domingo, 7 de julio de 2019

Científicas mexicanas inventan método para degradar plástico en semanas


Investigadoras del Departamento de Alimentos y Biotecnología (DAyB) de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), han desarrollado un nuevo método capaz de degradar en semanas el plástico que normalmente tardaría 500 años en desaparecer. Las académicas, que iniciaron su investigación hace dos décadas, están en trámite de la patente desde 2016.

 Los plásticos son materiales poliméricos, moléculas de alto peso molecular, que serían como un collar cuyas cuentas corresponderían a unidades repetidas llamadas monómeros y unidas mediante enlaces, por ejemplo, glicosídicos o éster; el componente principal de su estructura es el carbono, pero también contienen silicatos, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno y cloro, de acuerdo con las investigadoras Amelia Farrés González Sarabia y Carolina Peña Montes, que han publicado sus avances en revistas especializadas como Applied Microbiology and Biotechnology.

Se trabaja con la degradación de los residuos plásticos aplicando tecnología amigable al medio ambiente, es decir, contribuyendo con la economía circular, regresando a la naturaleza las moléculas que conforman los productos para que puedan ser reutilizados, dijo Farrés González.
Habrá más basura que peces
Esta tecnología, que a la fecha sólo se ha probado en pequeña escala, requerirá más desarrollo y pruebas que tomarán alrededor de cinco años para que pueda estar disponible y ayude a revertir el problema global de la contaminación por plásticos.
Si la producción de estos materiales continúa, en 2050 habrá más basura que peces en los mares del mundo, según información publicada por la UNAM.
Las investigadoras lograron aislar los genes del hongo Aspergillus nidulans (microorganismo fitopatógeno que con frecuencia se encuentra en suelos y frutas), que sirven para "producir" la enzima cutinasa, para penetrar la cutícula de las plantas e infectarlas, de acuerdo con la casa de estudios.
Estos genes, después de aislarlos los introdujeron en la levadura Pichia pastoris (organismo muy utilizado para producir proteínas recombinantes) con la finalidad de generar cutinasa en mayores cantidades y probar su actividad en la degradación de plásticos.
Las enzimas hacen reacciones químicas a temperatura ambiente, incluso en condiciones más "suaves" que otros métodos de tratamiento del plástico, como el térmico o el químico, por lo que este proceso no es contaminante, es económico y sustentable.
El método en cuestión sólo funciona en plásticos que tienen en su formulación química enlaces éster, como lo son el tereftalato de polietileno o pet, el ácido poliláctico y la policaprolactona.
Para ello, los plásticos primero tienen que ser tratados térmica o químicamente, o bien por molienda. Después en un medio acuoso se pone en contacto con la enzima que rompe los enlaces éster del polímero.
Por último, se aplica un proceso de precipitación química y extracción líquido-líquido para recuperar únicamente los monómeros. Estos últimos pueden volver a utilizarse para fabricar plástico, pero a diferencia del reciclaje normal donde la estructura está "dañada", este método no presenta límites para su reutilización.