segundoenfoque.- Un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el Mercado Común del Sur
(Mercosur) y la Unión Europea podría tener consecuencias directas en el
acceso a los fármacos en las naciones del bloque latinoamericano, según
indicó un grupo de parlamentarios europeos.
Los legisladores escribieron una carta en la que manifiestan que el acuerdo comercial amenaza con “limitar y retrasar la competencia de los medicamentos genéricos, conservando así altos los precios” en el Mercado Común del Sur.
Según reseñó el portal El Observador, el
documento fue rubricado por cerca de treinta parlamentarios europeos y
remitido a la comisaria de Comercio de la Unión Europea, Cecilia
Malmstrom.
Allí los parlamentarios expresaron su “preocupación” por los apartados relacionados a la protección de la propiedad intelectual. Según el texto, este inciso simboliza un “retraso” en la producción de medicinas en América Latina, porque ensancha los plazos de las patentes de los fármacos.
“La
Unión Europea permanece exportando estas normas cuestionables en sus
contrataciones comerciales con naciones donde existen menos medios para
avalar el acceso universal a los medicamentos“, agregó el texto.
Laboratorios de fármacos
Por otra parte, los laboratorios que desarrollan un medicamento poseen una patente que les concede veinte años de monopolio para venderlo.
Esta protección busca beneficiar la innovación, debido a que las
compañías recuperan así los millones de dólares que invierten en
desarrollar nuevos productos.
Europa y Estados Unidos son las zonas donde se fabrica la mayoría de las moléculas nuevas. Cuando
se derrumban las patentes, los laboratorios del resto de las naciones
pueden mercantilizar medicamentos genéricos y similares, que tienen un
costo hasta un tercio más económico.
Sin embargo, el
Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea conseguiría extender el
término de veinte años en el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Según dijeron fuentes de los laboratorios charrúas a El Observador, el viejo continente procura agregar hasta diez años a la vigencia de patentes.
Si
eso sucede, los laboratorios deberían esperar hasta treinta años
después de que haya salido a la venta el producto en la nación de origen
para comenzar a producirlo en Uruguay.