proexpansion.com.- Bajo las leyes de libre competencia, cuando hay un solo jugador en un
mercado, si le va bien, inmediatamente las propias leyes de mercado
permitirán que surja un competidor que ofrezca lo mismo que el primero,
con lo cual los precios de venta se estabilizarán como resultado de la
presencia del nuevo actor.
Sin embargo, esta ley de funcionamiento de mercados bajo libre
competencia parece que no se cumple en el caso del sector farmacéutico.
Alguien podría decir que esto tiene que ver con las patentes que otorgan
derechos exclusivos de explotación durante un periodo determinado, para
permitir que los laboratorios recuperen los costos de investigación y
desarrollo de la nueva droga, pudiendo durante este tiempo cobrar
precios altos por las medicinas que han desarrollado.
El problema es cuando ese desarrollo en el camino deja de ser
original y único porque surgen nuevas propuestas alternativas. En esos,
casos las leyes de mercado deberían empujar a que los precios se regulen
por sí solos. Sin embargo, eso no está ocurriendo y un reciente
artículo de The Wall Street Journal, titulado “Drugmakers Find Competition Doesn’t Keep a Lid on Prices”, plantea que la competencia no está logrando que los precios bajen.
La inquietud se ha generado luego de que Pfizer Inc., y Eli Lilly
& Co., eleveron el precio de uno de sus productos casi al mismo
tiempo. Primero Pfizer subió el precio de la Viagra en 13% en junio y,
en menos de una semana, Lilly subió el precio de su producto de
competencia Cialis en el mismo porcentaje.
Si bien parece extraño o alguien podría considerar esto una
casualidad, lo cierto es que no es la primera vez que ambas empresas
realizan algo así. En el año 2011, la caja con seis pastillas de
cualquiera de los productos costaba casi 5 veces menos de lo que cuesta
ahora. Actualmente, una caja de Viagra o Cialis de 6 pastillas cuesta
alrededor de USD 300.
De acuerdo al artículo, estas no serían las únicas empresas que están
mostrando este comportamiento en la industria farmacéutica y
principalmente ocurre cuando se trata de medicina sobre las cuales
existe cierto mercado dependiente.
Si bien la Viagra y el Cialis son pastillas que no son completamente
necesarias para vivir. El problema se presenta cuando un diabético
necesita comprar su dosis de insulina y todas las marcas elevan los
precios al mismo tiempo. Esta persona no tiene posibilidad de buscar
otra alternativa.
El caso ha puesto en alerta a la agencia de competencia y a las
organizaciones de consumidores que están pidiendo investigaciones, bajo
el supuesto que las empresas están conversando para aumentar juntas los
precios (cosa que han negado).