Bruselas mantiene su ‘no’ a la supresión de las patentes de las vacunas y otros medicamentos contra la covid-19. La Unión Europea (UE) forma parte de las potencias que están rechazando la propuesta de India y Sudáfrica para suspender los derechos exclusivos que tienen las farmacéuticas durante tres años.
Por esto, han enviado una propuesta alternativa a la Organización Mundial del Comercio, pero su texto no tiene nada que ver con el que se ha debatido hasta ahora.
La primera propuesta de India y Sudáfrica para liberar patentes se presentó en octubre. Pocos países la apoyaron entonces, pero el escenario actual ha cambiado radicalmente, sobre todo tras el apoyo de Estados Unidos (EEUU): 63 países patrocinan ahora la iniciativa y 44 la apoyan, según los datos recogidos por Médicos Sin Fronteras. En la última reunión del Consejo del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), los 27 ya mostraron su rechazo. Ahora se ha dado un paso más allá porque este viernes se ha enviado un texto que solo tiene como novedad un interés más marcado por promover y facilitar las licencias obligatorias.
Sin embargo, solo es una declaración de intenciones porque, como señala la investigadora de Salud Por Derecho, Irene Bernal, las licencias obligatorias ya están contempladas en las normativas y por los organismos internacionales. Como recoge la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), las licencias obligatorias constituyen un mecanismo jurídico para promover la explotación de las invenciones patentadas mediante la imposición de una licencia a su titular que deberá permitir la explotación por parte de terceros. Es, como se reconoce, un mecanismo ya disponible.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha confirmado que ya han enviado a la OMC la propuesta, además de avanzar que debatirá con los dirigentes del G-7 las medidas: “Una respuesta comercial multilateral firme podría dar un gran impulso a la lucha contra la COVID-19. En realidad, en el momento actual el principal problema es la falta de capacidad de fabricación suficiente para producir rápidamente las cantidades que se necesitan. El objetivo ha de ser garantizar que todas las capacidades de fabricación disponibles y adecuadas en cualquier lugar del mundo se utilicen para producir vacunas contra la COVID-19”.
Según informa la propia CE, la iniciativa tiene otros dos pilares, más allá de las licencias obligatorias: acabar con las barreras en la exportación de vacunas y promover los acuerdos entre compañías farmacéuticas, algo que ya se está haciendo. Sí que piden que los Estados “animen a los productores a ampliar su producción y que los países que más necesitan vacunas las reciban a un precio asequible”, pero sin poner sobre la mesa ninguna obligación. Es decir, seguiría estando en manos de las farmacéuticas que las dosis lleguen a los países más pobres.
Desde el Ejecutivo comunitario sostienen que las restricciones a la exportación de vacunas y sus materias primas es el mayor problema para que las dosis lleguen a todo el mundo y, por ello, proponen levantar estas restricciones. Algo que, aseguran, ampliaría la capacidad de fabricación. Por otro lado, mantienen la postura que ya han defendido en otras ocasiones para rechazar la supresión de las patentes como alegar que podría perjudicar a las empresas y desincentivarlas, recurriendo al mismo argumento de los lobbys de las farmacéuticas, como se descubrió en este informe.
Asociaciones que trabajan por la salud global como Salud por Derecho o Médicos Sin Fronteras (MSF) se posicionan radicalmente en contra de la propuesta. En este sentido, Bernal explica a Público que parece “una maniobra de distracción para retrasar el debate”. “No aporta nada nuevo y eso es lo que más nos preocupa. Presentan algo viejo dentro de un marco novedoso”, sostiene. Yuanqiong Hu, asesora legal y de políticas de la Campaña de Acceso de Médicos Sin Fronteras, se posiciona igual: “La contrapropuesta de la UE es una maniobra para sustituir una solución legal concreta respaldada por más de 100 países por acciones voluntarias de las farmacéuticas”.
La OMC se reúne la semana que viene, los días 8 y 9 de junio, y se tenía previsto tratar la suspensión de las patentes a raíz de la propuesta de India y Sudáfrica. El nuevo texto de Bruselas, como señala Bernal, pone sobre la mesa otra opción que puede llegar a desviar el debate. No es la primera vez que pasa. En busca de llegar a un consenso, la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, planteó ya como “tercera vía” promover acuerdos bilaterales entre las farmacéuticas y compañías que tengan capacidad de fabricación a través de las licencias voluntarias. La propuesta fue rechazada por más de 200 organizaciones internacionales y por los países que llevan ocho meses intentando que se liberen las patentes en la OMC.