De acuerdo al más reciente reporte de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) los países de América Latina carecen de políticas adecuadas para motivar a sus sectores productivos a elevar su aportación global en este rubro.
ElectronicosOnline.com Magazine / Oswaldo Barajas
América Latina ha crecido
considerablemente en términos industriales, pero su aportación
científica y tecnológica han cejado con una caída considerable de
patentes y otras variantes de propiedad intelectual (PI) por parte de
empresarios y universidades, esto principalmente por la falta de
estrategias políticas, simplificación y claridad en los trámites para
blindar la producción intelectual.
Así lo reporta la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en su más reciente informe titulado: “World Intellectual Property Indicators 2018” que fue presentado el pasado mes de diciembre.
El informe del organismo recalca que a
diferencia de otras regiones del planeta, teniendo como referencia
naciones de Asia, Norteamérica y Europa, en países latinos se carecen de
estrategias de seguimiento de protección, los trámites son difíciles,
tardados y muy costosos, lo que impide que los diferentes sectores
económicos sean motivados a elevar su participación en términos de
generación de patentes, innovación en procesos, diseños y prototipos,
por mencionar algunos.
Pero esto no es todo, los pocos que se
atreven a encausarse en el tormentoso camino de la tramitología para
blindar sus innovaciones, sufren las secuelas de la inadecuada
estructura política que impera en la mayoría de los países del bloque.
Así, el estatus actual por modalidad de propiedad intelectual a nivel mundial. En la tabla aparecen las principales aplicaciones: patentes, modelos utilitarios, marcas, diseños industriales y procesos o variedades fabriles.
Datos de la OMPI arrojan que en 2017 se
sometieron a nivel mundial 3.17 millones de solicitudes de patentes, un
5.8% más que en el 2016. De estas, el 65.1% provino de Asia, mientras
América Latina y el Caribe, Oceanía y África juntos apenas sumaron un
3.4%.
Entretanto, durante el 2007 en América
Latina y el Caribe se solicitaron 58,100 patentes (un 3.1 % del total).
Para 2017 la cantidad llegó apenas a 57,600 solicitudes (1.8%).
Como precisan las estadísticas, estas
condiciones sofocan las inquietudes de las empresas, los organismos de
investigación, las universidades y emprendedores particulares para
esforzarse por innovar, tal como lo reconoce Marco Alemán, director de
la División de Patentes de la OMPI, quien expone que actualmente América
Latina requiere de una exhaustiva reestructuración en sus políticas de
innovación.
- PUBLICIDAD -
Expertos en el tema como Pablo Jenkings, presidente y fundador de Ideas en Acción,
y miembro consultor del Foro Económico Mundial, explicó que, a pesar de
que las patentes no representan el nivel de productividad industrial y
tecnológico de un país, sí pueden ser tomadas como un factor de
referencia para posicionar el estatus que guarda un país con respecto a
sus políticas internas asociadas a la ciencia y tecnología. “Aunque creo
que las patentes no son la única manera de medir el quehacer
intelectual de un país, en una sociedad y economía del conocimiento sí
es preocupante ver las cifras de América Latina”, apuntó Jenkings.
Con respecto a aquellas naciones más
grandes tanto demográficamente como industrialmente, tal como Brasil,
México, Chile o Argentina, Pablo Jenkings mencionó que las cifras de
propiedad intelectual continúan siendo preocupantes y notoriamente en
detrimento. “No es que las cifras en la región hayan bajado mucho (unas
mil patentes menos), lo que ocurre es que otras regiones, como Asia,
aumentaron significativamente”, expresó.
Asia y Norteamérica poseen son las regiones más activas en la generación de propiedad intelectual.
El tiempo es un factor predominante en AL
Con respecto al tiempo que tardan en
promedio las resoluciones de asignación de patentes y sesión de derechos
de otros derivados de propiedad intelectual en países latinoamericanos,
el informe de la OMPI señala que es sumamente prolongado, creando otro
factor para disuadir a los interesados para someter solicitudes de
patentes.
En Brasil, por ejemplo, completar el
proceso de solicitud de una patente puede demorar hasta 8 años, más de 6
años que lo que toma en China y Europa (donde el trámite tarda
regularmente 2 años), mientras que en Rusia el proceso sólo tarda 9
meses.
En datos del Instituto Nacional da la
Propiedad Industrial de Brasil, se registraron un total de 25,000
solicitudes de patentes, en su mayoría provenientes del exterior, de las
cuales se concedieron 5,450 registros. De ellas, 700 fueron para
empresas, universidades o innovadores nacionales. Esto fue el mismo caso
para México, que en el 2017 se otorgaron 8,510 patentes, todos ellos
armándose de una gran paciencia para esperar su resolución alrededor de 3
años.
En el caso de Ecuador y Colombia, el
crecimiento de la actividad intelectual creció rápidamente, con 11.5% y
7.7% respectivamente, sin embargo, la mala noticia es que la mayoría de
estas solicitudes fueron hechas por extranjeros residentes en el país.
Los datos también arrojan que Brasil,
México y Argentina son los tres países que aglomeran casi el 90% de la
investigación latinoamericana, no obstante, en la reciente década han
experimentado caídas significativas en su inversión en ciencia y
tecnología: Brasil (2%), México (3%) y Argentina (10%), lo que aunado a
la tramitología robusta y compleja, se ha vuelto un muro para quienes
desean innovar.