martes, 27 de abril de 2010

OMPI continua con su plan de “colonización intelectual” en Latinomérica y El Caribe

 Carlos J. Ron

Auspiciado y financiado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y teniendo a la oficina de Chile como anfitriona, se desarrolló en Santiago, entre los días 20 y 23 de abril, la reunión anual de directores de las oficinas de propiedad industrial e intelectual con la presencia de representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Republica Dominicana y Uruguay.1
El nuevo cónclave reafirmó la continuidad de la doctrina neoliberal de OMPI (organismo de la ONU) en la región, renovando su estrategia de “arriar” a estos funcionarios a favor de intereses empresarios transnacionales de las industrias basadas en el copyright o las patentes y marcas: farmacéuticas, biotecnológicas, televisión, internet, televisión por cable, radio, disqueras, editoriales, software privativo, etc.
Los esfuerzos realizados por los presidentes Correa, Morales, Cristina Fernández, Lugo, Ortega, Lula, Mujica, Leonel Fernández y Raúl Castro se dan “de bruces” cuando sus propios funcionarios asisten a estos eventos pro-OMPI, quien continúa impulsando sus políticas al interior de las oficinas de propiedad intelectual, globalizando el sistema y avanzando en la incorporación de Sudamérica y El Caribe en el camino neoliberal.
La OMPI, que cada 26 de abril festeja el día de la propiedad intelectual, actúa como brazo técnico de las multinacionales cobijadas por la OMC, con cooperación, becas o formación y controla funcionalmente a varios de los directores de estas oficinas de propiedad intelectual que actúan con doble estándar: por un lado afirman seguir las políticas emanadas de su propio gobierno, y por otro lado, le hacen el juego a las empresas que utilizan el sistema mundial de propiedad intelectual para proteger a sus intereses económicos en cada uno de los países de la Región, obteniendo ganancias extraordinarias por ventas y exportaciones de productos esenciales para la vida cotidiana de las personas, como medicamentos y alimentos, entre otros.
Así, la implementación por parte de algunos gobiernos de medidas destinadas a la reducción de costos en medicinas (como en Ecuador o Brasil, que han otorgado Licencias obligatorias a fármacos en el marco de la normativa OMC— o en Argentina, llamando a eliminar las patentes para vacunas contra la gripe A, -pero sin avanzar en cambios de normativas atadas a la OMC- ) se ven opacadas cuando son convidados de piedra o se prestan al juego de lobby del organismo internacional controlado por los países centrales. (ver programa) .
Un caso novedoso es la creación de un organismo “sin ánimo de lucro” denominado Instituto Latinoamericano de Propiedad Intelectual para el Desarrollo ( ILAPID ) integrado, hasta ahora, por los directores de propiedad intelectual de Brasil , Ecuador , Nicaragua y Paraguay (además de Chile y Jamaica). Esta organización es paralela a las propias oficinas de estos Gobiernos progresistas y poseen nexos con la Fundación Ford y otros organismos2 de aparente buenos fines.
¿Qué proyectos o programas tendrán que impulsar estos altos funcionarios, o qué derechos de autores deberán defender desde ese “instituto paralelo”, que no puedan impulsar o defender desde sus propias oficinas gubernamentales en las que han sido nombrados por los Presidentes de sus respectivos gobiernos elegidos por el voto popular? ¿tal vez no puedan enfrentar a OMPI desde sus poltronas?¿o realmente creen que la propiedad intelectual promueve el desarrollo de los pueblos?
Si estos gobiernos pretenden combatir el neoliberalismo, ¿cuál es el sentido de asistir servilmente a los eventos convocados por OMPI y comprometerse a tomar acciones abiertamente contrarias al interés de sus sociedades y a las propias órdenes de los Presidentes, como por ejemplo adoptar criterios homogéneos en directrices de patentamiento –de variedades de plantas o animales, medicamentos o software, avanzando rumbo a una patente regional o mundial a favor de intereses foráneos, o extendiendo los plazos de protección a derechos intelectuales empresariales de televisoras, disqueras, cadenas de radio o editoriales para consolidar a los poderes concentrados? ( ver fotos de asistentes y artículo oficial).
¿Asistirán para “infiltrar” a OMPI o serán temerosos personajes de doble rasero?
El cambio de modelo político, económico, social, cultural y tecnológico no podrá lograrse sin quitarse el infame lastre de estos organismos, que insisten en inyectar el veneno de la propiedad intelectual para mantener casi intacta la posibilidad de transformaciones en las estructuras de gobiernos que se congratulan de haber combatido el ALCA, pero abren puertas a mecanismos de dominación política y económica creando su propia “colonización intelectual”.