“Estamos en una época de desigualdad económica extrema”, alertó la ONG Oxfam en su más reciente informe que publica en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas
La fortuna de los hogares de la denominada población ultrarrica pasó de representar el 3% del PIB mundial en 1987 al 13% en la actualidad, mientras que la desigualdad económica ha alcanzado un nivel extremo, de acuerdo con un reporte divulgado este lunes por la ONG Oxfam.
“En 1987, el 0,0001% de los hogares más ricos poseían una riqueza combinada equivalente al 3% del PIB mundial. Las fortunas de estos aproximadamente 3.000 hogares ultrarricos -valoradas colectivamente en US$14 billones- ascienden ahora al 13% del PIB mundial”, dice el reporte titulado Multilateralismo en una era de oligarquía global: cómo la desigualdad extrema socava la cooperación internacional.
La desigualdad global se evidencia en que a pesar de albergar al 79% de la población mundial, los países del Sur Global poseen apenas el 31% de la riqueza mundial.
El 1% de la población más rica del mundo posee hoy más riqueza que el 95% de la humanidad, a medida que la desigualdad extrema “erosiona los esfuerzos multilaterales” con corporaciones poderosas que socavan la cooperación fiscal y acreedores privados agravan la crisis de deuda global, según Oxfam.
Además, señala que durante la pandemia grandes farmacéuticas “se resistieron a los intentos de romper sus monopolios sobre las tecnologías de las vacunas contra el Covid-19 para desbloquear el suministro”.
En este marco, Oxfam ha llamado a la acción multilateral “para impulsar un nuevo marco global sobre impuestos, cancelar deudas y reescribir las reglas de propiedad intelectual para las pandemias”.
“Movimiento hacia una oligarquía global”
Oxfam llama la atención sobre un nuevo ordenamiento global en el que los ultrarricos influyen cada vez más en las decisiones políticas y las reglas globales.
Este “movimiento hacia una oligarquía global” les lleva a enriquecerse más “mientras frustran el progreso global vital”.
La ONG estima que el 1% más rico posee casi el 43% de todos los activos financieros del mundo.
“Los ultrarricos suelen ser algo más que beneficiarios pasivos del poder empresarial. Cada vez tienen más capacidad para influir en cómo se ejerce ese poder”, según el reporte.
En EE.UU., el 0,1% de los hogares más ricos (aquellos con un patrimonio neto superior a US$46 millones) posee casi una cuarta parte de todas las acciones y participaciones en fondos de inversión, mientras que la mitad más pobre solo posee el 1%.
“La sombra de la oligarquía global se cierne sobre la Asamblea General de las Naciones Unidas de este año. Los ultrarricos y las megacorporaciones que controlan están dando forma a las reglas globales para favorecer sus intereses a expensas de la gente de todo el mundo. El icónico podio de las Naciones Unidas se siente cada vez más reducido en un mundo en el que los multimillonarios son los que mandan”, expresó en la presentación del reporte el director ejecutivo de Oxfam Internacional, Amitabh Behar.
El músculo empresarial en manos de unos pocos
Se calcula además que más de un tercio de las 50 corporaciones más grandes del mundo —valoradas en US$13,3 billones— ahora están dirigidas por un multimillonario o tienen a un multimillonario como accionista principal.
“En términos más generales, los cambios neoliberales en la gobernanza empresarial -impulsados por los ultrarricos para proteger los valores de sus carteras- han llevado a priorizar la maximización del valor para el accionista (a menudo a corto plazo) por encima de todo lo demás. Dado que los ultraricos poseen una parte desproporcionada de las acciones de las empresas, en un sentido real, las empresas actúan en nombre de los más ricos de la sociedad”, indicó Oxfam en el documento.
La ONG ejemplifica que las “tres grandes” empresas estadounidenses de gestión de activos -BlackRock (BLK), State Street (STT) y Vanguard (VTI)- gestionan conjuntamente unos US$20 billones en activos, lo que representa casi el 20% de todos los activos bajo gestión en el mundo.
La concentración de poder se evidencia, según Oxfam, en que “entre 1995 y 2015, sesenta empresas farmacéuticas se fusionaron en tan solo diez grandes corporaciones, dos empresas controlan el 40% del mercado mundial de semillas, y casi el 75% de los dólares de la publicidad digital mundial van a parar a tan solo tres empresas tecnológicas”.