sábado, 9 de junio de 2018

SENADI: "En nuestro país recibimos alrededor de 700 solicitudes de patentes por año"

 Santiago Cevallos

 ecuadorinmediato

Lo que más se pide son patentes alrededor de farmacéuticos, sin embargo, eso no significa que ecuatorianos realizan más investigaciones en esa línea

 

"Este es más que un cambio de nombre", inició explicando el director general del Servicio Nacional de Derechos Intelectuales (SENADI), Santiago Cevallos, al hacer referencia a la eliminación del Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI). Sobre su gestión y lo que se ha registrado, hasta el momento, el funcionario detalló que, en el Ecuador, se reciben, alrededor, de 700 solicitudes de patentes por año y que, los ecuatorianos enfocan sus investigaciones, mayormente en el sector de la mecánica.
 “El SENADI se enmarca dentro de lo que establece el Código Orgánico del Conocimiento (INGENIOS), en  el cual se establece una nueva autoridad de propiedad intelectual que, a diferencia del IEPI, es más que una oficina registral. Las actividades del IEPI estuvieron enmarcadas dentro de la concesión del registro de marcas, de derechos alrededor de invenciones y derechos de autor, mientras que, el SENADI, tiene nuevas competencias”, explicó.
Según dijo, debe brindar más y mejores servicios y es, sobre estas nuevas facultades, que se relacionan con gestión y transferencia del conocimiento y conocimientos tradicionales, lo que el SENADI debe hacer.
La institución, comentó, pone en conocimiento de los investigadores los datos e información previas sobre un tema para que las investigaciones no se repitan. “En nuestro país recibimos alrededor de 700 solicitudes de patentes por año. Lo importante es mirar, en primer lugar, qué solicitan los inventores e investigadores nacionales”.
Según relató, lo que más se pide son patentes alrededor de farmacéuticos, sin embargo, eso no significa que los ecuatorianos realizan más investigaciones en esa línea, pero lo que se puede ver es que las indagaciones están enfocadas en lo el área de la mecánica. “Si bien no tenemos mucha investigación en el ámbito farmacéutico, en este otro punto sí somos muy fuertes”.
En cuanto a los conocimientos tradicionales, explicó, estos están en posesión de sus legítimos poseedores y los recursos genéticos son propiedad del Estado. Lo que se hace ahora es controlar al acceso a estos recursos.
Comentó que la denominación de origen es un signo distintivo. “En países como el nuestro, la calidad es lo que los diferencia. Por ejemplo en el caso de la pitahaya palora solo se encuentra en nuestro país. Un producto con denominación de origen cuesta más. En mercados como el europeo, la denominación de origen genera un valor mayor y un espacio importante en el mercado. Luego de la denominación, productores deben cumplir con la calidad para ser productores con uso de licencia de certificación”.
Mencionó que la obtención de un derecho de propiedad no es el fin sino un medio para que un producto tenga éxito en el mercado. “Nuestro país en el Código Ingenios incluye una regulación alrededor de la marca país que identifica un producto y genera una identidad de país frente a los mercados internacionales”, puntualizó.