El argentino Carlos Correa, mundialmente reconocido por su experiencia en comercio internacional y propiedad intelectual, afirmó que “cada país tiene que definir cómo integrar la propiedad intelectual en las políticas nacionales” y que su consejo es estudiar
“objetivamente la situación y las perspectivas en diferentes sectores
de la economía y las implicaciones sociales de la propiedad intelectual,
y sobre esa base adoptar políticas adecuadas”, mencionando como ejemplo
a Sudáfrica que acaba de aprobar una ley atendiendo al “interés
público”.
Correa
asumirá el cargo de Director Ejecutivo de la Secretaría del Centro del
Sur con sede en Ginebra a partir del 1 de julio de 2018 y además de
consultor de la ONU, la OMS, la FAO y el Banco Mundial, es el director del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Propiedad Industrial y Derecho Económico, en la Universidad de Buenos Aires.
“También
sería importante reconocer que una política racional debería apuntar a
promover tanto la innovación como el acceso a sus resultados, y que la
propiedad intelectual no conduce automáticamente a una mayor o mejor
innovación. La difusión del conocimiento y las tecnologías es esencial
para el progreso en una sociedad”, afirmó Correa en una entrevista concedida al sitio Intellectual Property Watch (IPW) en
vísperas de asumir la presidencia del Centro del Sur, organismo
intergubernamental fundado en 1995 e integrado por 57 países del
Hemisferio Sur.
Durante
el reportarje, IPW le comentó a Correa que “la sabiduría convencional
dice que una fuerte protección de los derechos de propiedad intelectual
conduce al desarrollo a través de la promoción de la innovación. Pero,
¿los Derechos de Propiedad Intelectual (DPI) tienen el mismo impacto en
todos los países, independientemente de su nivel de desarrollo?
“El
impacto de la propiedad intelectual, como el de cualquier otra
política, depende del contexto particular donde se aplica. El argumento
de que IP tendrá el mismo efecto independientemente del nivel de
desarrollo es simplemente ilógico, una simplificación inadmisible desde
un punto de vista teórico y práctico. Por ejemplo, parece evidente que
el efecto de incentivo que la propiedad intelectual puede tener con
respecto a la innovación no será el mismo en países con una estructura
industrial diversificada y avanzada y en aquellos que dependen de la
producción y el comercio de productos básicos”, fue la contundente respuesta de Correa.
IPW:
¿Cuántos de los argumentos clave basados en la vinculación de los
derechos de propiedad intelectual con el comercio y la innovación son
válidos y cuántos son mitos?, preguntó IPW.
“Cualquier simplificación sobre esos enlaces puede caracterizarse como un ‘mito´.
La protección de la propiedad intelectual no necesariamente conduce a
una mayor innovación o comercio. Puede tener el efecto opuesto, por
ejemplo, si las empresas locales en una etapa temprana de desarrollo
tecnológico no pueden ingresar a ciertos mercados, se les impedirá
avanzar a través de la curva de aprendizaje y actualizarse
tecnológicamente. Los estudios históricos muestran que los países
desarrollados actuales avanzaron en sus procesos de industrialización
sobre la base de la falta de protección de la propiedad intelectual o
regímenes de propiedad intelectual flexibles. Los propios Estados Unidos
brindan un buen ejemplo a este respecto”, respondió Correa.
IPW:
¿Cómo se desafían los mitos en torno a los DPI, el comercio y la
innovación? ¿Qué papel le parece a la sociedad civil, tanto a nivel
local como global, para contrarrestar los desafíos actuales en esta área
y proteger la salud pública y el interés público?
CORREA: Estos
mitos se pueden cuestionar sólidamente sobre la base de la amplia
literatura académica sobre el tema, que incluye estudios generales,
sectoriales y nacionales. La literatura se ha centrado principalmente en
los derechos de patente, pero también hay estudios sobre otros aspectos
de la propiedad intelectual. El interés público puede protegerse si se
evalúan adecuadamente las necesidades y políticas de un país en
particular y se resisten las demandas (o presiones) de aumentar el nivel
de protección de la propiedad intelectual. La política de propiedad
intelectual adoptada recientemente por Sudáfrica ofrece un buen ejemplo
de cómo se puede desarrollar una política teniendo en cuenta los
intereses públicos en lugar de opiniones dogmáticas sobre el tema.
IPW:
Muchas economías emergentes como India, que están tratando de atraer
inversión extranjera, están bajo una tremenda presión para aceptar el
argumento de que sin un estricto régimen de DPI y TRIPs Plus, por así
decirlo, la inversión extranjera no entraría y esto podría descarrilar
sus aspiraciones. de impulsar el crecimiento económico. ¿Hay evidencia
que respalde esta línea de pensamiento?
CORREA:
No hay evidencia a este respecto. La inversión se ve atraída
principalmente por otros factores, como el tamaño del mercado y el
crecimiento esperado, la estabilidad política y un sistema judicial que
funcione. India ha tenido un crecimiento económico constante y es hoy
una de las economías más grandes del mundo. También cumple con las
normas de Propiedad Intelectual internacionalmente aceptadas que figuran
en el Acuerdo sobre los ADPIC. No sería realmente necesario aumentar o
ampliar la protección de la PI para atraer inversión extranjera (IED).
IPW:
las economías emergentes como India también están interesadas en
convertirse en centros de innovación. Al mismo tiempo, hay problemas de
interés público como la necesidad de proporcionar medicamentos
asequibles a millones de personas pobres. Dados los desafíos actuales,
¿cómo se puede equilibrar la innovación con los derechos de propiedad
intelectual y el interés público? ¿Cuál sería su consejo para tales
países?
CORREA: Cada
país tiene que definir cómo integrar la propiedad intelectual en las
políticas nacionales. Mi consejo sería estudiar objetivamente la
situación y las perspectivas en diferentes sectores de la economía y las
implicaciones sociales de la propiedad intelectual, y sobre esa base
adoptar políticas adecuadas. Por supuesto, el Acuerdo sobre los
ADPIC establece algunas limitaciones, pero sus efectos podrían
mitigarse utilizando las denominadas 'flexibilidades ADPIC',
que son particularmente importantes en el área de la salud pública.
También sería importante reconocer que una política racional debería
apuntar a promover tanto la innovación como el acceso a sus resultados, y
que la propiedad intelectual no conduce automáticamente a una mayor o
mejor innovación. La difusión del conocimiento y las tecnologías es
esencial para el progreso en una sociedad.