eleconomista.es/El Acuerdo Transatlántico para el Comercio
y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) entre la Unión Europea y
EE.UU. podría tener un impacto negativo en la sanidad pública y en la
asequibilidad de los medicamentos, según ha indicado la ONG Farmamundi.
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Varios agentes sociales como Universidades
Aliadas por Medicamentos Esenciales (UAEM); Medicines in Europe Forum;
Health Action International-Europe; Salud por derecho; la plataforma 'No
Gracias', y la Federación de Asociaciones por la Defensa de la Salud
Pública (FADSP) donde se encuentra Farmamundi, coinciden en que su
aprobación dotaría a las empresas transnacionales de mayor poder a la
hora de presionar en la toma de decisiones referentes a la salud.
"Queremos alertar de los peligros de ceder
poder a los 'lobbies' corporativos para construir un nuevo marco
mundial de relaciones económicas y sociales que anteponga los beneficios
empresariales a los intereses de la ciudadanía. El tratado limitaría la
soberanía de los gobiernos, entregando más poder a los grupos
empresariales e inversores privados", han insistido desde Farmamundi.
A su vez, Farmaindustri ha instado a los
partidos políticos con representación en el Congreso de los Diputados a
exigir la participación de los agentes sociales en las negociaciones
porque, de concretarse el tratado, "las medidas sanitarias estarían en
peligro".
AMENAZAS EN LA SANIDAD PÚBLICA
Las amenazas más importantes previsibles
para el sistema público se relacionan con la privatización de los
servicios sanitarios al ser un potencial de negocio; por la dificultad
de reversión de las privatizaciones; el condicionamiento de las
políticas publicas de salud que cuestionen los beneficios de empresas
privadas; la accesibilidad; la falta de incentivos para producir
genéricos, y las facilidades para alargar patentes retrasando la entrada
de los genéricos en mercado.
Además, alerta Farmaindustri, reduciría
los requisitos para las patentes con el objetivo de facilitar la
comercialización de innovaciones biotecnológicas y limitaría las
políticas de los gobiernos de precios y reembolsos que dotan a los
Estados de flexibilidad. También limitaría, según informa Farmamundi, la
información de los resultados de los ensayos clínicos de nuevos
fármacos y eliminaría o reduciría la exigencia de duplicar pruebas
clínicas para facilitar la entrada de productos.