Revista Novo
Las
empresas transnacionales están depredando el Amazonas extrayendo su germoplasma
y biodiversidad y contaminando el medio ambiente aunque algunos funcionarios
del gobierno estarían contribuyendo con estas empresas.
En
el supuesto combate contra el cambio climático global, el director de la oficina
de patentes de Brasil (INPI), Jorge Ávila, también hará su contribución en sintonía con oficinas de patentes de EE UU, Europa y Japón, pues desde el 17 de
abril, la institución de propiedad industrial de todos los brasileros está realizando un programa piloto de “patentes
verdes” (“agro-patentes”) por el cual el plazo de examen de las solicitudes de
este tipo de patentes se reduce a menos de 2 años.
Aunque
el plan piloto está limitado a unas 500 patentes de "tecnologías limpias", estas son en su mayor
parte pertenecientes a empresas extranjeras (no residentes en Brasil) relacionadas con energías alternativas,
transporte, conservación de energía y gestión de residuos y agricultura, aunque no queda definido si tales patentes pueden o no dañar el medio ambiente, pues en los documentos no hay una evaluación científica de los impactos ambientales, sino que las solicitudes son, en términos jurídicos, una declaración jurada de las empresas que dicen reivindicar para ellos la explotación de un supuesto invento o innovación amigables con el medio ambiente.
Sin embargo,
lo que llama la atención de los analistas y organizaciones especializadas en
medio ambiente del país es que durante su intervención en el Foro Social Temático en
Porto Alegre, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, aseguró que el país
fomentará el desarrollo sustentable de la economía, orientada al beneficio de
la sociedad aunque sin mencionar la protección de las “patentes verdes” como uno de los mecanismos
para lograrlo. Por el contrario, Brasil e India han dejado entrever la posibilidad futura de someter las
patentes de tecnologías verdes el régimen de licencias obligatorias por
motivos de interés público (similares a los de salud pública previstos
por el Acuerdo ADPIC y potencialmente aplicables a patentes
farmacéuticas, pero de poco éxito en la práctica) a cambio de sus
compromisos post-Kioto (Copenhague, 2009) a partir de 2012. Esto constituye una flagrante contradicción de las políticas del gobierno de Dilma con las implementadas desde el INPI-BR.
Varios intelectuales, movimientos sociales y ONGs consideradan el plan de INPI como un sabotagem (sabotaje) ambiental a Dilma porque la oficina de patentes podría conceder monopolios a tecnologías
cuyos efectos ambientales son desconocidos y potencialmente peligrosos para el medio ambiente.
La transferencia de tecnología patentada de los países del Norte a los países del Sur es la principal propuesta que los países desarrollados y las organizaciones internacionales como el BID y la OMPI llevarán a Rio considerando al cambio climático como una “oportunidad de negocios” para la compra-venta de "tecnologías limpias". Por ello, estas tecnologías solo pueden ser evaluadas por especialistas del Ministerio de Medio Ambiente o de otras Agencias del gobierno.
En la denominada cumbre de "economía verde" en Río de Janeiro, (RIO+20), se desarrollará un encuentro de presidentes de todo el mundo quienes tratarán aspectos relacionados al Cambio Climático y el impacto ambiental, social, económico y político de las consecuencias del aumento de la temperaturas producto del actual patrón de producción, transporte, distribución y consumo de bienes y servicios en la actual fase del capitalismo globalizado.