Especialista argentino considera que el proyecto de Ley de Semillas o Ley Monsanto ha sido redactado con una semántica similar a la utilizada las orientaciones discursivas del gobierno argentino para que pueda pasar por el Congreso y ser aprobado por senadores y diputados sin mucho conocimiento del tema. Esta escrito en "idioma kirchnerista".
De acuerdo al especialista, Marcos Piña, “quienes redactaron la Ley de Semillas utilizaron un idioma kirchnerista para que esta normativa pueda ser aprobada por diputados y senadores pero es una Ley a la medida de Monsanto”, afirmó..
“La ley bien analizada es a todas luces el primer paso de Monsanto para patentar las semillas y el germoplasma es una trampa , pues Monsanto presentará luego las semillas “Terminator” y las “ZOMBIES” , estas últimas harán que la esterilidad de las semillas Terminator sea "reversible", y la fertilidad podrá recuperarse con la aplicación de un químico que solo Monsanto producirá”.
La ley de semillas es la puerta de entrada para estas las peligrosas variedades que Monsanto ya tiene desarrolladas pero que aún no ha presentado por la resistencia que produciría en los agricultores y los campesinos en especial en Sudamérica y Asía.
Las semillas TERMINATOR son semillas de segunda generación que son estériles. Esto significa que los agricultores y campesinos que siembran estas semillas tienen que comprar semillas nuevas cada temporada porque las anteriores no germinarán.
Ley de Semillas
La redacción de la ley aún no tiene el nombre de quienes la presentan pero fuentes del gobierno aseguran que el Secretario de Agricultura Yahuar es quien llevó adelante las negociaciones con Monsanto. La ley presenta una un semántica que a primera vista parece ir en contra de las transnacionales y a favor de los agricultores, los ingresos y el crecimiento económico.
La “semilla” es el primer eslabón de la producción primaria y de la cadena agroalimentaria. A partir de ella nuestro país desarrolla un proceso de producción que tiene un alto impacto social, laboral, tecnológico, económico y político
El ingreso de divisas por las exportaciones agropecuarias constituye un factor clave para el crecimiento económico de la argentina.
Tanto el mercado de semillas nacional, (que según cálculos oficiales rondarían los 900 millones de dólares), como el internacional, adquieren cada vez más relevancia. Una muestra de esta situación es que un puñado de empresas biotecnológicas multinacionales, se disputan un mercado mundial de semillas de 30.000 millones de dólares anuales.
Con esta ley, damos respuesta a la problemática del sector semillero que precedentemente desarrollamos, por lo que en términos propositivos la presente norma se basa en las siguientes directrices:
a) Institucionalizar el funcionamiento del sector semillero nacional:
b) Integrar en forma dinámica y equilibrada los representantes y actores públicos y privados en las políticas para el sector semillero.
c) Propender a una mayor participación y representación de los distintos eslabones de la cadena semillero en los ámbitos de decisión.
d) Reforzar principios y derechos de las distintas partes de la cadena de semillas.
e) Proporcionalidad del derecho al “uso propio de semilla” del agricultor: Este principio, tiende a evitar abusos en el derecho al uso propio de semillas por parte de las grandes explotaciones agropecuarias,
f) Garantizar el acceso a la tecnología
g) Actualizar e incorporar nuevos conceptos para una clara comprensión del alcance de la presente ley: siguiendo la doctrina y las legislaciones vigentes del MERCOSUR
La maniobra parece haber tenido exíto desde un comienzo pues la presidenta argentina, Cristina Fernández, parece haber comprado el discurso introducido por funcionarios del CONICET y la Secretaría de Agricultura bajo promesas de inversiones y ganancias para el Estado Argentino, pero que son altamente improbables de ocurrir.
La maniobra parece haber tenido exíto desde un comienzo pues la presidenta argentina, Cristina Fernández, parece haber comprado el discurso introducido por funcionarios del CONICET y la Secretaría de Agricultura bajo promesas de inversiones y ganancias para el Estado Argentino, pero que son altamente improbables de ocurrir.