La ciudad portuguesa de Lisboa ha acogido una Conferencia sobre el
Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones entre la Unión Europea y
Estados Unidos (TTIP), la cual contó con la participación de médicos y
políticos de este país y de España, que coincidieron en señalar que este
convenio “es para la Sanidad el caballo de Troya de las grandes
multinacionales”.
Este
encuentro dispuso de la participación de varios representantes de la
Organización Médica Colegial (OMC), como son su presidente, el doctor
Juan José Rodríguez Sendín; su vicepresidente, el doctor Serafín Romero;
su secretario general, el doctor Juan Manuel Garrote; y su
vicesecretario general, el doctor Jerónimo Fernández Torrente.
Además, acudieron a este foro, entre otros, el expresidente del
Congreso de los Diputados, José Bono; el presidente de la Ordem dos
Médicos de Portugal, José Manuel Silva; y el expresidente de la
República de Portugal, Jorge Sampaio. Todos ellos reclamaron “la máxima
transparencia y defensa del interés público en las negociaciones de este
Tratado que se están llevando a cabo con el mayor secretismo y falta de
información”.
“El TTIP creará barreras insalvables por el alto coste de los
medicamentos”, manifestaron José Bono y Juan José Rodríguez Sendín, en
relación con el precio que fijan las compañías por el “perverso” modelo
de patentes. “Se debe dar la batalla ante la falta de acceso a
medicamentos necesarios y esenciales”, subrayó el primero.
Según indicó el socialista, se está llevando a cabo “una violación
del derecho humano a la salud y a la atención sanitaria”, ya que “una de
cada tres personas en el mundo no tienen acceso a los medicamentos
esenciales y esa proporción supera el 50 por ciento en los países de
bajos ingresos”. “Por este motivo, más de 10 millones de seres humanos
mueren cada año”, lamenta.
“Los elevados precios de ciertos medicamentos y, en concreto, los
antivirales de acción directa para la hepatitis C, han provocado que
sólo se haya podido tratar hasta ahora a no más de un 1 por ciento de
las personas afectadas en el mundo por esta patología, pese a haber sido
incluidos en la lista de medicamentos esenciales por la Organización
Munduial de la Salud (OMS)”, continuó en relación con este “escándalo”.
Conviene reducir los precios de los medicamentos
Bono recordó que “pacientes, a los que se les ha negado el acceso a
estos tratamientos, han optado por buscar el remedio fuera, donde los
medicamentos se venden a precios más bajos, a través de viajes
organizados a países como Egipto, donde el tratamiento cuesta menos de
1.000 euros”. Ante ello, “conviene reducir los precios de los
medicamentos y establecer licencias obligatorias”, considera.
La industria farmacéutica “tiene puesta su vista sobre el TTIP con
dos objetivos principales: uno de ellos sería reforzar el sistema de
patentes aludiendo que son el alma y la sangre de la innovación, cuando
en realidad, lo que son, es la sangre de la facturación; y otro de los
objetivos sería el de fijar los precios por valor y no por coste”,
prosiguió el expresidente de la Cámara Baja.
En
esta línea, Rodríguez Sendín, que volvió a poner de relieve los
recortes llevados a cabo en las Sanidades de España y Portugal, expuso
que este Acuerdo “tiene los días contados”. Al respecto resaltó como “un
problema de sostenibilidad externa” el alto coste de los medicamentos,
una responsabilidad que atribuyó a los Gobiernos “que no controlan los
precios”.
“No podemos seguir tan dependientes de lo que la industria
farmacéutica demanda que, además, ya no es tal, sino un conjunto de
conglomerados financieros que compran y venden las moléculas al mejor
postor”, sostuvo el presidente de la OMC, que puso en duda “que las
multinacionales antepongan las necesidades urgentes de la población,
entre ellas la de generar más puestos de trabajo, a las suyas propias”.
A juicio de Rodríguez Sendín, “lo que ofrece el TTIP es mantener en
el mercado casi el 75 por ciento de los nuevos fármacos que, en
realidad, no aportan nada, mientras su precio va creciendo en los
últimos años, algunos hasta 300 veces, mientras se ha ido recortando las
inversiones en el sector público”.
El acuerdo otorga “un enorme poder de negociación a las grandes
compañías a la hora de autorizar la comercialización y fijar los precios
de los medicamentos”, afirmó el máximo representante de los médicos
españoles, que agregó que “puede limitar las capacidades de los sistemas
nacionales para establecer mecanismos que mejoren la eficiencia y la
negociación de precios”.
La OMC reclama excluir cualquier aspecto que afecte a los sistemas de salud
“Excluir explícitamente cualquier aspecto que afecte a los sistemas
de salud relativos a salud pública, asistencia sanitaria, seguros
sanitarios públicos y privados, distribución farmacéutica, patentes de
productos farmacéuticos y sistemas de selección selectiva de
medicamentos”, es la reclamación final de Rodríguez Sendín.
Ya en clave portuguesa, José Manuel Silva, que manifestó que el TTIP
“puede tener graves implicaciones en la salud de los ciudadanos”,
lamenta el “capitalismo desregulado en el que vive Europa, con falta de
liderazgo, ausencia de un genuino sentimiento europeo, una
desindustrialización acelerada, el estancamiento económico y un elevado
desempleo que acentúa las desigualdades y degrada el estado social”.
En
este sentido, el máximo representante de la Ordem dos Médicos explicó
que la economía estadounidense “también se enfrenta a los mismos graves
problemas, a pesar de los permanentes estímulos de la Reserva Federal,
que permiten alarmantes fenómenos como el de Donald Trump”. “En esta
situación compleja hay que situar el control y el poder del comercio
internacional de las grandes corporaciones multinacionales, que
continúan aumentando su lucro a toda costa y a una escala cada vez más
global”, subrayó.
“El TTIP, que en su génesis tiene como objetivo el estímulo a la
economía mundial, en lo referente a la Sanidad, conllevaría el que las
grandes empresas farmacéuticas podrían reforzar sus patentes de los
principales medicamentos de referencia, disparando sus precios”,
insistió Silva, que añadió que “los servicios públicos de salud no
podrían soportar los costes, lo que supondría graves perjuicios para los
pacientes”.
A juicio del presidente de la corporación sanitaria lusa, “Estados
Unidos ha estado presionando fuertemente en defensa de sus intereses”.
No obstante, “la Comisión y el Parlamento Europeo tienen asumido con
claridad que sin protección de la Sanidad pública y de los servicios
públicos de salud no habría acuerdo”, declaró.
El “futuro más que incierto” para el TTIP, ante las elecciones a
celebrar en Estados Unidos, Francia y Alemania, fue destacado por Jorge
Sampaio, que indicó que existe un “difícil el consenso” y que hay “una
creciente incapacidad para encontrar soluciones a los desafíos y
amenazas a la seguridad, a la paz y a la prosperidad en el mundo”. De
cualquier forma, el exmandatario luso considera una incógnita el
porvenir del TTIP y manifestó que el mismo exige un análisis “fino,
detallado e inclusivo”.