La oficina de marcas y patentes de los Estados Unidos (USPTO), otorgó el 30 de marzo de 2021 la patente US 10.960.070 B2 de título "Prefusion coronavirus spike proteins and their use" que estabiliza la proteína Spike, fundamental para llevar a cabo las nuevas vacunas contra el coronavirus. La patente se encuentra a nombre del departamento de salud y servicios humanos de ese país.
La patente solicitada en 2016 y otorgada recieentemente se refiere a proteínas Spike (pico) de coronavirus recombinantes, como las proteínas S del coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV), que se estabilizan en una conformación de prefusión por uno o más aminoácidos. sustituciones ácidas y su uso como inmunógenos.
En ese año, el investigador Barney Graham y sus colegas desarrollaron un mecanismo para intercambiar un par de aminoácidos en la proteína Spike, un hallazgo que podía ser útil para desarrollar vacunas contra cualquier coronavirus. La proteína Spike del coronavirus es el objetivo de la mayoría de las vacunas actualmente aprobadas o en desarrollo.
El departamento de salud del Gobierno de Estados Unidos es uno de los titulares de la patente 10.960.070 junto con Darmouth College y el Instituto de Investigación Scripps: la invención está en el centro de al menos cinco vacunas importantes contra la COVID-19: las de Moderna, Johnson & Johnson, Novavax, CureVac y Pfizer-BioNTech.
Según el gobierno de EEUU, los esfuerzos anteriores para desarrollar vacunas CoV han utilizado virus completamente inactivados, virus vivos atenuados, subunidades de proteínas recombinantes o enfoques genéticos. Las proteínas de pico (S) de CoV median la unión celular y la fusión de membranas y, por lo tanto, son el objetivo de los anticuerpos protectores.
Los inventores del Centro de Investigación de Vacunas del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas han desarrollado un nuevo antígeno de vacuna de proteína CoV S. Esta tecnología emplea ingeniería de proteínas para estabilizar S en su conformación de prefusión, evitando el reordenamiento estructural y exponiendo superficies preferibles antigénicamente.
De acuerdo a lo señalado por el gobierno, la tecnología se ha aplicado a varios picos de CoV, incluidos los de virus relevantes para humanos, como HKU1-CoV, SARS-CoV y MERS-CoV.
Particularmente para MERS-COV, se ha demostrado que las proteínas S estabilizadas provocan respuestas de anticuerpos neutralizantes superiores hasta 10 veces más altas en modelos animales y protegen a los ratones contra la infección letal por MERS-CoV.
A partir de la pandemia del nuevo coronavirus, esta tecnología de ARNm es actualmente utilizada en seres humanos de forma masiva.
