biodiversidadla.org.-
"Lino Barañao fue siempre un acérrimo defensor de Monsanto pero además
un freno para todas las denuncias de los daños que las corporaciones
provocan a la salud socioambiental en nuestro país... Ahora Lino Barañao
vuelve a la carga para defender los intereses de la multinacional
intentando esta vez torcer el brazo del Instituto Nacional de la
Propiedad Industrial (INPI) que ya rechazó el intento de Monsanto de
patentar la soja transgénica."
Por Carlos A. Vicente / GRAIN y Acción por la Biodiversidad
Lino Barañao sigue defendiendo los intereses de Monsanto desde el
Ministerio de Ciencia y Tecnología. Ahora presiona para que el INPI, que
rechazó patentar la soja transgénica, acepte la patente y así Monsanto
pueda cobrar sus regalías sin problemas.
La continuidad del único Ministro entre la gestión de Cristina Fernández
de Kirchner y la de Mauricio Macri no fue sorpresiva para quienes
seguimos el desarrollo del avance de las corporaciones biotecnológicas
en Argentina. Lino Barañao fue siempre un acérrimo defensor de Monsanto
pero además, y esto es mucho más grave, un freno para todas las
denuncias de los daños que las corporaciones provocan a la salud
socioambiental en nuestro país. Por lo tanto su continuidad expresaba
claramente la continuidad y profundización del modelo inaugurado en el
año 1996 con la introducción de la soja transgénica.
Ahora Lino Barañao vuelve a la carga para defender los intereses de
la multinacional intentando esta vez torcer el brazo del Instituto
Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) que ya rechazó el intento de
Monsanto de patentar la soja transgénica.
La función del INPI está claramente expresada en su Sitio Web y es
“Otorgar títulos de propiedad sobre Patentes de Invención, Modelos de
Utilidad, Marcas, Modelos y/o Diseños Industriales, a todas las personas
que lo soliciten y cumplan con los requisitos exigidos por la normativa
vigente”. A partir de estos principios el INPI rechazó el pedido de
patente a Monsanto tal como hace unos meses lo comunicó la misma
Sociedad Rural Argentina (3) que consultó al INPI y recibió un
pormenorizado informe exponiendo que Monsanto no tiene la patente.
Pero para que no quepan dudas la ONG Naturaleza de Derechos difundió
hace pocas semanas los detalles de un proceso judicial iniciado a partir
de que el INPI rechazó la solicitud de Monsanto del año 1995 para
patentar la soja rr. El INPI planteó en sus considerandos que la misma
era improcedente dado que la molécula de ADN recombinante y las células
modificadas no constituyen una invención porque son materia viva y
preexistente en la naturaleza, o bien, "material biológico y genético o
su réplica".
Ante la decisión administrativa del INPI, Monsanto recurrió a la
justicia en el año 2007 solicitando la nulidad de esta resolución
administrativa. En primera instancia la justicia fallo a favor de
Monsanto, pero esa decisión judicial fue apelada por el INPI que motivó
el fallo de la Cámara Federal en lo Civil y Comercial revocándola. La
Cámara fue contundente en el rechazo, señalando que la molécula de ADN
recombinante, las células vegetales transformadas por ella y las plantas
generadas a partir de estas últimas incluidas en la solicitud, es
materia no incluida en el amparo que brinda el sistema de patentes, por
no cumplir las previsiones establecidas en la ley (4). Claramente: los
transgénicos no pueden ser patentados en Argentina.
Pese a ello, nuevamente comenzó a operar el Ministro Barañao cuando se
profundizó el conflicto entre Monsanto y los productores de soja por la
intención de la corporación de cobrar regalías por la soja cosechada
haciendo análisis en los puertos. En una entrevista a la Agencia
Bloomberg días pasados Barañao afirmó que: "La cuestión de Monsanto es
muy particular dado que la Argentina todavía no ha otorgado a la
compañía la patente para Intacta….La decisión final debe salir pronto,
pero no estoy seguro de que esto vaya a ocurrir para la cosecha 2015-16.
Hemos pedido al Registro de Propiedad Intelectual que acelere el
proceso pero podría demorar meses" (5).
También en ese reportaje afirmó que "La postura de la Argentina es que
el productor debe pagar por el uso de una semilla patentada y el uso
repetido; se debe pagar una suma lógica"; yendo contra la Ley de
Semillas que habilita a guardar semilla para el uso propio. O sea un
Ministro que aboga porque en el país no se cumpla la Ley vigente.
Este “pedido” al INPI es absolutamente improcedente y muestra nuevamente
al Ministro operando descaradamente a favor de Monsanto cuando no es
esta su función ni son los intereses corporativos los que debe defender.
Por otro lado esta presión sienta un precedente grave pues abre las
puertas, en el contexto de un gobierno dispuesto a entregarle todo al
poder corporativo, para que se autoricen en Argentina patentes sobre la
vida, cuestión de extrema gravedad que iría contra la propia Ley de
Patentes que expresa que “no serán patentables ...la totalidad del
material biológico y genético existente en la naturaleza o su réplica,
en los procesos biológicos implícitos en la reproducción animal, vegetal
y humana, incluidos los procesos genéticos relativos al material capaz
de conducir su propia duplicación en condiciones normales y libres...”.
Cuando se cumplen dos años del fallecimiento del Dr. Andrés Carrasco es
imposible que no venga a la memoria el accionar de Lino Barañao en favor
de Monsanto cuando en el año 2009 el Dr. Carrasco dio a conocer sus
investigaciones sobre la toxicidad del glifosato y su efecto
embriotóxico, ligándolo sin lugar a dudas al posible efecto teratogénico
en humanos (es decir su papel como inductor de malformaciones, de
alteraciones en el desarrollo embrionario).
En ese momento y en un tristemente célebre reportaje realizado por el
principal lobbista de Monsanto en el multimedios Clarín, Héctor Huergo,
Barañao “le quitó toda legitimidad al trabajo del subsecretario de
Defensa, Andrés Carrasco, que alertaba sobre perjuicios para la salud en
el herbicida glifosato, que se utiliza en el cultivo de soja” (1). Allí
Huergo afirmaba que “creo que lo que determinaba era algún problema en
el desarrollo de embriones anfibios” y la respuesta del Ministro fue “Él
(por el Dr. Andrés Carrasco) comunicó sus hallazgos preliminares a la
prensa, esto no es parte de un estudio encargado por el CONICET, ni es
parte de una comisión institucional. En otras oportunidades se ha pedido
al CONICET que se expidiera sobre un tema particular, en ese caso se
convoca a un panel de expertos que emiten opinión. Esto es simplemente
la comunicación de un investigador particular y no ha sido sometido a
juicio por un panel de expertos ni nada por el estilo”.
La investigación fue publicada un año después en la prestigiosa revista
Chemical Research in Toxicology con la conclusión de que “El efecto
directo del glifosato en los primeros mecanismos de morfogénesis en
embriones de vertebrados abre las preocupaciones sobre los resultados
clínicos en la descendencia humana en poblaciones expuestas a herbicidas
basados en glifosato en los campos agrícolas” (2). No hubo ningún
comentario desde el Ministerio, ni desde el CONICET sobre esta
publicación.
Y el Dr. Carrasco explicó claramente su posición al dar a conocer su
investigación antes de estar publicada en una revista científica: “No
existe razón de Estado ni intereses económicos de las corporaciones que
justifiquen el silencio cuando se trata de la salud pública. Hay que
dejarlo claro, cuando se tiene un dato que sólo le interesa a un círculo
pequeño, se lo pueden guardar hasta tener ajustado hasta el más mínimo
detalle y, luego, se lo canaliza por medios que sólo llegan a ese
pequeño círculo. Pero cuando uno demuestra hechos que pueden tener
impacto en la salud pública, es obligación darle una difusión urgente y
masiva”.
Hoy se hace urgente seguir honrando al Dr. Carrasco frenando el avance
corporativo en la apropiación de la vida y rechazando toda forma de
patentamiento sobre la misma. Como así también es urgente denunciar y
expulsar a los mercenarios que desde los gobiernos no hacen más que
profundizar y favorecer la entrega y el saqueo de nuestros territorios.
Notas
1- Barañao desmiente estudio contra el glifosato: "No es del Conicet", aquí
2- Glyphosate-Based Herbicides Produce Teratogenic Effects on Vertebrates by Impairing Retinoic Acid Signaling, aquí, 2010
3- "Monsanto no tiene la patente de la soja Intacta RR2 PRO", aquí, 6-10-2015
4- Trascendental fallo de la Justicia Argentina rechaza a Monsanto el pedido de patentamiento de semillas transgénicas, aquí, 29-3-2016
5- La soja transgénica de Monsanto deberá esperar meses para recibir la patente en Argentina, aquí, 10-5-2016