elresaltador.
La Cámara de Diputados aprobó en la madrugada del 9 de octubre la ley de Emergencia en Ciencia y Tecnología.
La aprobación de la ley se consiguió con 132 votos afirmativos y sin votos en contra ni abstenciones.
La iniciativa fue impulsada por el médico y diputado Daniel Gollan. El objetivo de la ley es ponerle freno a una crisis de financiamiento tan atroz que muchos medios internacionales la bautizaron como «cientificidio».
El sistema científico y tecnológico argentino viene sufriendo un gran deterioro impulsado por el ajuste del Gobierno nacional. Producto de esta crisis de presupuesto, muchos científicos de nuestro país han visto sus investigaciones detenidas y sus equipos de trabajo desarmados, teniendo que migrar hacia el sector privado u otros países para continuar con sus proyectos y ocasionando una nueva ola de «fuga de cerebros», fenómeno que ya padecimos en otras épocas de crisis.
La pérdida de este capital humano es devastadora, especialmente entendiendo al desarrollo de la ciencia y la tecnología como pilares de la soberanía de un país, y el tiempo y esfuerzo que toma formar a estos profesionales.
Por estas razones, es de gran importancia que Diputados haya aprobado la Ley de Emergencia en Ciencia y Tecnología. La aprobación se consiguió luego de un debate largo y extenso, hasta la madrugada, y en ausencia de los bloques del PRO y La Libertad Avanza.
Ahora, les toca a los senadores definir el destino de la ciencia nacional.
¿Qué establece la Ley de Emergencia en Ciencia y Tecnología?
La media sanción se produjo en una tensa sesión especial. Algunos diputados oficialistas quisieron impedir el quorum. La sesión también trató la nueva ley sobre los DNU, que fue aprobada en general pero cuyo artículo 3, que establecía un plazo de 90 días para la discusión legislativa sobre los DNU del PE, fue rechazado, por lo que la ley volverá al Senado.
La ley de Emergencia en Ciencia y Tecnología empieza reconociendo la crisis del sistema científico tras dos años de recortes presupuestarios, pérdida salarial y paralización de proyectos estratégicos.
En este sentido, propone medidas urgentes para recomponer los ingresos de investigadores, becarios y técnicos, restituir los fondos previstos en la Ley 27.614 de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y asegurar la continuidad de las investigaciones en curso.
El proyecto también refuerza la inversión federal en el área, destinando un 20% del incremento presupuestario al Programa de Promoción Federal de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.
Además, preserva las capacidades institucionales de organismos clave como el CONICET, la CNEA, el INTA, el INTI y las universidades nacionales. Con la media sanción obtenida, el proyecto pasará ahora al Senado, donde se definirá si finalmente se convierte en ley.
