar en condiciones de competir con industrias
provenientes de Europa. Lo mismo podría afectarse las exportaciones
industriales de Argentina a Brasil y de Brasil a Argentina. También
podría pasar con rubros de servicios con dificultades de competir con
sectores de servicios europeos.
El futuro de los países del Mercosur pasa por exportar rubros
industriales y de servicios de alta y media tecnología como lo hacen los
países desarrollados. Ello requiere avanzar con mayor valor agregado a
los recursos naturales y sobretodo, participar en cadenas de valor,
internacionales y regionales donde se concreten avances tecnológicos
significativos.
Además de lo comercial se agregan a estos tratados temas de
conveniencia para los países desarrollados como propiedad intelectual
que es uno de los temas más prioritarios y compras estatales. Se alargan
plazos de patentes y se les otorga a las grandes empresas extranjeras
“trato nacional” compitiendo en igualdad de condiciones con las empresas
nacionales e impidiendo que las compras estatales puedan utilizarse
para mejorar empleo, para atender a pequeñas empresas, o para avances
tecnológicos de empresas nacionales.
Esperamos los textos definitivos para una evaluación más profunda,
pero hasta el momento las pérdidas superan ampliamente a los beneficios
como vienen analizando diversas noticias que hemos visto y leído de
Argentina.