rcinet.ca.-La administración Trump anunció este miércoles un plan que permitiría a los estadounidenses tener acceso legalmente a medicamentos en Canadá, donde son más baratos
que en Estados Unidos, mientras que el seguro de salud se anuncia como
uno de los temas claves de la campaña para las elecciones presidenciales
de 2020.
Los estadounidenses pagan en promedio 1200 dólares anuales por medicamentos recetados, un monto más elevado que en cualquier otro país, según la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE.
Donald Trump ha criticado el elevado costo de los medicamentos en su
país y apoya un proyecto de ley en el Senado que pondría un límite al
costo de los medicamentos.
“Los estadounidenses merecen ser protegidos contra los altos precios de los medicamentos
y merecen un sistema de salud que ofrezca cuidados de salud asequibles y
centrados sobre los pacientes”, declaró Alex Azar, ministro
estadounidense de Salud.
El plan propuesto por su ministerio y por la Administración de
Alimentos y Medicamentos, FDA por sus siglas en inglés, prevé dos
propuestas. La primera permitiría proponer una regla que autorizaría los
proyectos pilotos desarrollados por los Estados, los mayoristas y los farmacéuticos para importar ciertos medicamentos de Canadá, incluso si se limitan solo a ciertas categorías.
La segunda prevé que la FDA trabaje en colaboración con los
fabricantes que quieran importar a EEUU versiones genéricas de
medicamentos que venden en el extranjero, “permitiéndoles ofrecerlos a un precio más bajo que el requerido por sus contratos actuales de distribución”.
Estas medidas podrían incluir la insulina necesaria para el
tratamiento de la diabetes, así como medicamentos contra la artritis
reumatoide, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Todavía no se ha fijado ninguna fecha precisa para la instauración de este plan. El proyecto tendrá seguramente que enfrentar la resistencia de la industria farmacéutica estadounidense.
Las farmacéuticas alegan que los precios elevados de los medicamentos son una consecuencia de los costos de la innovación,
pero un estudio de la Escuela Médica de Harvard en 2016, culpó al
sistema estadounidense de patentes por dar a los fabricantes “monopolios
protegidos por el gobierno” por intermedio de una exclusividad que dura
desde hace varias décadas.
El estudio había anotado también que contrariamente a casi todos los otros países desarrollados, el sistema estadounidense permite a los fabricantes fijar sus propios precios en vez de tener que negociarlos con un sistema nacional de seguro médico.