webislam.com.- La era de la comunicación nos abruma con la sobrecarga de información
que se genera en todo el mundo. Sin embargo, sigue faltando contacto,
intercambio de información y cooperación entre las administraciones
públicas de cada país y los organismos supranacionales en los que se
integran. En el caso de la salud pública, esto es aún más necesario, ya
que la vigilancia y el control precoces de las enfermedades son las
medidas más importantes para que las respuestas ante las crisis sean
rápidas y efectivas.
Esta es una de las afirmaciones de Gro Harlem
Bruntland, directora general de la Organización Mundial de la Salud, a
su paso por Madrid tras asistir a la reunión del Comité para Europa de
la OMS. Con medidas a este respecto se podría realizar una
farmacovigilancia más independiente de las empresas farmacéuticas, en
gran parte responsables de esta información y control, pero también
interesadas en que los resultados sean positivos. La directora de la OMS
critica que las pruebas efectuadas por las compañías farmacéuticas
sobre los nuevos productos no sean rigurosas, ya que los beneficios de
sacar al mercado un nuevo producto revierten sobre las compañías en
forma de patentes en largo plazo. Es a las administraciones públicas a
las que compete contrastar los resultados y mantener la observación.
La OMS es un organismo que no puede tomar decisiones políticas, cuyas
resoluciones no son vinculantes pero aportan directrices o
recomendaciones en los temas de salud pública de todo el mundo. En
opinión de su directora, una de las mayores tragedias sanitarias es la
muerte de los enfermos que no pueden acceder a los fármacos, por lo que
solicita que se modifique el sistema de patentes para que los precios de
ciertos medicamentos bajen en países donde la necesidad es mayor, "para
acomodarlos a los intereses de la salud pública de los países pobres".
Si bien no se trata de eliminar por completo la propiedad intelectual,
sí de ajustar los precios hasta un nivel que sea realmente asequible
para los países más afectados por las enfermedades. En el caso del sida,
la presión de la opinión pública y de las Organizaciones no
Gubernamentales ha logrado que se reduzcan los precios. Aún así, "siguen
siendo demasiado elevados para que muchas personas se lo puedan
permitir", opina la Dra. Harlem. En la reunión de la Organización
Mundial del Comercio, valedora y protectora internacional de los
derechos sobre las patentes, que se celebrará en Qatar el próximo mes de
noviembre, se volverá a poner sobre la mesa este asunto, a petición de
130 Organizaciones lideradas por Oxfam y Médicos sin Fronteras.
Sin olvidar la evidente relación que une la miseria y la mala salud,
desde la dirección de la OMS se insiste en que la pobreza de un país
determina su grado de desarrollo. Es necesario invertir estos términos
fomentando la inversión en salud, que, directamente, revertirá en menor
malnutrición, mayor esperanza de vida, menor mortalidad infantil y
disminución de las tasas de enfermedades infecciosas y depresión. La
bajada en la productividad generada por la mala salud contribuye al
deterioro de la calidad de vida personal y a la disminución de la
riqueza nacional. Según Gro Harlem, es necesario que los países ricos
actúen con solidaridad y en este caso, que equivale a decir que actúen
con responsabilidad ética.