La CODA, Asociación de Distribución de Contenido al Extranjero, representa a varias compañías japonesas en la industria del entretenimiento, como el estudio de TV Toei y el desarrollador de juegos Square Enix. Recientemente, se envió un pedido por escrito para que OpenAI deje de usar sin autorización sus propiedades intelectuales para entrenar a su nueva IA generativa Sora 2.
Son casi 20 los cofirmantes que acusaron a la compañía tecnológica de infringir los derechos de autor, y que alegan que “una gran parte” del contenido de Sora 2 “se asemeja en mucho al contenido o imágenes japoneses como resultado de utilizar contenido japonés como datos de aprendizaje automático”. La carta mencionaba la política de OpenAI de utilizar trabajos con derecho de autor a menos que el propietario explícitamente lo impidiera, pero bajo la ley japonesa argumenta que más bien debería utilizar un sistema que por el contrario concediera permisos, ya que el permiso para las obras con derechos de autor suele solicitarse de antemano.
Los requisitos de la CODA
CODA requiere dos cosas de OpenAI: que el contenido de sus miembros no se usa para entrenar a Sora 2 a menos que se le otorgue permiso, y que OpenAI “responda con sinceridad a las preguntas y reclamos de las compañías miembro de CODA en referencia a la infracción de derechos de autor relacionadas con lo que responde Sora 2”.
A mediados de octubre el gobierno japonés solicitó a OpenAI que dejara de infringir los derechos de los videojuegos y animes locales como One Piece y Demon Slayer. En ese momento, el ministro de estrategias de IA y PI Minoru Kiuchi dijo que esas obras conforman parte de los “tesoros irreemplazables” del país. Otros políticos han criticado en términos similares este modelo de generación. Este año el CEO de OpenAI Sam Altman habló de la capacidad de crear imágenes del estilo Ghibli vía la actualización del momento de ChatGPT que se usó luego para destacar los esfuerzos de deportación del presidente Trump.
Al momento de escribir este artículo, OpenAI no ha respondido a la solicitud de CODA, aunque en declaraciones más extensas las compañías señalaron que “tomarán las acciones éticas y legales que correspondan contra la infracción de derechos de autor, más allá de si utilizamos o no la IA generativa”.
