La patente unitaria europea entrará previsiblemente en vigor el año que viene, una vez Austria ha ratificado su adhesión y Alemania está a punto de hacerlo. Un sistema que tiene que permitir, con una única aplicación, que una patente entre en vigor en todos los estados que se le han sumado.
Unos estados entre los cuales no está España, que ha renunciado por una cuestión idiomática. La patente unitaria se podrá tramitar en inglés, francés o alemán, pero no en castellano.
La medida no tiene que afectar especialmente a las empresas catalanas y españolas, pero sí que tiene otras derivadas. La sección central del Tribunal Unificado de Patentes que se creará para resolver conflictos de patentes en el ámbito farmacéutico tenía que estar en Londres, pero el Brexit ha hecho que se tenga que buscar una sede alternativa. “Era una ocasión para llevar a España un importante organismo europeo”, indica Josep Maria Pujals, consultor independiente de la propiedad intelectual. Otras ciudades europeas, como Milano, Amsterdam y Dublín, ya se están postulando para captar este organismo. Para Pujals, esta sección del Tribunal Unificado de Patentes podía haber sido una opción para Barcelona, “puesto que es un importante conjunto biotecnológico europeo y de la industria farmacéutica española”.
Además, según Pujals, la posibilidad de ubicar en España un tribunal de este tipo abriría la puerta a la especialización jurídica en este campo y al hecho de que jueces españoles pudieran acceder a él.
La patente unitaria no afecta a la actual patente europea. La diferencia básica es que la patente europea actual es un procedimiento en el que hay una aceptación o denegación. Pero si la Oficina Europea de Patentes lo acepta, después se tiene que pedir la validación en cada país y hacer los correspondientes pagos a cada uno de ellos. En el caso de la patente unitaria, la idea es que una vez aceptada quede inmediatamente validada en cada uno de los estados adheridos con un pago único.
El camino para la creación de la patente unitaria ha sido largo. Bruselas puso en marcha el paquete legislativo en 2012, pero se produjeron varios retrasos, como un pronunciamiento en contra del Tribunal Constitucional de Alemania o el Brexit. Pero ahora parece que ya está a punto, con la ratificación de la mayoría de socios europeos, excepto Polonia, Croacia y España.
La idea de la patente unitaria es clara. Una especie de ventanilla única que una vez acepte una patente se aplica en todos los países adheridos. Una manera importante de simplificar trámites, sobre todo para las empresas de otras economías, como China, Japón o los Estados Unidos, puesto que con una petición y un pago pueden alcanzar muchos países europeos. Las otras opciones son la mencionada patente europea o las patentes nacionales, una buena opción para aquellas empresas que quieren proteger su propiedad intelectual en un país o en un número muy reducido de estados.
Fuentes del gobierno español han indicado al ARA que el ejecutivo mantiene su decisión de seguir fuera de la patente unitaria “en defensa de los derechos lingüísticos de los ciudadanos y las empresas españolas”, y por “la defensa del español como una lengua de primer nivel en el ámbito internacional”.
Posible cambio de postura
Según portavoces del ministerio de Industria, Comercio y Turismo, “sin medidas compensatorias adecuadas, supone que los solicitantes de patentes españoles, especialmente las pymes, pierdan un factor clave de competitividad”. Estas fuentes defienden que, a diferencia de Polonia, las reticencias de España son de índole “técnica y práctica” y, en este sentido, indican que si la Comisión Europea y la Oficina Europea de Patentes dan pasos para paliar estas reticencias “serían bienvenidas para fomentar un debate sereno sobre el posible cambio de posición española”.
Para Pepe Isern, presidente de Isern Patentes y Marcas, aunque España no entre en la patente unitaria para las empresas españolas, la situación no es mala. "Una empresa española la podrá pedir igualmente”, dice. De este modo, explica este experto, una compañía española podría pedir la patente española y, después, la unitaria, y tendría protección de su propiedad intelectual tanto en España como en todos los países adheridos a la unitaria.