El día 15 de diciembre de 2009, el tercer grupo del Tribunal Superior de Justicia (STJ) decidió por unanimidad, negar la prórroga de validez de patente en territorio brasileño, de un remedio para el tratamiento de hipertensión arterial de la empresa Novartis, cuya principio activo es el “valsartan”. La patente deberá expirar en febrero de 2010 y la decisión abre así en Brasil, un precedente para otros juicios sobre patentes.
El proceso en cuestión se refiere a un mecanismo
creado por la legislación Brasilera: el pipe-line o revalidación de patentes. La
actual Ley de propiedad industrial, creada en 1996, incluyó el pipeline para
proteger invenciones de las áreas farmacéutica y agroquímica que no podían
otorgar patentes hasta ese momento. Por este mecanismo, la patente tenía un año
para ser solicitada al INPI y valdría por el tiempo restante en el país en que
fue presentada por primera vez.
El problema es que muchas solicitudes de patentes
eran presentadas por primera vez en un país y, después de un tiempo, esta
presentación era abandonada y le seguía otra solicitud, generalmente en una
oficina regional, para extender el plazo de la protección por patente,
manteniendo el monopolio sobre el medicamento.
La ley le dio a las empresas un
beneficio con efecto retroactivo para que las invenciones relacionadas con los
campos farmacéutico y agroquímico ya patentadas en otros países, fueran
patentables en Brasil, aún en los casos de productos que ya habían caído al
dominio público y carecían de novedad.
Sucede que en varios países donde se presentaron
las primeras solicitudes relacionadas con las patentes pipe-line,
concretamente Estados Unidos y Japón, las autoridades decidieron
extender la vigencia dentro de esos territorios, de las patentes “hermanas” de las
pipe-line, es decir las referidas a la misma invención.
En el caso de las patentes pipe-line,
como la ley dispuso que su vigencia concluiría en la misma fecha en que lo
hiciera la patente donde se presentó la primera solicitud, al ampliarse la
vigencia de esas patentes “hermanas” extranjeras, automáticamente quedó
extendida la vida de las patentes brasileras relacionadas.
El INPI-BR ha sido severamente cuestionado en Brasil
por el sector de los fabricantes de medicamentos genéricos por extender la
vigencia de patentes sobre medicamentos, argumentando que la extensión de la
vida de las patentes es ilegal y que beneficia a las empresas farmacéuticas multinacionales,
en perjuicio de la industria nacional, pero sobre todo, en perjuicio de la
población.
En alegato, el Procurador General, Antonio Fernando,
afirmó que “la inconstitucionalidad de las patentes ´pipe-line´ está justamente
en su natureza jurídica, pues se pretende hacer patentable, en detrimento del
princípio de novedad, aquello que ya se encuentra en dominio público” y patentado
en otro lugar.
Antonio
Fernando alegó que la patente “pipe-line” es una figura no prevista por los
acuerdos internacionales en la materia. “Sin que haya novedad, no hay motivo
justificable para crear un monopolio en favor de particulares, por medio de la protección
patentaria”, afirmó.
En los próximos meses, la polémica debe generar
nuevas decisiones en el STJ, ya que las acciones en los tribunales regionales
están llegando a las instancias superiores.