El usuario de redes sociales cada vez es más maduro y ya pocos obvian que Facebook, Instagram y compañía hacen caja con sus datos personales. Pero hay quien lleva su inquietud un paso más allá y se cuestiona aspectos como la propiedad intelectual de las fotos y los contenidos que publica en estas plataformas.
Cuando nos registramos en Facebook, Instagram o Twitter,
por ejemplo, estamos firmando un acuerdo tácito donde, a cambio de su
servicio “gratuito” (en lo referente a lo económico) les cedemos el
acceso a cuanto hacemos, decimos y compartimos en ellas. Pero, ¿hasta
dónde llega esa cesión?.
Por ejemplo, la plataforma de Zuckerberg puede (y de hecho lleva meses haciéndolo) añadir tags y etiquetas a las imágenes que vamos subiendo, con las que describe minuciosamente lo que se muestra en ellas, para recopilar más información sobre nosotros.
¿Y qué hay de la propiedad intelectual?, ¿qué derechos adquiere la red social sobre las imágenes que publicamos en ellas? Para responder a esta pregunta lo mejor es leer y consultar los Términos y Condiciones de uso de Facebook o de la red social en cuestión (algo que casi nadie hace). Si es tu caso, vamos a repasar el de las tres principales y así ver hasta donde llegan sus límites (si es que los tienen).
Quizá la red social más polémica en este asunto sea Facebook. En su Declaración de Derechos y Responsabilidades dice:
Para el contenido protegido por derechos de propiedad intelectual, como fotografías y vídeos (en adelante, “contenido de PI”) nos concedes una licencia no exclusiva, transferible, con derechos de sublicencia, libre de derechos de autor, aplicable globalmente, para utilizar cualquier contenido de PI que publiques en Facebook o en conexión con Facebook.
Esto, traducido en el lenguaje de la calle, viene a decir que le cedemos a Facebook
todos los permisos sobre ella para usarla a nivel mundial, sin
necesidad de pedir consentimiento previo. Puede entregar a terceros tus
datos, fotografías y demás contenidos que publiques, sin pagar derechos
de autor, y con independencia de la normativa vigente en cada país.
Si por algún casual hubieras pensado que cerrando tu cuenta de Facebook
el problema estaría solucionado, te equivocas. En su Declaración de
Derechos queda claro que, haciéndolo, no borras nada de los servidores
de la plataforma y se reserva el derecho a seguir utilizando cuanto haya
en ella durante el tiempo que considere oportuno (que puede ser mucho).
En las condiciones de servicio de la red social de microbloggin podemos leer:
El usuario se reserva los derechos de cualquier contenido enviado, publicado o presentado a través de los Servicios. Al enviar, publicar o presentar cualquier Contenido a través de estos Servicios, el usuario otorga a Twitter licencia mundial, no exclusiva, libre de regalías (con derecho a la concesión de la licencia a terceros) para utilizar, copiar, reproducir, procesar, adaptar, modificar, publicar, transmitir, mostrar y distribuir dicho Contenido en cualquier medio de comunicación o método de distribución (actual o desarrollado en un futuro).
Aparentemente encierra una contradicción, ya que el usuario
se reserva los derechos de sus contenidos pero a su vez Twitter puede
conceder derechos a terceros para el uso de dicho material. Esto significa que si alguien quiere usar el contenido subido a Twitter deberá contar con el permiso o bien del autor o bien de Twitter.
En resumen, el tuitero conserva la propiedad intelectual del contenido que publica pero la licencia de uso es gratuita, ya que si Twitter lo cede no retribuirá ni compensará de modo alguno a su autor.
Si hay una red social donde las fotografías son importantes esa es sin duda Instagram, aunque los vídeos también tienen un protagonismo especial. De nuevo volvemos a encontrar condiciones de uso similares a las de las dos redes sociales citadas anteriormente:
Instagram no reclama la propiedad de ningún Contenido que publiques en el Servicio o a través de este. En su lugar, por la presente otorgas a Instagram una licencia totalmente pagada, sin derechos de autor, no exclusiva, transferible, con posibilidad de ser subotorgada y aplicable globalmente para utilizar el Contenido que publiques en el Servicio o a través de este.
Además en uno de su apartados indica que el usuario de
Instagram garantiza que es el propietario del contenido que sube a la
plataforma y por tanto esta autorizado a otorgar los derechos y las
licencias estipulados en estas Condiciones de uso.
Ahora que ya sabes que tus fotos y contenidos dejan de ser tuyos cuando los publicas en redes sociales, ¿seguirás haciéndolo?