Telam
Se trata de una actividad en pleno ascenso. Los
laboratorios internacionales destacan investigadores en países del
Tercer Mundo para recoger muestras de especies —fundamentalmente
vegetales— cuyas propiedades ya son conocidas desde hace siglos. Luego
las patentan como medicamentos y cobran regalías. La práctica se ha
convertido en un arma de presión comercial que apunta contra todos
nosotros.
El sitio biopirateria.org define a la biopiratería como “El acceso a y
uso irregular o ilegal de componentes de la biodiversidad —recursos
biológicos y genéticos— y de los conocimientos indígenas asociados,
especialmente como parte de procesos de investigación y desarrollo y de
la aplicación de biotecnología. Se asocia también a invenciones
protegidas por derechos de propiedad intelectual (en especial patentes)
que, directa o indirectamente, incorporan estos componentes o
conocimientos indígenas obtenidos sin el consentimiento o autorización
de sus titulares”.