Fotografía de César Milsten, último Premio Nóbel argentino
Marcos Piña
"A los viejos déjennos en paz. Nada de repatriación. Promuevan a los
científicos jóvenes", le dijo el premio nobel argentino al ex
vicepresidente Carlos "Chacho" Alvarez, en abril de 2000, cuando lo
invitó a regresar al país. En 1993 había rechazado el ofrecimiento del
Ministerio de Salud.
Los investigadores argentinos y el ministro de ciencia y tecnología,
Lino Barañao, han decidido encaminarse por el rumbo de patentar los
resultados de la investigación científica en Argentina, los Estados
Unidos y Europa, y transferir luego esos conocimientos a empresas
transnacionales, cobrando regalías. Según esta lógica, los
investigadores, el Conicet y las universidades obtienen recursos para
los propios investigadores y para la institución, aunque la realidad
indica que las investigaciones son inducidas por las mismas empresas
(norteamericanas) a las que luego se transfiere la tecnología y “la
parte del león” de las ganancias.