La pérdida de la patente de Humira (de la
farmacéutica AbbVie) –durante muchos años el medicamento con mayores
adquisiciones a nivel mundial, superando los 20.000 millones en ventas
anuales– y la posterior llegada de biosimilares han generado un impacto positivo en las finanzas del sistema de salud español, permitiendo un ahorro considerable y un acceso más amplio a tratamientos efectivos y asequibles.