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El gobierno brasileño está considerando suspender patentes sobre medicamentos y semillas agrícolas, así como regalías de la industria cinematográfica y musical estadounidense, en respuesta al arancel del 50% impuesto por el presidente estadounidense Donald Trump a los productos brasileños. El recargo entra en vigor el 1 de agosto y afecta directamente a las exportaciones nacionales.
La reacción forma parte de un plan de contingencia elaborado por el equipo económico y será presentado al presidente Lula (PT) a finales de esta semana. La información fue confirmada por el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, y el secretario ejecutivo de la cartera, Dario Durigan.
Además de posibles represalias comerciales, el paquete incluye un programa de apoyo a los empresarios afectados por la tarifa. Según Haddad, esta ayuda no representará necesariamente un aumento del gasto primario.
Incluso con el endurecimiento de las medidas estudiadas, el gobierno brasileño mantiene oficialmente el discurso del diálogo con EE. El Ministerio de Fomento, Industria, Comercio y Servicios (MDIC) e Itamaraty ya han enviado dos cartas a la Casa Blanca pidiendo la apertura a la negociación. La primera fue ignorada por Trump.
Brasil se vería perjudicado por represalias directas
Estudios del MDIC indican que una represalia directa con los nuevos aranceles a los productos estadounidenses puede ser perjudicial para la propia economía brasileña, ya que gran parte de las importaciones procedentes de Estados Unidos provienen de bienes intermedios utilizados por empresas nacionales.
Por lo tanto, el foco de la reacción debe ser estratégico: atacar sectores en los que Brasil representa un mercado relevante para EE. La suspensión de las semillas farmacéuticas, agrícolas y regalías del sector audiovisual parece ser la forma más efectiva de presionar a las grandes multinacionales estadounidenses y a la administración Trump.
También se considera la tributación de los dividendos enviados por las sucursales brasileñas de empresas estadounidenses a su sede en Estados Unidos. La propuesta aún será discutida con Lula antes de cualquier anuncio oficial.
