martes, 11 de octubre de 2016

Médicos y políticos españoles y lusos ven el TTIP como el caballo de Troya de las multinacionales

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La ciudad portuguesa de Lisboa ha acogido una Conferencia sobre el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP), la cual contó con la participación de médicos y políticos de este país y de España, que coincidieron en señalar que este convenio “es para la Sanidad el caballo de Troya de las grandes multinacionales”.



Este encuentro dispuso de la participación de varios representantes de la Organización Médica Colegial (OMC), como son su presidente, el doctor Juan José Rodríguez Sendín; su vicepresidente, el doctor Serafín Romero; su secretario general, el doctor Juan Manuel Garrote; y su vicesecretario general, el doctor Jerónimo Fernández Torrente.
Además, acudieron a este foro, entre otros, el expresidente del Congreso de los Diputados, José Bono; el presidente de la Ordem dos Médicos de Portugal, José Manuel Silva; y el expresidente de la República de Portugal, Jorge Sampaio. Todos ellos reclamaron “la máxima transparencia y defensa del interés público en las negociaciones de este Tratado que se están llevando a cabo con el mayor secretismo y falta de información”.
“El TTIP creará barreras insalvables por el alto coste de los medicamentos”, manifestaron José Bono y Juan José Rodríguez Sendín, en relación con el precio que fijan las compañías por el “perverso” modelo de patentes. “Se debe dar la batalla ante la falta de acceso a medicamentos necesarios y esenciales”, subrayó el primero.
Según indicó el socialista, se está llevando a cabo “una violación del derecho humano a la salud y a la atención sanitaria”, ya que “una de cada tres personas en el mundo no tienen acceso a los medicamentos esenciales y esa proporción supera el 50 por ciento en los países de bajos ingresos”. “Por este motivo, más de 10 millones de seres humanos mueren cada año”, lamenta.
“Los elevados precios de ciertos medicamentos y, en concreto, los antivirales de acción directa para la hepatitis C, han provocado que sólo se haya podido tratar hasta ahora a no más de un 1 por ciento de las personas afectadas en el mundo por esta patología, pese a haber sido incluidos en la lista de medicamentos esenciales por la Organización Munduial de la Salud (OMS)”, continuó en relación con este “escándalo”.
Conviene reducir los precios de los medicamentos
Bono recordó que “pacientes, a los que se les ha negado el acceso a estos tratamientos, han optado por buscar el remedio fuera, donde los medicamentos se venden a precios más bajos, a través de viajes organizados a países como Egipto, donde el tratamiento cuesta menos de 1.000 euros”. Ante ello, “conviene reducir los precios de los medicamentos y establecer licencias obligatorias”, considera.
La industria farmacéutica “tiene puesta su vista sobre el TTIP con dos objetivos principales: uno de ellos sería reforzar el sistema de patentes aludiendo que son el alma y la sangre de la innovación, cuando en realidad, lo que son, es la sangre de la facturación; y otro de los objetivos sería el de fijar los precios por valor y no por coste”, prosiguió el expresidente de la Cámara Baja.
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En esta línea, Rodríguez Sendín, que volvió a poner de relieve los recortes llevados a cabo en las Sanidades de España y Portugal, expuso que este Acuerdo “tiene los días contados”. Al respecto resaltó como “un problema de sostenibilidad externa” el alto coste de los medicamentos, una responsabilidad que atribuyó a los Gobiernos “que no controlan los precios”.
“No podemos seguir tan dependientes de lo que la industria farmacéutica demanda que, además, ya no es tal, sino un conjunto de conglomerados financieros que compran y venden las moléculas al mejor postor”, sostuvo el presidente de la OMC, que puso en duda “que las multinacionales antepongan las necesidades urgentes de la población, entre ellas la de generar más puestos de trabajo, a las suyas propias”.
A juicio de Rodríguez Sendín, “lo que ofrece el TTIP es mantener en el mercado casi el 75 por ciento de los nuevos fármacos que, en realidad, no aportan nada, mientras su precio va creciendo en los últimos años, algunos hasta 300 veces, mientras se ha ido recortando las inversiones en el sector público”.
El acuerdo otorga “un enorme poder de negociación a las grandes compañías a la hora de autorizar la comercialización y fijar los precios de los medicamentos”, afirmó el máximo representante de los médicos españoles, que agregó que “puede limitar las capacidades de los sistemas nacionales para establecer mecanismos que mejoren la eficiencia y la negociación de precios”.
La OMC reclama excluir cualquier aspecto que afecte a los sistemas de salud
“Excluir explícitamente cualquier aspecto que afecte a los sistemas de salud relativos a salud pública, asistencia sanitaria, seguros sanitarios públicos y privados, distribución farmacéutica, patentes de productos farmacéuticos y sistemas de selección selectiva de medicamentos”, es la reclamación final de Rodríguez Sendín.
Ya en clave portuguesa, José Manuel Silva, que manifestó que el TTIP “puede tener graves implicaciones en la salud de los ciudadanos”, lamenta el “capitalismo desregulado en el que vive Europa, con falta de liderazgo, ausencia de un genuino sentimiento europeo, una desindustrialización acelerada, el estancamiento económico y un elevado desempleo que acentúa las desigualdades y degrada el estado social”.
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En este sentido, el máximo representante de la Ordem dos Médicos explicó que la economía estadounidense “también se enfrenta a los mismos graves problemas, a pesar de los permanentes estímulos de la Reserva Federal, que permiten alarmantes fenómenos como el de Donald Trump”. “En esta situación compleja hay que situar el control y el poder del comercio internacional de las grandes corporaciones multinacionales, que continúan aumentando su lucro a toda costa y a una escala cada vez más global”, subrayó.
“El TTIP, que en su génesis tiene como objetivo el estímulo a la economía mundial, en lo referente a la Sanidad, conllevaría el que las grandes empresas farmacéuticas podrían reforzar sus patentes de los principales medicamentos de referencia, disparando sus precios”, insistió Silva, que añadió que “los servicios públicos de salud no podrían soportar los costes, lo que supondría graves perjuicios para los pacientes”.
A juicio del presidente de la corporación sanitaria lusa, “Estados Unidos ha estado presionando fuertemente en defensa de sus intereses”. No obstante, “la Comisión y el Parlamento Europeo tienen asumido con claridad que sin protección de la Sanidad pública y de los servicios públicos de salud no habría acuerdo”, declaró.
El “futuro más que incierto” para el TTIP, ante las elecciones a celebrar en Estados Unidos, Francia y Alemania, fue destacado por Jorge Sampaio, que indicó que existe un “difícil el consenso” y que hay “una creciente incapacidad para encontrar soluciones a los desafíos y amenazas a la seguridad, a la paz y a la prosperidad en el mundo”. De cualquier forma, el exmandatario luso considera una incógnita el porvenir del TTIP y manifestó que el mismo exige un análisis “fino, detallado e inclusivo”.