Biopiratería: La purificación de sustancias existentes en la naturaleza no son patentables en el país aunque la oficina de patentes podría patentar la materia viva violando la ley.
Anibal Retamar / Observatorio Sudamericano de Patentes
El biólogo Diego Libkind, del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBOMA), afirmó que "Hace un par de años encontramos una molécula en levaduras que parecía ser uno de los mecanismos que usan estas levaduras para poder sobrevivir a las condiciones de alta incidencia de radiación"
Lo que hizo el INIBOMA "fue extraer la molécula, purificarla, caracterizarla para ver si era estable, si aguantaba mucha radiación ultravioleta (UV) y tenía características de interés biotecnológico como para hacer factible su uso en cremas y geles de protección solar". Este procedimiento sin embargo no es patentable para la ley argentina aunque si para Estados Unidos y Europa.
Lo que hizo el INIBOMA "fue extraer la molécula, purificarla, caracterizarla para ver si era estable, si aguantaba mucha radiación ultravioleta (UV) y tenía características de interés biotecnológico como para hacer factible su uso en cremas y geles de protección solar". Este procedimiento sin embargo no es patentable para la ley argentina aunque si para Estados Unidos y Europa.
"El proceso fue positivo y terminó en una aplicación (solicitud) de patente junto con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, porque podemos cultivar una gran cantidad de levadura en el laboratorio para extraer la molécula llamada `micosporina`, purificarla y meterla en cremas y geles", afirmó, aunque la ley nacional de patentes no considera a este tipo de invención como patententables pues la simple aislación y purificación de compuestos de la naturaleza no cumplen el requisito de novedad o actividad inventiva.
El laboratorio estudia qué levaduras habitan en los ambientes andinos patagónicos, que son extremos por estar expuestos a muy bajas temperaturas o a radiación ultravioleta excesiva.
"En una laguna de altura o en las hojas de los árboles en lo alto de la montaña hay condiciones naturales que favorecen o seleccionan el desarrollo de ciertos organismos adaptados a tolerar esas circunstancias", precisó Libkind sabiendo que los descubrimientos tampoco son patentables.
Esos organismos están adaptados, "porque evolutivamente lograron producir un mecanismo de resistencia a esas condiciones", dijo este doctor en bioquímica de la Universidad Nacional del Comahue.
"Nosotros buscamos esos ambientes porque muchas veces esos mecanismos de adaptación y sobrevivencia implican compuestos que pueden ser de utilidad para el humano", contó luego.
El ambiente “está cerca del Polo Sur y tiene la incidencia del agujero de ozono, en una atmósfera muy limpia, sin filtros naturales; el día durante el verano es muy largo y estamos hablando de lagunas y hojas que están arriba de los 2 mil metros de altura, en la montaña”, describió a Telam.
Así, en los ambientes expuestos a la agresión ultravioleta, muchas levaduras producen compuestos antioxidantes y moléculas que absorben la radiación y actúan de pantalla UV natural.
"Hemos hecho pruebas -no en piel sino en vidrios especiales- a ver si absorbía la radiación y, efectivamente, funciona como esperábamos", confirmó el investigador.
Libkind indicó que "son microorganismos nativos de la Patagonia argentina que nadie conocía y estamos descubriendo, buscando emplearlos en procesos de biotecnología".
La materia viva no es patentable para la ley argentina de patentes y es una de la excepciones al patentamiento. En cambio, Estados Unidos y Europa aceptan este tipo de patentes que favorecen a las industrias transnacionales cosméticas en su aacionar biopirata.