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Neuquén.-Inventó una mano ortopédica para ayudar a un niño y ahora pide que le den una mano que lo defienda, porque “le robaron la idea”. Carlos Silosa un artesano de Centenario y el abogado Néstor Soler sostienen que el hombre inventó el mecanismo que popularizó el joven que desarrolló prótesis con impresoras 3D.
Neuquén.-Inventó una mano ortopédica para ayudar a un niño y ahora pide que le den una mano que lo defienda, porque “le robaron la idea”. Carlos Silosa un artesano de Centenario y el abogado Néstor Soler sostienen que el hombre inventó el mecanismo que popularizó el joven que desarrolló prótesis con impresoras 3D.
Carlos es albañil y “se da maña para hacer muchas
cosas”. Su historia arrancó por el 2012, cuando apareció en su casa un
nene al que por un problema congénito le faltaba una mano. Su mamá le
contó que no conseguían una prótesis, le mostró la que había podido
comprar, que era un guante estático y le pidió que le hiciera un gancho.
“Me
pareció medio grosero hacerle un gancho. Me puse a trabajar como seis
meses para poder hacer una mano que tenga movilidad. Finalmente la hice
de metal y cuero. Cuando se la entregué el nene quedó fascinado, porque
podía hacer cosas con la mano. Con el movimiento de la muñeca podía
tener movilidad en su mano y le cambió la vida”, recordó Carlos.
Cómo patentarlo
A
los pocos días, un papá se le acercó con la misma inquietud y le dijo
que tenía que patentar esa idea, porque él buscó algo similar para su
hijo por años y no lo encontraba. No sabía cómo hacerlo, averiguó y le
contaron que un abogado de la Defensoría del pueblo de Centenario lo
podía ayudar, así que, hacia allí fue.
“Un arquitecto me ayudó y
armamos los documentos con el diseño. Una amiga llevó los papeles a
Buenos Aires y entregó en el Instituto Nacional de la Propiedad
Industrial (INPI)”, dijo Carlos. Allá le dijeron que la patente podía
tardar cinco años y en un año llegó el primer documento que le informaba
que todo iba viento en popa. Pero, en 2014 apareció en los medios una
persona con una idea similar.
“Usa otro material, pero es el
mecanismo que yo había inventado. Hay gente que pudo haberlo inventado.
Él lo hace en 3D, esa es la diferencia, pero el mecanismo es el mío. No
me importa, pero no podés lucrar con algo que no es tuyo”, dice Carlos y
asegura que le robaron.
“Felicidad y decepción”
“Mi
intención fue ayudar a alguien. Tengo felicidad y decepción. Mi
intención no es hacerle mal a nadie, el chico hace cosas buenas, pero es
mi idea. La doy por perdida, porque Dios atiende en Buenos Aires y yo
no puedo ir hasta allá”, explicó.
Hace días le llegó una nota del
INPI que dice que se rechaza la patente. No explica el por qué, pero no
se la aceptan. “Me dicen que busque un abogado en Buenos Aires, pero
soy albañil apenas tengo para el colectivo, ni sueño con pagar un
abogado”, dice.
El abogado de la defensoría de Centenario,
explicó que estas cosas “pasan en el INPI con la gente del interior.
Presentan las ideas y no les dan la patente, pero sale en el medio”,
destacó Soler.
Asegura que Carlos presentó todos los documentos
en 2013 y en 2014 sale esta persona con la mano en 3D. “Le dio una
vuelta, porque la de el era artesanal, pero las fechas hablan por si
solas”, dice y muestra los documentos que demuestran las presentaciones
realizadas en el INPI.
Cuenta que habló con Buenos Aires y lo van
a representar desde la defensoría de la ciudad. “La idea fue de él, se
presentó todo. Estaba pre aprobada. Si no denunciamos, lo que le pasó va
a seguir pasando, porque no hay forma de presentar la documentación y
seguirla de acá, hay que ir a Buenos Aires. Es más, para litigar hay que
ir allá. Hay un problema de acceso a la justicia, va mas allá del
problema de que le robaron la idea”, concluyó Soler.
Le
dijeron que el trámite para patentarlo duraría cinco años y al año le
informaron que todo iba “viento en popa”, pero ahora le comunicaron que
la rechazaban.
“Estas cosas pasan en el INPI con la gente del interior. Presentan las ideas y no les dan la patente, pero sale en el medio”.