Por Rosa Ramos
El Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) de Chile lanzó por dos años el 'Programa Piloto de Procedimiento Acelerado de Patentes Verdes en Chile' (PAPV), programa fast track que, en palabras del ente, “ofrece un proceso alternativo para que innovadores puedan obtener el derecho de protección de sus desarrollos en forma acelerada y así marcar una diferencia significativa para obtener inversiones, negociar acuerdos de licencia o bien aterrizar antes con sus productos en el mercado”.
El programa está diseñado para darle un tratamiento preferencial a las solicitudes de patentes de invención y modelos de utilidad, con el fin de reducir los tiempos de tramitación en la etapa de examen; Inapi calcula que el nuevo sistema podría reducir el período de registro hasta un tercio del actual.
Estas dinámicas fast track ya han sido implementadas en Australia, Brasil, Canadá, China, Corea, Estados Unidos, Israel, Japón, Reino Unido, Singapur y Taiwán. Que el Inapi haya decidido adoptarlas responde al reconocimiento de sus ventajas, “luego de analizar algunas experiencias internacionales”, dijo Loreto Bresky, su directora.
“Al igual que muchas oficinas de patentes en el mundo, Inapi ya contaba con programas de tramitación acelerada (conocidos con la sigla PPH), pero esos programas solo se orientan a compartir la examinación que alguna oficina de patentes hubiera hecho de la respectiva solicitud para ser aprovechada en otra oficina”, explica Fernando García, director y uno de los miembros a cargo del grupo de propiedad intelectual y tecnologías de la información de Carey.
La diferencia de estos PPH con el PAPV es que para el segundo es totalmente irrelevante la existencia de un examen de la misma solicitud en alguna otra oficina extranjera, apunta el abogado.
“Lo que importa realmente en el fast track de patentes verdes es que la respectiva solicitud califique dentro de esa categoría, dada la naturaleza de su contenido y, en esa medida, podría beneficiarse de una tramitación más rápida”.
Inapi estima que con este nuevo proceso podrían procesar cerca de 40 solicitudes anuales para patentes relacionadas con energías alternativas a combustibles fósiles, economía circular en relación a segundos usos de desechos industriales, pesticidas alternativos y tecnologías para uso del agua de mar, residuales y aguas grises y negras, que son las áreas tecnológicas que se considerarán en el proceso de postulación.
Lo que debe saberseCarey, que ha participado en la tramitación y obtención de registros para una importante cantidad de patentes verdes bajo el estándar normal de tramitación, ha adaptado sus procedimientos de modo que sus clientes puedan acceder a este beneficio y que deben tener en cuenta que, para aplicar al proceso, sus solicitudes deben cumplir con los siguientes requisitos:
- Que se trate de una solicitud de patente de invención o modelo de utilidad ya publicada.
- Que haya transcurrido el plazo para presentar oposición y que ello no haya ocurrido.
- Que se encuentre pagado el arancel pericial al INAPI.
- Que no se haya iniciado el examen pericial mediante la aceptación de la designación del respectivo perito.
“Con este programa”, dice García, “Inapi viene a sumarse a esta tendencia internacional, cuya premisa consiste en que el cuidado al medio ambiente requiere de la participación de los más diversos actores a nivel global y, en consecuencia, el establecer una diferenciación en los plazos de tramitación para este conjunto de solicitudes de patentes, se encuentra plenamente justificado en el beneficio social y colectivo que se espera obtener mediante la rápida incorporación de soluciones ecológicamente eficaces”
Ventajas de los programas fast track
Para el experto, programas como estos son ejemplo de cómo la preocupación mundial en relación con el cuidado del medio ambiente se ha transformado en medidas concretas de apoyo institucional que colaboren con ese objetivo.
Contar con un mecanismo que permita una tramitación expedita de las llamadas patentes verdes “beneficia la asignación de recursos orientados a la creación e incorporación al mercado de nuevas soluciones que, por ejemplo, permitan mitigar los efectos nocivos de algunos procesos productivos o que tiendan a compensar o disminuir los efectos de la contaminación en el medio ambiente”, resalta.
Algunos estudios aseguran que un proceso de examen reducido no solo permite que los inventores obtengan licencias en un tiempo reducido sino que también se acelere el tiempo de espera para la llegada al mercado de las nuevas invenciones; además, puede ayudar a las empresas emergentes —sus principales beneficiarias— a obtener capital privado.
En contraste, el proceso tradicional es más conveniente para las empresas grandes o consolidadas, ya que permite más tiempo para la investigación y el desarrollo antes de que la patente sea concedida.
En resumen, facilitan el intercambio entre innovadores e inversionistas, fortalece la posición de las empresas o startups y consolida la protección de los nuevos productos o procesos con el desarrollo de productos o mejoras a procesos e invenciones ya existentes.