un estilo más suave que el de su padre y mostrarse normalmente más comedida, Ivanka Trump ha levantado un enorme revuelo en Estados Unidos. La hija del presidente de EEUU ha aumentado el valor de sus negocios en China en un momento en que Donald Trump negocia con Pekín cambios en sus relaciones comerciales y después de lanzar un órdago con los aranceles al hierro y al acero.
A pesar de tener
Los medios estadounidenses han revelado que, desde que Trump tomo posesión del cargo, Ivanka ha solicitado la aprobación de varias marcas registradas en China
que le permiten lucrarse con la fabricación y venta de todo tipo de
productos, desde mantas para bebés, toallas, cortinas, marcos y muebles
hasta ataúdes, libros, café, chocolate y miel y productos de lujo como
el perfume y maquillaje.
Ninguno de estos productos son los que realmente vende su empresa, que se dedica a la ropa, zapatos y complementos de lujo. Pero la fabricación de sus productos sí que procede principalmente de China.
Según Politico,
la empresa de Ivanka solicitó el registro de 17 marcas el 28 de marzo
de 2017, el día antes de que ocupara oficialmente el cargo de asesora de
su padre en la Casa Blanca. Este lunes, la misma base de datos mostraba
25 marcas por revisar, 36 activas y ocho aprobadas provisionalmente.
La extraña salvación de ZTN
El New York Times detalla cómo se han sucedido los acontecimientos que han desatado la alarma en los últimos días.
El 8 de mayo, China anunció que había aprobado cinco marcas registradas de Ivanka.
Cinco días después, el 13 de mayo, Trump anunció que estaba haciendo todo lo posible por ayudar a la multinacional de telecomunicaciones china ZTE, una empresa a la que su propia Administración había sancionado previamente por hacer negocios con Irán y Corea del Norte.
Este movimiento desató una tormenta de sospecha y escándalo en EEUU y muchos medios se preguntaron a qué se debía su cambio de posición respecto a la empresa china.
Y el 21 de mayo, Pekín aprobó otras dos marcas a Ivanka.
Además de la extraña coincidencia en el tiempo de todo ello, un experto en propiedad intelectual citado por el NYT asegura
que el proceso de registro de una marca en China suele tardar 18 meses y
que el de la Primera Hija, como muchos llaman a Ivanka, ha sido "muy
rápido".
A los rumores de corrupción y conflicto de intereses se ha sumado la actitud esquiva de la hija del presidente, que ha llegado a abandonar una charla con periodistas inmediatamente después de ser preguntada por sus marcas en China y el ejercicio físico que hace Trump para evadir la obesidad.
Ivanka Trump is leading a call on a WH event on sports tomorrow. First question is related to her business trademarks in China. WH aide on call declines to answer and redirects. A few q's later, aide says Ivanka Trump had to go to another meeting.— Maggie Haberman (@maggieNYT) 29 de mayo de 2018
Según sus asesores, ha tenido que ausentarse para acudir a otra
reunión. Pero ante la insistencia de los periodistas, que han planteado
las mismas cuestiones a quien ha tomado su lugar, la respuesta ha sido:
"Pueden dirigir esas preguntas a la oficina de prensa".
La popularidad de Ivanka en China
Ivanka tiene ya 34 marcas registradas en la segunda economía del
mundo, con potencial para convertirse en la primera. La hija de Trump
alega que ha tenido que pedirlas porque en China mucha gente registra
los nombres de personas famosas para lucrarse a su costa y para
defenderse ante copias falsas.
La hija del magnate es una persona increíblemente popular en China, cuyos ciudadanos admiran su belleza y su riqueza, según medios de EEUU.
Según su empresa, hay más de 10 marcas registradas en su nombre con las
que no tiene ninguna relación, entre ellas una de compresas y tampones y
otra de vino.
"Algunos países verán en esto una manera de ganarse el favor de
Trump", sostienen los líderes de dos organizaciones sin ánimo de lucro
que controlan los conflictos de interés, Fred Wertheimer (Democracy 21) y Norman Eisen (Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington, CREW).
Algunos países verán en esto una manera de ganarse el favor de Trump.
Democracy 21 y CREW, que controlan los conflictos de interés en Washington
Ambas entidades sostienen que los gobiernos extranjeros que negocian con el magnate saben que Ivanka es su hija favorita y además asesora del presidente.
La hija de Trump ha renunciado a seguir al frente de su empresa pero
sigue lucrándose con ella. Que represente a EEUU en eventos diplomáticos
es un problema porque el resultado de las reuniones en las que
participa afecta directamente a sus negocios.
No es la primera vez que sucede algo así: Ivanka consiguió la
aprobación de tres marcas en 2017 el mismo día que cenó con el
presidente chino en la casa de su padre en Mar-a-Lago. Y a principios de
2018 Trump anunció tarifas contra China que excluían las importaciones
textiles, principal negocio de su hija.