En una decisión bilateral histórica, India y Sudáfrica solicitaron, el próximo-pasado 2 de octubre a la Organización Mundial del Comercio (OMC), que permitiera a todos los países optar por no otorgar ni hacer cumplir las patentes ni otras medidas de propiedad intelectual para medicamentos,
vacunas, pruebas de diagnósticos y otras tecnologías para el COVID-19
mientras dure la pandemia y hasta que se logre alcanzar una inmunidad de
grupo a nivel mundial.
Este audaz paso es similar a los
esfuerzos que plantearon ambos gobiernos hace ya casi dos décadas,
cuando encabezaron el uso de medicamentos genéricos asequibles contra el
VIH/SIDA y, de aprobarse, la novedad podría consignar un punto de inflexión en la respuesta de los países a la pandemia.
Ante la actual emergencia mundial, Médicos Sin Fronteras (MSF) solicita a todos los gobiernos que respalden esta solicitud de exención en la OMC, cuyo Consejo de los ADPIC (Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio) se reunirá el 15 de octubre, a efectos de comenzar a tejer consensos en relación al tema.
'Una pandemia mundial no es momento para
seguir haciendo negocios como de costumbre. No hay lugar para las
patentes o el lucro empresarial mientras el mundo se enfrente a la
amenaza del COVID-19', afirma Leena Menghaney, directora de la Campaña de Acceso de MSF en el sur de Asia.
'Durante la pandemia, Gobiernos y otros
actores médicos han hecho frente a barreras de propiedad intelectual
para productos esenciales como mascarillas, válvulas de ventilación y
reactivos para test. Con esta valiente acción, India y Sudáfrica
demuestran que los Gobiernos quieren volver a tener un rol decisivo en
garantizar que todas las personas tengan acceso a los productos médicos,
medicamentos y vacunas de COVID-19 necesarios, y salvar el máximo de
vidas humanas'.
Los países miembros de la OMC pueden solicitar una exención de ciertas
obligaciones de los tratados de la OMC en circunstancias excepcionales.
Si los miembros están de acuerdo con la exención, los países pueden optar por no otorgar ni hacer cumplir la propiedad intelectual (patentes, diseños industriales, derechos de autor y secretos comerciales) relacionada con todos los productos médicos y tecnologías de COVID-19.
Hasta ahora, las corporaciones farmacéuticas y otros fabricantes de
productos necesarios para abordar el COVID-19 no han mostrado ninguna
disposición a adoptar un enfoque diferente durante la pandemia para
garantizar un amplio acceso a los productos necesarios. Gilead, el titular de la patente de remdesivir,
el único medicamento aprobado hasta ahora específicamente para tratar
la COVID-19, lo ha autorizado de una manera que excluye a casi la mitad
de la población mundial de beneficiarse de la competencia de genéricos
que reducen los precios del medicamento. En junio de 2020, Gilead anunció que el remdesivir tendría un precio de US$ 2.340 por
un curso de tratamiento de cinco días en la mayoría de los países. Esto
a pesar de que la corporación recibió más de 70 millones de dólares en
fondos públicos para desarrollarlo, y una investigación sobre el precio
muestra que se puede fabricar por menos de 9 dólares por curso de
tratamiento. Mientras tanto, la escasez de remdesivir se ha generalizado a nivel mundial.
Adicionalmente, medicamentos biológicos emergentes, incluidos
los anticuerpos monoclonales antivirales actualmente en ensayos clínicos
de COVID-19, están protegidos por patentes en muchos países en
desarrollo como Brasil, Sudáfrica, India, Indonesia, China y Malasia.
Esto significa que si estas terapias muestran una eficacia clara, la
producción y el suministro por parte de múltiples fabricantes en
diferentes países se bloquearían a menos que los gobiernos tomen
acciones tempranas para eliminar tales barreras.
Por otra parte, se ha registrado un número asombroso de patentes
relacionadas con vacunas de COVID-19 en desarrollo, incluidas más de 100
para la tecnología ARNm que Moderna está utilizando para desarrollar
una vacuna. A pesar de que grupos de presión farmacéuticos afirman que
las patentes son un problema menor para el acceso a las vacunas, MSF ha
documentado el efecto demoledor de las patentes en obstaculizar la
introducción de vacunas asequibles en los países en desarrollo, tomando
como ejemplo las vacunas contra la neumonía y el virus del papiloma
humano.
'Instamos a todos los Gobiernos a que
apoyen este movimiento esencial de India y Sudáfrica para asegurarse de
que se prioricen las vidas humanas, y que las naciones puedan hacer
frente a esta pandemia con todas las herramientas médicas existentes', afirma Candice Sehoma, responsable de Asuntos Humanitarios de la Campaña de Acceso de MSF en Sudáfrica.
'No es posible permitir que las
corporaciones, las cuales ya han recibido miles de millones de fondos
públicos para financiar la investigación, persigan sus intereses
comerciales sin tener en cuenta las necesidades globales de COVID-19.
Esta pandemia no terminará, hasta que termine para todos'.