elcierredigital.- La multinacional Nestlé está en
guerra con varios fabricantes españoles de cápsulas de café compatibles
para su máquina ‘Dolce Gusto’.
De hecho, el gigante industrial de la
alimentación ha llevado ante la Justicia a varios fabricantes españoles
de cápsulas de marca blanca. Y aunque al menos dos sentencias conocidas
este año le han dado provisionalmente la razón, lo cierto es que sus
competidores han encontrado la forma de seguir vendiendo.
La estrategia judicial de emporio Nestlé sobre Dolce Gusto es la misma en todos los mercados y recuerda a la que ya utilizara durante años con otra de sus marcas más copiadas, Nespresso,
la aclamada máquina también de su propiedad. Inccluso alguno de los
demandados son los mismos. Es el caso de Fast Café, de la asturiana
Cafés Oquendo, que produce cápsulas bajo la marca ‘Me piachi’ y para la
cadena de supermercados catalana Bon Preu. Esta firma se ve ahora las
caras con la multinacional ante el juez por producir referencias para
Dolce Gusto tal y como ya le ocurrió en el pasado con artículos para
Nespresso.
Las cápsulas de Nestlé, tan imitadas como vendidas
El fallo más reciente, sin embargo,
afecta a la sociedad catalana ‘Expressate’ -que ha comercializado
cápsulas de marca blanca de Carrefour y DIA- y la riojana Cocatech, proveedor de Mercadona.
Cápsulas protegidas con una patente
El conflicto judicial se centra en el
diseño de las cápsulas, protegidas por una patente. Mientras Nestlé
argumenta que sus competidoras han copiado este sistema, las demandadas
consideran que existen diferencias suficientes como para que su producto
quede fuera del ámbito de protección. En esta última sentencia, el
propio tribunal reconoce que se trata de un tema de especial
“complejidad”. De hecho, el documento está plagado de fotografías y
detallados análisis sobre el funcionamiento de las cápsulas una vez
introducidas en la máquina para decicidir cuál de las partes lleva
razón. Este fallo, que ya ha sido recurrido por Expressate y Cacaotech,
da cautelarmente la razón a Nestlé y obliga a las demandadas a dejar de
fabricar y vender las referencias objeto de la denuncia.
Sin embargo, Cacaotech
confirma que continúan siendo los proveedores de las cápsulas de marca
blanca que se comercializan en Mercadona argumentando que “ninguna de
las cápsulas que actualmente se venden tienen relación con el proceso
judicial, dado que se retiraron hace aproximadamente un año para
sustituirse por otras de diferentes características”.
La marca blanca que fabrica cápsulas para Mercadona asegura que no "infinge" las patentes de Nestlé.
Pese a ello, Cacaotech ha recurrido la
decisión judicial por considerar que “no existe infracción de las
patentes de Nestlé”. que no aporta datos sobre qué porcentaje de su
facturación procede de su división de café en cápsulas
Una feroz competencia
La protección de sus patentes por la que
lucha Nestlé -que se registra en más países aparte de España- se
produce en un contexto de fuerte competencia, ya que con el paso de los
años han ido apareciendo decenas de productores en el segmento de las
cápsulas de café soluble que rivalizan con sus marcas. Entre las más
potentes figura Jacobs Douwe Egberts, dueña de Marcilla y la enseña
L’Or, que como otros ya se ha aprovechado de que algunas de las patentes
registradas por la multinacional suiza han expirado y de algunos
reveses judiciales cosechados en los tribunales.
Nestlé comenzó a vender café en
cápsulas monodosis en 1986 aunque tenía el proyecto guardado en un
cajón desde mucho antes. Y no fue hasta principios de este siglo cuando
su consumo se convirtió en un fenómeno, beneficiándose durante años de
tener prácticamente el monopolio en este sector.
En pocos años, Nestlé ha copado el mercado de las cápsulas de café con un cuidado y perfecto marketing.
Según datos de la consultora Kantar,
sólo en España en 2018 el café en cápsulas ya suponía más del 44 % de
las ventas en valor de este mercado, pese a representar apenas el 16 %
del volumen de consumo, lo que refleja un precio por unidad
sensiblemente superior.
Los fabricantes de cápsulas afrontan otra guerra, la ambiental, por la elevada contaminación que originan.
Y no es esta la única guerra que afronta
el sector de las cápsulas de café monouso. Este producto es muy
contaminante. Su composición de plástico o aluminio junto con el residuo
orgánico convierte a las cápsulas en un desastre ambiental por el
volumen de deshechos que genera. En Europa están muy mal vistas. La
ciudad alemana de Hamburgo las ha prohibido y Baleares ha sido la primera comunidad española, junto con Navarra, en hacerles frente.
A pesar de que el propio gigante suizo ya ha puesto remedio
desarrollado un plan de recogida y reciclaje general de sus cápsulas, ambos Gobiernos autonómicos quiere eliminar a partir del año 2020 estas dosis de un uso que no sean reciclables.
El anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminantes prohibirá
las cápsulas de un solo uso que no estén fabricadas con material
compostable y solo permitirá las comercializadas por empresas que sigan
un proceso de recogida y reciclaje de estas en caso de no estar
fabricadas con estos componentes.