viernes, 4 de junio de 2021

COVID-19: Más de un millón de muertes en el mundo desde que los líderes del G7 renunciaron a liberar las patentes de las vacunas

 



Lamarea.- Han pasado casi cuatro meses desde la última reunión del G7, en febrero de 2021. Desde entonces, las cifras de muertes por COVID-19 han ascendido a más de un millón de fallecidos en el mundo. O lo que es lo mismo: 8 personas por minuto, según datos de Our World in Data.

En aquel encuentro, los y las dirigentes de estos países manifestaron su compromiso de incrementar el suministro mundial de vacunas. Sin embargo, fue una promesa imprecisa, sin fechas ni acciones concretas. La reunión terminó sin el respaldo unánime a la exención de las normas de propiedad intelectual que protegen las vacunas contra el coronavirus. Tampoco se aprobó la inversión para producir vacunas en los países en desarrollo, una medida que podría marcar la diferencia.

Coincidiendo con la reunión de los ministros y ministras de Sanidad del G7, que se celebra este jueves, 3 de junio, previa a la próxima cumbre de líderes del G7, la Alianza People’s Vaccine, de la que forma parte Oxfam Intermón –junto a Health Justice Initiative y ONUSIDA–, insta al G7 a adoptar medidas urgentes para acabar con la enorme brecha de vacunación entre sus países y las regiones más pobres.

«Puede que los miembros del G7 tengan las vacunas que necesitan, pero prácticamente todo el resto del mundo no, y estas personas están pagando la protección de las patentes con su vida».

Iñigo Macías, responsable de investigaciones de Oxfam Intermón

Los ritmos de vacunación: países pobres frente a países ricos

Como dato, la Alianza ha publicado nuevas estimaciones sobre la vacunación y la salud de la población en función de dónde reside. Las personas que viven en países del G7 tienen 77 veces más posibilidades de recibir una vacuna que las que viven en países más pobres. En conjunto, los países del G7 podrían tener a toda su población vacunada en enero de 2022 si siguen con el actual ritmo de vacunación. Por el contrario, los países de renta baja necesitarán 57 años para alcanzar el mismo nivel de protección.

Iñigo Macías, responsable de investigaciones de Oxfam Intermón, señala que “resulta obsceno que el Reino Unido, Alemania y otros países ricos con capacidad para vacunar a su población impidan a los países pobres producir las dosis de vacunas que necesitan para salvar vidas”. Y añade: “Puede que los miembros del G7 tengan las vacunas que necesitan, pero prácticamente todo el resto del mundo no, y estas personas están pagando la protección de las patentes con su vida».

De los países del G7, tan solo Estados Unidos apoya la propuesta presentada en la OMC para suspender los derechos de propiedad intelectual de las vacunas. El Reino Unido y Alemania se oponen, mientras que Canadá, Francia, Japón e Italia hacen oídos sordos a la iniciativa. Esto se contrapone a la opinión pública, que se muestra mayoritariamente favorable a liberar las patentes. En una encuesta de opinión realizada por la Alianza People’s Vaccine, 7 de cada 10 personas de los países del G7 creen que sus gobiernos deberían obligar a las grandes farmacéuticas a compartir sus conocimientos sobre las vacunas contra la COVID-19.