iprofesional.com.- La llegada del vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence a la Argentina en agosto próximo coincidirá con el cierre del país del norte a la importación del biodiésel local tras determinar que el biocombustible recibe subsidios.
La visita del mandatario norteamericano tendrá como acompañante al
secretario de Comercio (ITC), por sus siglas en inglés, Wilbur Ross.
Precisamente organismo que días atrás recibió las respuestas a las 100
preguntas que hiciera a las empresas Dreyfus, Vicentín, y el Gobierno. Y
que en breve dará a conocer de forma "preliminar" que el producto
nacional recibe subsidios de aproximadamente el 29% que resulta del diferencial que tiene el grano de soja con el biodiésel por la aplicación de los derechos de exportación. Es decir que se compra más barato el poroto para su producción.
La información
confirmada por fuentes que trabajan en el tema, adelantaron que las
autoridades norteamericanas no dejará de lado la investigación que hace
el ITC por dumping que se espera finalice en enero próximo. En el mientras tanto, se aplicará un arancel que marcará el fin a las exportaciones a los Estados Unidos.
Si bien se descarta que el Ejecutivo recurra a la Organización Mundial de Comercio (OMC), la Argentina no podrá hacer la denuncia como lo hizo en su momento con la Unión Europea, hasta tanto no se compruebe que hay un daño final y
no provisorio como el caso de los Estados Unidos. Este mercado
representa para la Argentina, ingresos de divisas por 1.500 millones de
dólares.
El tema es el primero en la agenda para el ministro de Producción Francisco "Pancho" Cabrera, que buscará de alguna forma una salida formal como a través de cupos. Se entiende que se armará con las empresas un número estimado de volumen a exportar.
Pero no se será fácil. Ross traerá el pedido de la industria semillera de
cambios en la aprobación de los genes por parte del Instituto Nacional
de la Propiedad Industrial (I.N.P.I.) que depende de Producción.
La autoridades del país del Norte solicitarán modificar los criterios para su autorización y la agilización de los mismos. Además tiene como prioridad el reclamo de las empresas de biotecnología por el cobro de regalías, que hoy es inferior a lo que ingresa en países como Paraguay o Uruguay, en donde se cosecha un menos volumen de soja.
Vale recordar que el año pasado, el presidente Mauricio Macri debió enfrentar a las semilleras con Monsanto a
la cabeza que buscó por derecho propio el pago por la tecnología a
través de la celebración de acuerdos con las exportadoras para el cobro
de las regalías.
También el CEO de Dow, Andrew Liveris le envío una carta al
mandatario, pidiéndole que se respete el derecho a la propiedad
intelectual de semillas, según BAE.
El secretario Ross no sólo hablará por el sector semillero, en su lista pedirá por las patentes farmaceúticas, es
decir regalías y remesas de laboratorios norteamericanos en la
Argentina que el gobierno de Donald Trump considera de vital importancia
y que espera al menos una respuesta favorable ante la muestras de
apertura a los productos argentinos como los limones tucumanos tras 16
años de negativa.